Además de haberse convertido en uno de los rostros más reconocidos de la editorial norteamericana Marvel en nuestro país y de ser sospechoso habitual del programa La Resistencia de David Broncano, el dibujante Salva Espín (1982) lleva años cultivando una faceta profesional que quizá ha quedado sepultada por los agresivos (a la par que delicados) trazos que dan vida al lenguaraz Deadpool en los cómics de la 'Casa de las Ideas', pero a la que el murciano no pierde de vista. Hablamos de su desempeño en la industria del videojuego, que inició hace ya más de ocho años y que hace unos días volvió a salir a la palestra con la presentación del guiz game para móviles titulado Murcia Medieval.

«Empecé en serio con esto en 2012, cuando pude parar un poco todo lo que tenía que ver con los cómics para irme a hacer un máster en Diseño y Producción de Videojuegos. A partir de ahí, cuando he podido sacar un poco de tiempo he intentado llevar adelante algún proyecto propio o intentado colaborar de la manera que fuera con alguna producción externa», señala el carismático y polifacético artista, que en los últimos años ha trabajado junto a los equipos de comunicación de videojuegos de calado como el Call of Duty: Black Ops Cold War y el Ghost of Tsushima.

Sin embargo, en esta ocasión nos referimos a un proyecto mucho más modesto que los citados anteriormente, pero en el que Espín es su principal impulsor. Ya hace un par de años, el dibujante presentó el Superjimbee, un videojuego en el que, de la mano de la empresa agrícola Jimbofresh y con el apoyo de Factoría Cultural, el autor murciano de Marvel evidenciaba un interés por este tipo de títulos que iba más allá del puro entretenimiento. En aquella ocasión, el personaje protagonista vivía sus aventuras en lugares emblemáticos de la Región, mostrando al jugador las bondades de esta tierra, mientras que ahora Espín se vuelca con la historia del municipio de Murcia; y, más concretamente, y como así lo sugiere el nombre de la app -ya disponible en Google Play-, al intenso periodo medieval de la ciudad.

«A nivel formal, es un juego de preguntas, lo que se conoce como un quiz game, pero hemos querido darle una pequeña vuelta de tuerca al género... Para ello hemos trabajado especialmente la progresión: tu personaje va avanzando en función de tus aciertos, pasando de un escenario a otro -escenarios, por cierto, que recogen lugares destacados de la Murcia medieval-, pero tiene un número limitado de 'vidas'. Con esto conseguimos un juego enfocado al cien por cien en la difusión de la historia local, pero que, por estos pequeños detalles, podría acercarse al clásico juego de aventuras», explica Espín, que además asegura que el juego, en cierto modo, se adapta al jugador.

«Está hecho para no ponértelo sencillo. En principio las preguntas aparecen de manera aleatoria, pero digamos que es capaz de aprender un poco acerca de cómo lo lleva el usuario en base a sus aciertos y errores. Por ejemplo: igual te lanza una difícil y, para la siguiente, baja un poco el listón, de manera que el jugador tampoco se frustre. O, si ve que progresas demasiado fácil, te lanza una pregunta más complicada, de fechas o así, para que tampoco sea un paseo», aclara. «Por eso -añade- es un juego que puede disfrutar gente de todas las edades».

En cuanto a la temática de las preguntas, su autor confirma que están centradas, efectivamente, en la historia medieval de Murcia, aunque también incluye cuestiones generales relacionadas con este periodo e, incluso, «detallitos de Matemáticas». «La idea es que, cuando el usuario complete la experiencia de Murcia Medieval, haya aprendido alguna cosa nueva».

Afán docente

Y es que ese es el objetivo principal del videojuego: la enseñanza. «Nuestro propósito era que pudiera servir de herramienta de apoyo para la difusión de nuestra historia, tanto a pie de calle como en las aulas. De hecho, la app está diseñada pensado tanto para poder ampliar su catálogo de preguntas, como para que funcione, en sí, como un acicate de la creatividad entre los más jóvenes», advierte Espín.

