«Es evidente el axioma que demuestra que, a lo largo de la historia, la mujer ha estado en un plano paralelo a la realidad creada por los hombres, su propia cosmovisión, esa en la que la mujer no tenía cabida como igual, pero sí como ser inferior. No estamos hablando solo de la prehistoria, hablamos de la historia universal y sus intentos de igualdad a raíz de finales del siglo XIX, pero no sería real el cambio de paradigma hasta bien entrado el último cuarto del siglo XX, a partir de ahí, el mundo comienza a experimentar que la mujer se revela, tras cientos de miles de años está rompiendo estereotipos que la tenían anclada a un mínimo espacio de servidumbre y patriarcado».

Así explica la periodista, artista y comisaria María José Cárceles el origen de la muestra ‘Sororidad artística II: El arte como conexión intermediaria en tiempos de Covid’, que expone en la sala de Ámbito Cultural de El Corte Inglés obras de ocho artistas murcianas.

Ana Hernández Morote, con la obra Magicw, Mª Ángeles Lajara, con Mujer de Troya, Elva Fuertes y su La materia del alma, Mª Joaquina Sánchez Dato, con Efecto mariposa, María José Caride, con Homenaje a Franceska Mann, Mercedes, de María Luisa Martínez León, Pau Pellín, con Biblioteca y Santi García Cánovas, con Isonomía, son las obras que se pueden visitar en la sede del Corte Inglés hasta el próximo martes.

«Ellas son parte importante en el espacio del arte -añade Cárceles-, pero también son conscientes de que es necesario aumentar la ratio de mujeres en las exposiciones colectivas y ser partícipes de las salas de arte para exposiciones individuales, algo que es más complicado. Son artistas que han saltado los obstáculos que la vida les iba poniendo y que no han dado un paso atrás, todas ellas compaginan su trabajo artístico y otros, con su vida personal que comparten con quienes las requieren, multitareas, pero también sacan fuerzas y tiempo para ser multidisciplinares dentro del arte».

«Apoyo incondicional»

«A partir de los años 70 del pasado siglo la mujer comienza a encontrarse consigo misma, y muchos hombres serán conscientes del derecho de igualdad de las mujeres y las apoyarán incondicionalmente como iguales. Esto lo tenemos que extrapolar a la exposición», añade la comisaria, que concluye apelando a la «función de la cultura»: «El mundo ha dado un cambio radical, nos encontramos ante una pandemia sin precedentes y en un momento cultural crítico, pero a pesar de la gravedad de la situación, el arte, los artistas y lo que les rodea han decidido seguir creando, de manera telemática, presencial con restricciones, y todos los cuidados necesarios, el mundo del arte está más unido que nunca y adaptándose a las circunstancias. Son tiempos de nuevas adaptaciones, de empatía y de sostener la cultura en todas sus ramificaciones, y es ahora más que nunca cuando debemos mantener vivo aquello que nos diferencia y a la vez nos caracteriza como humanos: la cultura, en su más amplia definición».