Dentro de los actos celebrados en Cartagena con motivo del bicentenario de la muerte de Isidoro Máiquez, el pasado mes de octubre se estrenó en el Auditorio El Batel un montaje de Bonjourmonamour Producciones en el que, por primera vez, se subía a un escenario un texto centrado en la vida del «mejor actor español de toda la historia, al hombre que revolucionó la interpretación en nuestro país». Ya entonces, en una entrevista para LA OPINIÓN, su autor, director y protagonista, Pedro Segura –que curiosamente nació en la misma calle que Máiquez, «solo que tres números más abajo y 150 años después»– avanzaba su intención de llevar Una estatua sin palomas a Murcia, para seguir descubriendo en la Región a una figura esencial para entender el teatro moderno, y esta tarde cumplirá su promesa. Acompañado por un elenco de actores y actrices conformado por Vicente Vidal, Pepe Salguero, Jéssica Segura, Manuel Llamas, Francisco García Vicente, Baldomero de Maya, Lorena Hernández y Alejandro Dorda, el polifacético intérprete cartagenero volverá a ponerse la peluca para meterse en la piel de Máiquez, esta vez sobre las tablas del Romea.

Se trata de una pieza que navega, a modo casi de documental, entre las vicisitudes de su propia existencia y los acontecimientos sociales y políticos que aderezaron la vida de este gran genio. «Está, por un lado, el tema político –explica el autor–: la guerra contra los franceses y cómo él, de hecho, lucha en las calles de Madrid. También la parte, digamos, profesional –aunque muy influida por todo lo que estaba ocurriendo en el país–, como cuando le pide al Consejo del Teatro poder ir a Francia para conocer a François-Joseph Talma, que fue quien le reafirmó en ese camino interpretativo que él había adoptado y que le había obligado a salir de Cartagena porque aquí no se le entendía (hasta el punto de que el público le pitaba). Y también, claro, episodios de su vida personal, comenzando por su infancia y terminando en Granada, ciudad en la que, durante su primera visita, se encontraría con una gitana que le dijo que allí es donde dormiría para siempre, y así fue», aclara Segura, que en esta obra se ha enfrentado a un reto interpretativo mayúsculo.

«He tenido que perder algo de peso y hemos tenido que trabajar en la caracterización, porque cuando él llega a Granada tiene treinta y algunos y yo, ahora, tengo cincuenta y pico», señala con sorna. Pero, si el teatro es pasión, lo cierto es que no parece que haya nadie mejor para ocuparse de esta tarea. «En cuanto a dificultad técnica, digamos, he tenido personajes más complicados (Calígula, Tartufo...), pero es que, para empezar, esta vez me meto en la piel de un actor enorme, de un icono de la interpretación; diría que el mayor de la historia de nuestro país. Luego está el hecho de que hablamos de un cartagenero, por lo que se trata de un papel muy especial para mí. Y, por último, que se trata de la primera vez que su vida se sube a un escenario», recuerda. «Y es un reto que me daba miedo al principio –confiesa–, pero conforme han ido pasando los ensayos, ese temor se ha transformado en puro morbo».

¿Cuándo? Hoy, 18.00 horas

¿Dónde? Teatro Romea, Murcia

Precio: 10/12/15 €