José Manuel Zapata –más conocido como Zapata Tenor– se ha convertido en uno de los cantante de ópera más populares de nuestro país, y lo ha conseguido gracias a su empeño por ‘desacralizar’ la música clásica, por acercarla a la gente joven y por presentarla como un género más dentro del amplio catálogo de estilos que nos presentan las plataformas de streaming. Y su cruzada avanza desde diferentes frentes: por un lado, hace escasas semanas veía la luz, de la mano de la editorial Planeta, su libro Música para la vida (2021), que, además de como una autobiografía profesional, funciona como un amplio muestrario de anécdotas de compositores, músicos y cantantes de todos los tiempos, y, sobre todo, como un alegato demoledor contra los prejuicios. Eso, en el terreno de las letras, pero es que el granadino, por supuesto, no se ha olvidado de los escenarios. Así, por otro lado, Zapata ha emprendido una gira por auditorios de todo el país que hoy le trae al Víctor Villegas de Murcia (20.00 horas) con un espectáculo que, dentro del ciclo ‘Conciertos Canallas’ de la Orquesta Sinfónica de la Región, ha bautizado como Concierto para Zapata y orquesta. Se trata de un show «festivo, divertido y gamberro» donde se parodiarán algunos de los clichés de la música clásica –con el humor de Paco Mir– y se escucharán composiciones de Rossini, Beethoven, Verdi, Mozart..., cortesía de la formación murciana. Hablamos con él para conocer un poco mejor ambos proyectos.

 

Una vez leí una entrevista al violinista de una banda de rock en la que decía que lo más difícil que había hecho en su carrera era sacarse de encima la rigidez que te impone el Conservatorio (donde, todo sea dicho, decía que aprendió casi todo lo que sabía). ¿A usted también le costó empezar a arrugarse la chaqueta?

Yo creo que nací con la chaqueta arrugada… [Risas]. ¡No me costó absolutamente nada!

Música para la vida, su libro, es una especie de autobiografía profesional. Pero también es un muestrario de anécdotas personales e, incluso, de algunos de los grandes músicos de la historia. Aunque, sobre todo, es un texto con el que romper prejuicios. ¿Cuál era su motivación al escribir este texto? ¿Qué pretendía para el lector y qué sacó de su escritura para usted mismo?

Bueno, el libro nace de mi necesidad de decirle al mundo que no se puede perder la buena música por simples prejuicios. Pero, además, en estas páginas está casi todo lo que soy; me he vaciado para escribir este texto como no lo había hecho nunca... Ha sido una experiencia muy difícil, te lo aseguro, pero también catártica. Diría que eso, que ese proceso, es mi autoenseñanza al escribir Música para la vida.

También tiene un puntito divulgativo: explica técnicas, terminología... Además de como tenor, ¿tiene madera de profesor? ¿Quería enganchar a algún lector a esto de la música?

No sé si tengo madera… Lo que sí sé es que, cuando enseñas algo interesante y al que te escucha le brillan los ojos, es una de las sensaciones más hermosas que conozco. Y sí, el objetivo principal del libro es enamorar a todo el mundo de/con la buena música.

Dice que la música puede ser «un escudo digno del más fuerte superhéroe», una herramienta para potenciar la autoestima en edades tempranas. Explíqueme esto.

Una guitarra y unas canciones te convierten en un superhéroe al que sus pequeñas bestias contemporáneas se sientan a escuchar. ¡Es mágico! Yo era un niño gordito y carne de bullying, y la música fue mi arma y mi escudo.

En este sentido (en el apartado divulgativo), menciona, por ejemplo, al youtuber Jaime Altozano. ¿Qué opinión le merece?

¡Me parece un crack! Es un chaval que es evidente que ama la música y que, encima, ha sido capaz de usar las nuevas tecnologías para transmitir su pasión a la gente más joven, ¿qué más se puede pedir? Tenemos un huevo de cosas que aprender de Altozano. Si tuviera pasta lo ficharía para siempre [Risas].

En los últimos años son varios los que han emprendido una cruzada para ‘desacralizar’ la música clásica (o, en su caso, también la ópera). Ahí están, además de Jaime, gente más cercana a los escenarios como Ara Malikian y James Rodhes. ¿Qué me dice de ellos?

Son bastante distintos entre sí... La diferencia es que Ara ya no toca casi nada de esa mal llamada ‘música clásica’, es más bien una estrella del rock. Rodhes en cambio sí intenta transmitir su amor por los grandes compositores de la historia a través de sus conciertos y de su labor divulgativa.

«Me flipa que la generación más sibarita de la historia adore el trap y el reguetón»

¿Y cómo va esta cruzada? ¿La gente empieza ya a acercarse a los conciertos de clásica sin chaqué?

¡Sí! Y cada vez más. El hábito nunca ha hecho al monje... No obstante, te diré que a mí me gusta ponerme ‘mono’ para ir a cenar o a un concierto de José Mercé, ¿por qué no hacerlo para ir a la ópera? Ahora parece que si vas con un vaquero y una camiseta roida eres un outsider y no sé yo… ¡Elegancia ante todo! [Ríe].

En su libro cita, por supuesto, a un buen puñado de compositores, de tenores, de instrumentistas..., y de artistas más cercanos al mainstream como Rosalía y Radiohead, que incluso le sirven, no solo para subtitular este texto, sino también para definir, digamos, la filosofía en la que se basa Música para la vida. Explíqueme un poco en qué consiste eso de ‘From Bach to Radiohead’.

En que la buena música no tiene época. En el siglo XVIII la hicieron Bach y Vivaldi y hoy la hace Radiohead, por ejemplo; y aunque no quieran creerlo los fans de ambos estilos, tienen muchas más cosas en común de las que ellos piensan. Son los prejuicios los que los separan…

Por curiosidad: ¿Qué música escucha hoy día José Manuel Zapata?

De todo. Desde Rocio Jurado –a la que mi hija se ha aficionado ahora–, pasando por las estaciones de Max Ricther, que son una verdadera maravilla, y las variaciones Golberg de Bach, ¡que me tienen enloquecido!

¿Y qué hay del trap, el reguetón, etc.? Hay quien dice que eso «no es música»...

Me flipa que la generación mas sibarita de la historia –la del foodie, lo healthy y los runners–, que no se conforma con nada que no sea de la máxima calidad, adore ese tipo de músicas. Reconozco que hay cosas interesantes dentro de estos géneros, pero la gran mayoría de lo que se publica bajo esta etiqueta es de una enorme mediocridad.

No puedo dejar de preguntarle por el ‘Concierto canalla’ que tiene con la Sinfónica de la Región de Murcia. En concreto se trata de Concierto para Zapata y orquesta, que básicamente es una parodia sobre todos esos clichés que tiene la música clásica. ¿Qué me puede contar de este espectáculo?

Solo te puedo decir que la gente que venga va flipar con lo que son capaces de hacer unos artistas clásicos. Y cuando digo ‘flipar’ digo ‘FLIPAR’.

¿Y qué tal reciben sus compañeros de profesión este humor con el que se toma algo tan ‘serio’ como la música clásica? Porque imagino que no todos se lo tomarán a risas…

Cada vez me siento más apoyado y querido. Al principio costó, pero a día de hoy estoy muy feliz con lo que la mayoría me transmite acerca de mi trabajo.