Hubo una época en que las orquestas de jazz, las big bands, dominaron en gran parte de los escenarios musicales que programaban jazz. Fue a partir de finales de la década de los veinte, en la llamada ‘era del swing’. Algunas de las más renombradas fueron las de Benny Goodman, Glenn Miller, Artie Shaw, Lionel Hampton, Count Basie y, por supuesto, la de Duke Ellington. Algunas continúan hoy, pese a haber desaparecido sus fundadores, como la Legendary Count Basie Orchestra o la Duke Ellington Orchestra. Y en la actualidad, aunque las big bands no son las protagonistas, siguen siendo demandadas por los aficionados. No cabe duda de que resulta meritorio, en los tiempos que corren, mantener una formación así, y hay que agradecérselo a quienes lo hacen.

La Cotijazz Big Band nació en 2011 al amparo del Festival de Jazz de las Torres de Cotillas. Fundada y liderada por el baterista Curro García, constituye uno de los principales proyectos de la Asociación Cultural Cotijazz, que tiene como objetivo fundamental promover, difundir y acercar al público la música de jazz en todos sus formatos. Durante sus diez años de existencia, esta banda ha ofrecido repertorios basados en los grandes compositores y arreglistas de la historia del jazz como los propios Count Basie, Duke Ellington, y otros autores contemporáneos como Gordon Goodwin o Bod Mintzer. Su último proyecto gira en torno al norteamericano Steven Feifke, con un repertorio que combina tradición y modernidad de una manera elegante y extremadamente musical apta tanto para los aficionados más exigentes como para todos los públicos. Por eso, era la formación ideal para protagonizar la próxima jornada al aire libre y gratuita del recuperado Murcia Jazz Festival. Será mañana, en el Auditorio Murcia Parque, a partir de las doce del mediodía.

¿Cuándo y cómo nació la big band? ¿Siempre habías soñado con tener una big band?

Esta big band nació en 2011 como una apuesta para la segunda edición del festival que nuestra asociación había organizado en las Torres de Cotillas el año anterior. Hay que decir que el germen de esta idea provenía de otro proyecto de big band que se había hecho un par de años antes en la Universidad de Alicante por iniciativa de uno de nuestros miembros, Pierre León. Aquella, también dirigida por Ramón Cardo, tuvo problemas de continuidad por falta de músicos comprometidos con el proyecto, así que se me ocurrió retomar esa idea, pero estableciendo la sede en Murcia, para integrar a músicos de aquí y Alicante, fomentando la sinergia entre ambas escenas. Aunque mi relación con el jazz se originó a partir de discos y referentes en formaciones pequeñas, esta experiencia despertó en mi un anhelo con el que ni siquiera antes había soñado.

Curro, tú fuiste el fundador de la big band. ¿Qué te impulsó a meterte en semejante berenjenal?

Por un lado, además de lo que comentaba antes sobre aquella banda de la Universidad de Alicante, otras experiencias en distintos seminarios internacionales en Begues y Zarautz me llevaron a comprender que la big band es el lugar donde históricamente se habían formado los músicos de jazz. Por otro lado, en aquel tiempo, en la escena de jazz de Murcia faltaban especialmente de instrumentistas de viento, luego la big band podía suponer un caldo de cultivo y un lugar de formación para tratar compensar esa carencia.

¿Cuáles eran los objetivos al nacer la big band y cuáles son en el presente?

Durante años el principal objetivo ha sido su supervivencia y, luego, consolidar su existencia. En los últimos años hemos querido fortalecer su idiosincrasia, abordando un repertorio de un joven y talentoso compositor y arreglista neoyorquino que nos permite ofrecer un show único y distinto de lo que hacen otras bandas de este tipo en nuestro país.

¿Cuántos músicos la integran? ¿Qué instrumentos? Tengo entendido que hay músicos de toda la Región y algunos de fuera. Además hay un par de cantantes. ¿Cómo se reúne a tanta gente?

Actualmente somos 19 músicos más el director, es decir, la formación estándar clásica. Esta incluye cuatro secciones y dos voces. Lo que se conoce como ‘sección rítmica’ incluye piano, guitarra, contrabajo y batería. La sección de saxos esta formada por un barítono, dos altos y dos tenores, y luego, sección de cuatro trombones y sección de cuatro trompetas. Además de dos vocalistas espectaculares como son Nacho Luri y Eva Romero.

