Juan Diego acababa de estrenar Jarrapellejos. Se bajó del tren con un traje blanco que le convertía en centro de todas las miradas y que recordaba el que llevaba en ese film, o el que había llevado cuatro años antes en su papel de señorito Iván en Los santos inocentes.

Llegó a la Universidad de Murcia para hablar de la interpretación, y lo hizo en la Convalecencia, en el curso «Oficios de película», dirigido por este cronista. Antes de la conferencia, posó en el Servicio de Comunicación. La conferencia fue apasionante, habló de la profesión de actor desde el punto de vista de quien la había vivido intensamente, y de la expectación que suscitó fue clara señal la cantidad de periodistas que asistió por la mañana a la rueda de prensa en el Rectorado.

Juan Diego hizo durante aquella estancia un descubrimiento que le marcó durante años: la de nuestro escritor Miguel Espinosa, cuya obra completa le regaló la UMU. Durante mucho tiempo abrazó la idea de adaptar La fea burguesía.

El curso reunió en el salón de actos de la tercera planta de la Convalecencia a algunos de los profesionales más destacados de nuestro cine en sus respectivos ámbitos: el realizador Luis García Berlanga; el montador Pablo del Amo, uno de los pocos españoles académicos de Hollywood; Alfredo Matas, el productor más americano del cine español; el crítico José Luis Guarner, el guionista Manuel Matji y el fotógrafo Carlos Suárez.