La XI edición del Cartagena Folk finalmente no podrá celebrarse debido a la crisis sanitaria. El Ayuntamiento de Cartagena hizo ayer por la noche oficial el aplazamiento del festival por la pandemia de la covid-19. El festival tenía entre sus principales atractivos las actuaciones del grupo andaluz La Banda Morisca y el proyecto Mujeres con Raíz, uno de los más importantes del panorama folk regional.

El festival se iba a celebrar este fin de semana con una nueva ubicación, en el Parque de la Rambla, junto al Estadio Cartagonova e iba a contar con un escenario 'silencioso' teniendo como protagonistas a La Banda Morisca, Young Forest, Cooldesac, Mujeres con Raíz y la banda cartagenera Krisuvik.

En cuanto a La Banda Morisca (nombre tomado de la frontera que separaba el reino árabe-andaluz nazarí de Granada de los reinos cristianos de Aragón y Castilla) está nominada a los Premios de la Crítica Discográfica Alemana por su nuevo disco, Gitana mora (2020). El grupo concedió una entrevista a LA OPINIÓN antes de que se conociese la noticia del aplazamiento del Cartagena Folk. Aseguran que el grupo es «un proyecto caleidoscópico que da voz al patrimonio que nos dejaron las mujeres andalusíes en nuestra tierra, y que conecta con lo que somos actualmente». Mezclando música andalusí con ritmos étnicos y flamenco, han querido homenajear a la mujer en una línea que va desde Wallada, en el califato cordobés, hasta Fernanda y Bernarda de Utrera. José Cabral (oud, banjo, morisca y voces) nos introduce en su mundo.

¿Qué es y cómo nace La Banda Morisca? ¿Cómo fueron los comienzos?

Nace de un proyecto puntual en el que nos encontramos, y a raíz de ese encuentro casi casual empezamos a trabajar esta idea, que no es otra que indagar en las múltiples raíces de la música andaluza, en la herencia andalusí y en todo lo que hay de ella en las músicas de otros pueblos del Mediterráneo, y lógicamente en el Flamenco. A partir de esa indagación, experimentar y crear un sonido propio. Y los comienzos, como la mayoría de grupos: bares, verbenas, fiestas, etc., aunque es cierto que empezamos pronto a tocar en festivales, ya que teníamos el bagaje de algunos miembros que habían formado parte de grupos como Radio Tarifa o Lajambre.

Se presentan como un grupo que fusiona tradiciones musicales como la árabe, andalusí, flamenco, mediterránea... ¿Qué sale de ese cóctel?

Esperamos que algo bueno [Ríe]. Intentamos siempre que los ingredientes sean de calidad y que casen bien, claro. Que el resultado sea algo orgánico y compacto, que no suene a piezas deslavazadas, sino que todo esté integrado. Después es ponerle cariño y trabajo, para que el resultado tenga la calidad suficiente para ser degustado. Y, de momento, no nos han pedido la hoja de reclamaciones...

¿Cuál es el porqué del nombre? ¿Hay algún tipo de reafirmación territorial, una reivindicación de esos tiempos de tolerancia y entendimiento, ahora más necesarios que nunca?

El nombre lo elegimos por su doble sentido: además de 'banda' como grupo musical, hace alusión a la franja de terreno que durante muchos años separó los reinos del sur y, por último, el de Granada de los reinos del norte. En esa franja territorial que fluctuaba se encontraban gentes del sur y del norte que iban y venían: moriscos, gitanos, gentes sin patria que intercambiaban sus alegrías y sus penas. Y queremos entenderlo así, no como una barrera, sino como un lugar de encuentro. Creemos que ese mensaje de entendimiento es muy útil. Tenemos que darnos cuenta de todo lo que nos une a los pueblos mediterráneos, y la música quizás sea el medio más directo para abrazarnos.

¿Cuál fue el germen de Gitana mora ? ¿Por qué ese título?

La idea surgió del propio tema que da nombre al disco-libro, en el que utilizamos esa frase que cantara la Fernanda de Utrera: «Gitana, tú eres mora, mora de la morería». Es una frase que dice tanto? Nos dice que formamos parte de un pueblo que ya no sabemos si es moro, gitano, payo o todas esas cosas y más. A partir de ese tema ya empezamos a trabajar la idea del disco, y decidimos dedicarlo a la mujer, ya que han sido ellas las que han mantenido y transmitido gran parte de nuestro acervo cultural.

Un homenaje a la mujer andaluza. ¿Estaba olvidada? ¿La cultura andaluza es más de mujeres que hombres? ¿Es feminista?

Muchas mujeres han sido invisibilizadas a lo largo de la Historia, y la mujer andalusí además con un doble velo: por ser mujer y por ser andalusí. En este trabajo hemos querido rendir homenaje a algunas de ellas, desde poetisas, músicas y sabias hasta jornaleras. Ellas han mantenido en las casas nuestra sabiduría popular, desde remedios naturales hasta canciones populares. Sin lugar a dudas, Andalucía está impregnada de ese matriarcado.

Una de las motivaciones principales del proyecto parece ser investigar las raíces del flamenco.

Sí, es uno de los pilares del proyecto. Investigando en las músicas modales, en los ritmos, en la forma de encarar los cantes, te das cuenta de la semejanza del flamenco con las músicas de raíces andalusíes; aunque, evidentemente, el flamenco, como música surgida de un pueblo ya marginado, tiene ese matiz de lamento, de queja. Y ya cuando escuchas a Cheqara cantando un mawal, y es idéntico a una malagueña, se te caen los palos del sombrajo. En este proyecto también hemos avanzado en una nueva vía que nos apasiona, que es la influencia negra, tanto en el flamenco como en otras músicas andaluzas.

¿Cómo ha sido la evolución musical de La Banda Morisca los últimos años?

Pues hemos ido buscando nuestro camino, y creemos que en este tercer trabajo estamos ya asentando nuestro sonido propio. Esa evolución también ha ocurrido por todos los músicos que han pasado por la formación en estos años. Todos y cada uno han aportado su visión y su talento al proyecto, y han contribuido a que seamos lo que somos hoy día.

¿Cómo es posible que un viaje a lo antiguo resulte radicalmente moderno?

Nos alegra esa pregunta, porque es precisamente eso lo que buscamos: hacer contemporánea nuestra tradición y nuestra herencia musical de siglos. Tenemos esa inquietud de estar siempre en la frontera, con un pie en cada sitio, siempre con respeto y trabajando con mimo cada tema. Intentamos seguir ese aforismo de las raíces y las alas de Juan Ramón Jiménez: que las raíces vuelen y que las alas arraiguen.

¿Tenemos que sacudirnos algún complejo de nuestras tradiciones?

La musicalidad que presentan las tierras mediterráneas no es comparable a otras zonas del mundo, y el exotismo musical de nuestra zona tiene un carácter único, genuino y muy apreciado en todo el mundo.