¿Cómo ha sido la evolución de la Cotijazz Big Band a lo largo de estos años?

A menudo complicada [Ríe]. Pero el mantenernos ahí nos ha permitido pasar por muchos repertorios distintos, conocer a multitud de compositores y arreglistas, y, por lo tanto, madurar y consolidarnos como formación.

¿Qué repertorio ofrecéis? ¿El de las orquestas de la edad dorada del swing, o también incluís piezas más actuales? ¿Cuál ha sido el criterio para la elección de temas?

El repertorio actual se basa en composiciones de un talentoso arreglista y compositor de Nueva York llamado Steven Feifke, que, aunque suena a tópico, aúna tradición y modernidad con mucho gusto. También incluimos alguna sorpresa, como dúos vocales de corte más clásico.

Al ser las big bands agrupaciones muy enfocadas al espectáculo y la música de baile, los solos fueron perdiendo protagonismo, y sin embargo tuvieron mucha importancia los arreglos orquestales. ¿Quién se encarga habitualmente de la dirección y arreglos? ¿En qué se basa?

Nuestro director regular ha sido Ramón Cardo, y aunque en muchas ocasiones hemos incluido algunos de sus arreglos y composiciones, en esta ocasión se encarga de llevar a buen termino la música de Feifke.

¿Qué margen de improvisación tienen los instrumentistas?

Aunque el grueso de la música está escrita, como formación de jazz que es sigue habiendo margen para la improvisación. De hecho contamos con algunos destacados solistas, como Pepe Zaragoza, Joan Saldaña, Paco Soler, Pierre León o Javier Bermejo, entre otros.

¿No es una locura apostar en estos momentos por una formación tan amplia?

Es un poco locura, pero ¿que sería el mundo sin esas locuras? Merece la pena.

Has participado en la grabación de varios CD, pero al fin te decidiste a sacar tu propio disco, Cinco ciudades y una verdad amarga. ¿Qué has plasmado en él?

Ese es un proyecto muy personal que surge de la necesidad de expresar a través de la música algunas experiencias y vivencias muy importantes para mí.

¿Cómo surge este disco? ¿El quinteto es una formación estable?

Aunque ahora mismo estemos en un momento de letargo (por así decirlo), la formación esta ahí, y las ganas de hacer nuevas cosas también.

Eres un batería muy solicitado...

En los últimos años he estado muy activo, casi en una actividad frenética, participando en innumerables formaciones de jazz de todo tipo. Entre toda esa actividad musical, he tenido la suerte de compartir escenario con grandes referentes de la música de jazz nacional y en algunos casos internacional.

Cuando grabas un disco, ¿te involucras a fondo con él en el asunto de las mezclas y demás, o sólo llegas tocas y te vas?

Creo que, para los pequeños autores como yo, la grabación del disco supone una implicación total en todas las fases y aspectos del disco, y así ha sido en mi caso: producción, diseño, gestión de recursos y un largo etcétera además de lo estrictamente musical.

¿Qué tal te trata la crisis? ¿Qué proyectos tienes sobre la mesa en estos momentos? ¿Para cuándo un nuevo disco como líder para plantear tu propia música?

La crisis ha supuesto un gran paréntesis en la dinámica frenética que llevaba antes de la pandemia, con algún oasis durante el verano pasado, pero he de confesar que me ha permitido disfrutar de la familia como nunca antes. Ahora estamos recuperando la iniciativa, la motivación y las ganas para emprender nuevos proyectos.

¿Cuál es, a tu juicio, el vigor y la actualidad de la escena del jazz en la región de Murcia?

Creo que la escena murciana se encuentra en un momento de explosión y expansión que nunca antes se había visto. Tenemos muchos músicos jóvenes, bien formados y preparados, con ideas y con ganas de hacer cosas.

¿Qué le dirías al público que se acerque el sábado a la matinal de la Cotijazz Big Band?

¡Qué no se lo pierdan! Sin duda, una muy buena oportunidad de disfrutar de una formación excelente y de un repertorio genial y apto para todos los públicos.

¿Cuándo? Mañana, 12.00 horas

¿Dónde? Auditorio Murcia Parque, Murcia

Entrada libre hasta completar aforo