Carmen Boza está considerada como una de las propuestas femeninas españolas más interesantes y con más proyección de los últimos años, y esta tarde estará en el Auditorio Víctor Villegas de Murcia (20.00 horas, 16/19 euros) armada con su guitarra. Empezó su carrera musical subiendo vídeos a YouTube –donde poco a poco fue consolidando una gran base de público que a día de hoy sigue sus pasos allá por donde va–, y en la actualidad cuenta ya con cuatro discos de estudio.

La caja negra (2018) es su último trabajo de larga duración. Contiene una identidad puramente artística; un ejemplo de valentía y autenticidad a seguir. Porque Carmen no habla directamente de feminismo, pero su música rompe barreras hacia la igualdad, la autoafirmación y la conciliación. También mantuvo una breve relación con la multinacional Warner, de la que prefirió liberarse para seguir su propio camino, vertebrado a través de la autogestión. 

La gira tuvo que detenerse por la pandemia, pero Boza siguió trabajando desde casa y el año pasado presentó un tema nuevo, La grieta, que presentó en Cartagena dentro del cartel del ciclo ‘Live the Roof’. Ahora, alejada de estereotipos, Carmen Boza ha vuelto a experimentar con el ritmo y la armonía en Suave, donde la gaditana, autora, intérprete y productora de todas sus canciones, recupera el deje rockero y vuelve a dar protagonismo a la guitarra y a las armonías vocales, para contar una historia que habla de la fugacidad y la relatividad del tiempo, de la soledad. Tendrá la oportunidad de llevarlo al directo en Murcia, donde no le faltarán seguidores. Su virtuosismo a la guitarra, su voz aterciopelada, las letras introspectivas las melodías repletas de carácter y honestidad componen un todo que atrae cada vez a más gente.

 

¿Qué ha significado el 2020 para ti?¿Cómo has podido sortearlo hasta la fecha?

El año cero. Para mí ha sido, como para la mayoría de la gente, un punto de inflexión a nivel vital en el que me he replanteado la forma que tenía de entender la vida, la cotidianidad y su rutina. He podido soportarlo más que sortearlo, refugiándome en la creatividad, en la cultura y en los amigos. He querido compartir esta etapa rara y sus altibajos con otras personas: en tiempos de distanciamiento social, he procurado que sólo se quedase en distanciamiento físico y que no se transformase en aislamiento.

¿Cómo nace Suave? ¿Cómo has vivido todo el proceso creativo y compositivo de esta canción?

Este tema lo escribí durante una especie de retiro espiritual y compositivo que me forcé a tener hace un par de años. Compré un coche de segunda mano al que le quedaba muy poca vida con la esperanza de que me acompañase hasta morir en un viaje por la costa levantina. Recuerdo estar sentada en una playa realmente perdida en la zona del delta del Ebro y ahí fue donde nacieron los primeros acordes de Suave. Siempre ha encerrado mucha energía contenida, y al enfrentarme a la producción, una vez asentado el texto, tenía claro que debía representar esa calma furiosa que llevaba dentro.

¿Sobre qué cosas reflexionas en Suave?

Sobre lo rápido que pasa el tiempo y lo enorme y pesada que resulta en ocasiones la sensación de estar sola con una misma en el mundo. A la misma vez y sobre todo esto, predomina una sensación de bienestar y paz que una alcanza cuando comprende fugazmente que así es porque así es.

El tiempo vuela sentada frente al mar. ¿No estarás haciendo un guiño a clásicos de los sesenta como Otis Redding o Booker T?

Pues te agradezco la referencia, porque acabo de descubrir ese temazo titulado Sitting on the dock of the bay. Curioso, parece ser que, sesenta años más tarde, me conecté con el sentir de Otis; un honor.

¿Cómo ha sido la acogida por parte del público?

Ha sido muy buena. Pienso que también al público le gusta verme pendular entre estilos relativamente diferentes, al menos en cuanto a energía se refiere. Mientras que Un golpe de suerte tiene un mood más relajado y melódico, tanto en La grieta como en Suave recupero epicidad y fuerza, respectivamente.

Parece que has vuelto a experimentar con el ritmo y la armonía. ¿Cuál es la motivación?

La motivación es siempre la experimentación y la evolución. Ir dando salida a las inquietudes que tengo y los retos que, como instrumentista y compositora, se me van presentando.

En La grieta echaste mano del concepto popularizado por Phil Spector del muro de sonido. ¿Recurrir ahora a la austeridad ha sido un reflejo pendular?

