«Bollera, coplera y de clase obrera». Así se define Lidia García (Montealegre del Castillo, 1989), investigadora predoctoral en el Departamento de Historia del Arte de la UMU, divulgadora activista y colaboradora de Hoy empieza todo, en Radio 3. Y de la misma forma se puede describir ¡Ay, Campaneras!, su podcast, uno de los programas revelación de la pandemia, que pasó de grabarlo en el baño de su casa porque se aburría durante el confinamiento a tener más de 150.000 oyentes y recibir grandes alabanzas.

La idea detrás de su proyecto es tan simple como necesaria: sacar del armario al folclore y hacer visible el discurso de género y de clase que esconde (a plena vista) el mundo de la copla, el cuplé y la zarzuela. Hacerlo, además, no requiere una gran complejidad teórica: «Yo lo que hago, aunque no suene muy sofisticado, es escuchar las canciones». Es decir, no hace falta ser Judith Butler para entender el trasfondo feminista de coplas como Campanera -popularizada por la versión de Joselito-, toda una declaración contra el slut-shaming (señalar a las mujeres como ‘promiscuas’ por tener vida sexual) mucho antes de que se acuñara el término.

«Esta canción cuenta una historia del ostracismo de una mujer a la que todo el pueblo mira mal porque un hombre la visita por las noches. Sin embargo, la voz lírica la defiende», explica García. «Eso es lo que me gusta del género: que pone a alguien que está en los márgenes en el centro de la canción y defiende lo que le hace diferente. Y aunque la copla tiene una parte rancia y patriarcal, también puede ser liberadora: te está diciendo que si te alejas de la norma hay señalamiento, pero también disculpa. En esa ambigüedad está la potencialidad del género», añade.

Campanera es, además de la canción que da nombre a su podcast, un homenaje a su madre, para la que es su tema favorito. «La vinculo a ella y a toda esa generación de mujeres que ha sido muy invisibilizada; ellas y la cultura que consumían. Por eso ¡Ay, campaneras! -título de su podcast-, como un lamento colectivo», detalla. Y es que esa es otra de las claves de su éxito, que junta generaciones: la cultura de Cine de barrio con el discurso de la identidad, tan importante para las nuevas generaciones y que ya ha saltado al mainstream. «Tenemos la falsa impresión de que no nos une nada, de que hay una brecha porque el mundo ha cambiado mucho en poco tiempo. Pero la cultura de la época de nuestros abuelos no es tan diferente a la nuestra», asegura Lidia García.

¡Ay, Campaneras!, en sus 25 episodios, trata muchos temas recurrentes en el género: desde la maternidad hasta la clase social. Y aunque sea una de las caras visibles de esta revisión folclórica, no es la única. Podcasts como El niño de Carrillo o el proyecto Maricón de España, sobre historia y folclore LGTBI, o la cantante María José Llergo, hablando de feminismo y poderío, también han reproducido discursos similares. Y ellos tampoco han inventado nada: «Ya en la contracultura de los ochenta se hablaba de esto: mira a Ocaña en Barcelona», apunta la podcaster.

Ahora, después de agitar las redes y las ondas celebrando la vida de las más grandes folclóricas españolas -de Lola Flores hasta las más olvidadas (y no por ello menos buenas), como Estrellita de Palma, cantante original de Campanera-, Lidia García está tomándose un merecido descanso. Eso sí, promete que volverá con una segunda temporada: «Ya tengo pensados los temas, ahora solo necesito tiempo».