Así, en primer lugar, el dibujante murciano invita a los colegios e institutos de Murcia a usar el juego para «hacer llegar este contenido a los alumnos de una forma visual, interactiva y divertida», así como a que participen en su crecimiento proponiendo a los desarrolladores nuevas preguntas o ilustraciones susceptibles a entrar a formar parte de Murcia Medieval: «Queremos estar en contacto directo con ellos para seguir creciendo». Y, en segundo lugar, este quiz game pretende ser el manual con el que Espín y su equipo puedan aportar a los interesados unas nociones básicas de programación y creatividad enfocada a la industria de los videojuegos.

Para entender las motivaciones que han llevado a Salva Espín a trabajar este último punto hay que conocer un poco mejor cuál es el germen de este proyecto, impulsado por el programa de ayudas del Ayuntamiento de Murcia 'Reactivos Culturales'. «Todo esto nace realmente de las charlas que yo voy haciendo en colegios e institutos de la Región. Normalmente, siempre las había enfocado a la creatividad en el mundo del cómic, pero dada mi pasión por los videojuegos -que en parte es uno de los motivos por los que yo me dedico al dibujo y, en concreto, al diseño de personajes-, empecé a hablar de ello en estos talleres y me di cuenta de que es un tema que suscita mucho interés entre la juventud. Y es que, además de ser un elemento clave de su ocio, estamos hablando de una de las mayores industrias culturales del mundo; y, por lo tanto, de una de las que más puestos de trabajo genera», asegura.

«Entonces -continúa-, a finales de 2018 empecé a ofrecer charlas centradas la creación de personajes para videojuegos y en cómo ellos podían organizarse para, en un futuro, poder ganarse la vida con ello. Te puedo asegurar que esta era la parte en la que más preguntas me hacían. Y es ahí donde surge la idea primigenia de hacer un videojuego que pueda llegar a las aulas y sirva a su vez de herramienta para la enseñanza teórica de la historia, en este caso, y para conocer de manera práctica, interactuar y participar en el desarrollo de un videojuego», explica Espín, que, por supuesto, cuando consiguió «encajar» su proyecto en la convocatoria de 'Reactivos Culturales', gozó indiscutiblemente del visto bueno de los técnicos de la Concejalía.

Se trata, por tanto, de un videojuego enfocado a despertar la creatividad de quienes se topen con él desde sus etapas más tempranas de desarrollo. «El programador, por ejemplo, no solo tenía experiencia en la creación de videojuegos, sino también como profesor en este ámbito. Y la banda sonora ha corrido a cargo de Wyrdamur, un grupo de folk de la Región especializado en música medieval que ha trabajado todas sus composiciones de manera digital, lo que viene muy bien a la hora de poder explicarle a los interesados otro tipo de perfiles involucrados en esta industria», recuerda Espín, para quien Murcia es «un lugar perfecto» para poner en marcha este tipo de proyectos: «Para que la gente monte sus propias firmas o para que vengan aquí las pequeñas empresas. Y es que, en realidad, con apenas cuatro paredes pueden poner en marcha un estudio con capacidad para lanzar títulos a nivel mundial». De hecho, es el «mensaje» que el dibujante quiere enviar a los jóvenes «y también al Gobierno Regional» como una opción «de futuro».

Por su parte, Espín está «tomando buena nota» de la producción de Murcia Medieval de cara a próximos desafíos. «Me gustaría poder poner en práctica todo lo que he aprendido con algún proyecto más internacional lo antes posible. Por dos motivos: primero, porque considero que los videojuegos son el mejor medio artístico o creativo más interesante en este momento, ya que unen diferentes disciplinas y cuenta con la gran baza de la interactividad, cosa que el cine, por ejemplo, no tiene. Y es un sector en el que todavía hay mucho por hacer... Es un campo todavía por explotar. Y luego, en segundo lugar, a nivel empresarial. Por lo que te comentaba: porque desde Murcia puedes tener alcance internacional, y eso repercute obviamente en la facturación», explica el dibujante, que advierte que está trabajando en «varias cosillas muy especiales». Eso sí, señala que todavía es pronto para desvelar nada.