No necesariamente ha sido un acto reflejo; simplemente trato de vestir las canciones como considero que van a lucir más. La producción y los arreglos son un anexo al proceso de componer una canción; me dan la posibilidad de apuntalar el mensaje o de incidir en ciertos aspectos que trato de transmitir en la canción. En ese sentido, Suave es más ambigua y extravagante que La grieta, la cual, melódica y armónicamente, es bastante más asequible y admite mejor la pomposidad de las capas.

¿La grieta fue el principio de una nueva etapa de Carmen Boza?

No intencionadamente, pero puede que lo sea. Quizá lo sabremos en el futuro.

¿Suave es un buen testimonio de tu experiencia vital y musical? ¿Ha habido una evolución como artista? ¿Cuáles han sido los cambios más destacados a tu juicio?

Creo que todas mis canciones son, de alguna manera, testimonio de mi viaje como persona. Eso abarca, evidentemente, mi faceta personal y profesional. En ese sentido soy muy transparente, aunque me guste a veces encriptar el mensaje en capas más profundas (no tan literales) del texto. Creo que la evolución una siempre la persigue, pero no siempre la percibe; quizá el público que conozca mi obra es quien pueda, desde fuera, juzgar si se ha dado y en qué dirección. Sin embargo, sí que puedo identificar un cambio fundamental en mi manera de componer y abordar la producción de mi música: a medida que voy madurando como persona y como compositora tengo más apetito por el riesgo y más sensibilidad hacia la naturaleza de la composición.

La caja negra se planteaba como un diario de a bordo de una reconstrucción, de un audaz viaje sonoro desde dentro hacia fuera. ¿Cómo te planteas estos nuevos pasos que están dando con Suave?

Mi concepto de sonido está enfocándose hacia la energía que emana del grupo, de tocar música en vivo simultáneamente con otras personas [en este caso, Estefanía Gómez al bajo y Daniel Ballesteros a la batería] y estoy tratando de elaborar más los arreglos sin perder de vista la sencillez que le requiero a mis composiciones. Persigo que tanto la gente que venga a vernos y escucharnos tocar en directo como nosotros mismos como músicos disfrutemos de una experiencia literaria y melódica, pero también musicalmente estimulante. Probablemente mis trabajos futuros vayan en esta línea.

La caja negra fue un lanzamiento enteramente autogestionado, tras desvincularte unilateralmente de Warner. ¿Te has arrepentido alguna vez de esa decisión o te has reafirmado con el tiempo?

No me arrepiento de este movimiento porque creo que ha sido clave en mi carrera y en el proceso de formar mi identidad como artista. Que mi sitio no estaba allí y que estar en una multinacional a nivel discográfico no te garantiza absolutamente nada es algo que ahora tengo claro, pero tuve que estar dentro para llegar a comprenderlo. La autogestión es el camino más coherente para mí.

Se ha destacado tu virtuosismo tocando la guitarra. ¿Cómo lo has adquirido? ¿Quiénes son tus referentes?

Probablemente soy lo más alejado de una virtuosa de la guitarra que te puedas encontrar... Simplemente creo que he encontrado una manera personal de relacionarme con ella para conseguir mi fin último, que es expresarme a través de las canciones y que no me suenen todas iguales. Lo he adquirido a base de tocar y tocar y tocar; pienso que realmente no hay otra manera, ni atajos. Referentes tengo muchos, pero los más importantes son los que encontraron, a mi juicio, ese equilibrio entre destreza y originalidad como instrumentista –y que desemboca en canciones increíbles–, como John Mayer, Jeff Buckley y Brittany Howard.

¿Qué tal te fue la experiencia de ‘Live the Roof’?

Fantástica. He tenido la suerte de participar en varias ediciones y la energía en esos conciertos es increíble. La atmósfera que se crea juntando un sitio con bonitas vistas, un atardecer y música en directo es inigualable.

En tus redes has avisado de que tienes ganas de mostrar al mundo tu música nueva. ¿Qué se avecina? ¿Cuáles serán los próximos pasos de Carmen Boza?

Por ahora dependemos mucho del momento. Cada día pasan mil cosas, cambia el ánimo social y no puede una planear con la anticipación de antes y tener claro qué va a pasar en los próximos meses. Pero sí puedo decir que progresivamente iremos lanzando nuevas canciones y las iremos incorporando a los shows que podamos hacer, que esperemos que sean muchos.

¿Cómo afrontas este concierto en Murcia?

Con muchísima ilusión. Esta situación pandémica nos ha devuelto a un estado de incertidumbre que trato de canalizar en expectativa y en motivación para disfrutar de cada oportunidad de tocar que va surgiendo. Tanto para mí como para mis compañeros (músicos y equipo) es muy importante mantenernos trabajando, activos, y absorber la energía que el público nos da cuando ofrecemos un concierto. Eso es lo que nos motiva y nos da ganas de seguir luchando cuando las cosas se ponen difíciles.