Dice Carlos Saiz Espín (Murcia, 1991) que lo que busca es «acercarse cada vez más a su esencia». Una esencia que habla de la calle, de ese tipo de historias que dicen poco y cuentan casi todo. Autor de La hoguera, un corto que hizo algo más que ruido en el circuito independiente de este país, el cineasta acaba de publicar el videoclip de Espacio vacío, de Carolina Durante y Él mató a un policía motorizado, y prepara un largometraje. Empiecen a pronunciar su nombre. Pronto podrán alardear de ello.

Se dice que a los 15 años empezó a filmar sus primeras piezas. ¿Qué quiso registrar?

Empecé haciendo vídeos de mis viajes familiares y cortos con mis amigos. Lo primero ya no sucede porque apenas viajo con mi familia, y si lo hago no voy con la cámara en la mano a todas horas. Pero trabajar junto a mis amigos sigue siendo uno de mis básicos a la hora de desarrollar nuevos proyectos.

Se ve en su trabajo una voluntad de mostrar, de reivindicar, incluso, a la gente que no suele copar titulares.

Más que reivindicación, creo que es una cuestión de con quién me apetece pasar el tiempo. Conozco gente de todo tipo y por lo que sea suelo aprender más con aquella a la que te refieres. En general es un ambiente más rico, el otro lado más glamuroso o de 'copar titulares' hasta el momento me ha resultado más aburrido. Intento que mis proyectos estén vivos y que exista una convivencia real entre las personas que participan, vengan de donde vengan.

Se suele decir que solo a través de la ficción se puede llegar a transmitir una verdad. Ese diálogo está presente en trabajos suyos como La hoguera. ¿Cómo fue contar la historia de Lionel, un tipo al que ya conocía?

En ese proyecto, los personajes se interpretan a sí mismos o a personas muy próximas, y los hechos que suceden son muy cercanos a pesar de que todo esté puesto en escena. Uno de los objetivos formales es que parezca que todo es vida delante de los ojos. En definitiva, una ficción camuflada en lo vivencial.

Los autores que ponen su foco en esas historias suelen afirmar que notan cierta condescendencia desde la academia. ¿Lo ha notado?

Existe esa condescendencia, pero no estoy tan seguro de que sea por un tema de poner el foco en determinadas historias. Mira a Iñárritu con Biutiful, por ponerte un ejemplo, ahí no veo condescendencia. Creo que la condescendencia surge de hacer películas con formas diferentes a lo establecido y que salgan bien. Por ejemplo, trabajar con actores no profesionales o no montar un lío inmenso en cada rodaje. Por suerte, hay autores que actúan libremente y por suerte también 'la academia' a veces se rinde y acepta estas obras.

Realizó el videoclip de Islamabad, de Los Planetas, y el de Espacio vacío, de Carolina Durante y Él mató a un policía motorizado, ¿cómo surgen esos proyectos?

En el caso de Islamabad coincidió que salió la canción cuando mi pareja de ese momento y yo lo habíamos dejado. Escribí el videoclip poniéndome la canción en bucle e inspirándome en esa relación, surgió de manera muy natural. El grupo no supo nada hasta que terminamos el vídeo, después de hacerlo se lo enseñamos, les gustó y lo acogieron. Para el tema de Carolina y El mató nada que ver. La pareja del cantante de Carolina es amiga íntima de una compañera del máster de cine. Me propusieron hacer el vídeo después de coincidir en varias ocasiones y de que ella le enseñase mi trabajo y le hiciera saber que me gustaba su música y la de Él mató.

¿Es necesario que le guste la canción para crear su videoclip?

Es lo ideal. Hasta ahora sólo he hecho videoclips de canciones y artistas que me gustaban y con libertad de creación absoluta. Han sido siempre proyectos personales, casi como una colaboración músico-cineasta en los que nunca he cobrado ni me ha importado. Imagino que para hacer un vídeo de una canción que no me guste entraríamos en otro tipo de proyecto más hacia el encargo. Seguro que encontraríamos la manera de que saliera un buen vídeo, pero lo primero sería hablar de dinero.

¿Intenta plasmar lo que le sugiere la canción o contar una historia, aunque no tenga demasiado que ver con la canción, en el tiempo que dura la misma?

Intento que la relación sonido-imagen no sea excesivamente evidente, aunque la canción suele ser la guía para desarrollar la idea. Me tomo toda la libertad del mundo siendo consciente de que al añadir imágenes estoy influyendo de lleno en la percepción del público sobre esa canción, y por tanto busco que exista unidad y que el proyecto tenga sentido en su conjunto.

Dice que hay que empezar haciendo un cine muy cercano a uno, ¿cree que hay un momento en que un cineasta puede permitirse alejarse de eso?

Estoy seguro de que es imposible alejarse de la esencia de cada uno, o por lo menos yo lo que busco es acercarme cada vez más a ella. Quizás puedas alejarte en el cómo, y hacer una película del espacio pese a haber nacido en un pueblo, pero difícilmente en el qué, ya que las emociones que perseguirás mostrar van a ser propias.

¿Qué tiene entre manos?

El año que viene presentamos un cortometraje de animación basado en un pueblo minero de Murcia que he desarrollado junto a mi hermano, que es ilustrador y Bliss, un estudio de Barcelona que se interesó por producir el proyecto. En cuanto al largometraje, una productora de Madrid se interesó por un guión mío y estamos en fase de producción. Por otro lado, planeamos un largometraje centrado en la figura del padre de Lionel, que ojalá salga, porque tiene un universo increíble por mostrar.