El Certamen Literario Albacara, que convoca anualmente el Ayuntamiento de Caravaca de la Cruz, anunció a principios de mes el nombre de los ganadores de su última edición. En el apartado de narrativa, el galardón fue para el bonaerense de 84 años Ariel Alberto Díaz, mientras que en el apartado de poesía, el jurado se decantó por Exilios, obra de la hispano-chilena Mar Busquets-Mataix (1966). La autora, profesora de Secundaria y con una amplia y dilatada trayectoria literaria tanto en prosa como en verso, conquistó al jurado con un texto que, según sus propias palabras, trata de reflexionar sobre nuestro presente histórico, sobre nuestra estancia en La Tierra y sobre la búsqueda de la trascendencia, de la espiritualidad. «Cuando vi las bases del concurso –en concreto, del Premio Internacional de Poesía Mística ‘San Juan de la Cruz’– pensé que esta obra se ajustaba a la perfección», señala; y, desde luego, no le faltaba razón. Ahora, el certamen caravaqueño editará el citado poemario como parte del galardón.

Exilios es el poemario con el que ha convencido al jurado del Albacara; en concreto, al del Premio Internacional de Poesía Mística ‘San Juan de la Cruz’. Háblenos de su obra, ¿cómo se enmarca en este género?

Bueno, en Exilios lo que hago es reflexionar sobre nuestro presente histórico, y eso me lleva a darme cuenta de que el ser humano está, en cierto modo, ‘exiliado’ en La Tierra, y en ese sentido busca la transcendencia, busca una espiritualidad para sentirse completo. Por ahí viene el lado de la mística, de ese poder buscar la espiritualidad en uno mismo para sentirse realizado como persona. Es una búsqueda hacía dentro, hacia el interior.

¿Es un trabajo que ya tenía preparado de antemano o que escribió para el certamen?

Ya venía trabajando en él desde hace dos años. A mí siempre me ha gustado mucho tener la oportunidad de reflexionar mediante la escritura; de hecho, mi poética podía definirse como una ‘poesía del silencio’ en cuanto a que reflexiona sobra la soledad del ser humano, sobre el desarraigo del ser humano aquí en la tierra. Diría que tiene un talante místico. Por eso cuando vi las bases del concurso pensé que esta obra se ajustaba a la perfección al Albacara.

Hablaba durante su intervención de la necesidad de este tipo de certámenes, debido a lo difícil que es poder publicar poesía hoy en día...

Sí... Es muy importante que estos premios estén ahí, que se mantengan fuertes, con talante, y que sigan convocándose. ¿Por qué? Pues porque hay mucha gente que escribe poesía y que lee poesía en busca de un espacio de reflexión. Además, considero que, en general, los premios son muy importantes en este mundillo porque, si no existieran, creo firmemente en que la poesía se vería muy limitada.

¿Cómo descubre el mundo de la poesía?

La descubro bien pequeña. A los siete años escribí mi primer poema, y lo vi como algo muy musical, muy rítmico. Además, sentí que era algo muy personal. Cuando una persona lee o escribe un libro no hay nada más: están solamente ese libro y el lector o autor. Eso me gustó.

Lo veo como una vocación mía de toda la vida, y en la que he persistido mucho, porque, como te comentaba, este mundo es muy complicado... A veces hay momentos en los que te planteas para quién escribes y por qué lo hace, pero tienes que creer en ello. Además, hay muchas cosas que decir y que revisar en el mundo actual, y la poesía es un género valiente, que habla de la verdad y que no se esconde; que aporta una visión diferente del mundo.

Pese a las dificultades que haya podido encontrar, conviene aclarar que cuenta en su haber con varios premios de poesía...

Es cierto. Logré mi primer premio a los veinticinco años, y a lo largo de mi carretera he ido sumando alguno más. Sobre todo hay tesón en esos reconocimiento, así como una necesidad de contar cosas y de buscar la dignidad. Porque para mi la poesía tiene que ser algo digno, algo que merezca la pena hacer (y leer). Han sido años de mucho trabajo, pero con gran ilusión.

Uno de los premios que más me ha reconfortado es el ‘Ciudad de Valencia’, porque, aunque nacida en Chile, soy valenciana, y que te reconozcan en tu ciudad es algo preciosa, como ahora el reconocimiento que me hacen en Caravaca.

Además de a la literatura, está muy vinculada a la docencia. ¿Es necesaria una mayor presencia de la poesía en las aulas?

La poesía es muy necesaria en general. Debería de haber más poesía de la que hay en prácticamente todo. A veces estamos más preocupados por acabar de dar un temario y quizás se olvida una del disfrute de una obra de arte. Hay que intentar hacer que los chavales lean porque ellos quieren hacerlo, porque disfrutan con un buen libro. Y en la poesía van a descubrir muchos sentimientos... Al fin y al cabo la literatura es arte, busca la belleza en primera o segunda instancia, y nos tiene que aportar ese rayo de luz que nos haga sentir satisfechos e ilusionados por vivir.

¿Y ahora? ¿Algún nuevo trabajo en marcha?

Pues mira, fue concederme el premio ‘San Juan de la Cruz’ y a los pocos días mi editora anunció el lanzamiento de mi nueva novela, Del alma, que está basada en la vida de Alma Mahler, la mujer del compositor Gustav Mahler. Se presentará oficialmente en los próximos días.