Cuando uno piensa en el noir se imagina a Humphrey Bogart en El halcón maltés (1941) o a Hércules Poirot interrogando a media docena de sospechosos merced de la pluma de Agatha Christie. Pero, desde aquéllas, muchas cosas han cambiado en cuanto a la cultura del entretenimiento; y no solo en el fondo o en la trama, sino en las formas y los medios. Y en Cartagena Negra, las jornadas de literatura policíaca y de misterio de la ciudad portuaria lo saben. Por eso, en su próxima edición habrá sitio también para el 'podcasting' -ya saben, lo que la radio convencional es a Internet-, y, más concretamente, para Elena en el País de los Horrores, un programa dirigido y presentado por la periodista de sucesos Elena Merino (Alicante, 1973). Será el 11 de septiembre y, acompañada por los televisivos Manuel Marlasca, Alfonso Egea y Beatriz Osa, realizará en directo desde El Batel la apertura de la décima temporada del proyecto. Con ellos hablará de crímenes, de la profesión y, por supuesto, de literatura (sus tres invitados han hecho sus pinitos en el mundo editorial), pero hoy es a ella a la quien le toca responder a las preguntas de este diario.

La novela negra está de moda. ¿Qué cree que tiene el noir que engancha tanto a los lectores?

Me parece que fantasear con el lado oscuro de la vida tiene algo de terapéutico. Por lo general, somos personas de bien y eso nos obliga a ceñirnos, a mantenernos dentro de los límites, a progresar solo por el camino correctamente señalizado. El género negro, sea en el cine o en la literatura, nos da la posibilidad de vivir lo prohibido virtualmente, lo que resulta más que satisfactorio para el rebelde que todos tenemos dentro y nos guarece de peligros. Además, el noir bien entendido tiene mucho de glamuroso.

¿Y usted, cómo llegó a este género? Porque entiendo que es aficionada...

Lo mío será la historia de otros muchos de mi generación: cuando yo era pequeña y solo había dos canales de televisión, se ponía mucho cine negro, y mis padres no consideraban peligroso que lo viéramos. Yo jugaba con mi hermano y en la escuela a ser detectives (y a espadachines, pero eso es otro tema...), y creo que esa fue mi primera vocación: ser detective, de los de gabardina y mascota, a lo Philip Marlowe. Siguen resonando en mi memoria los acordes de saxofón y la voz de narrador del propio protagonista de las historias...

¿Un autor o libro que le haya marcado?

Esa pregunta es la más fácil de todas. Sin duda alguna, Arturo Pérez-Reverte.

¿Cómo influye el gusto por este género en una periodista especializada en crímenes e historias truculentas? ¿Qué fue primero, el noir o los sucesos?

¡La pescadilla que se muerde la cola! Como le he dicho, mi primera vocación fue la de detective, pero también me gustaba mucho escribir. Sumé las dos y me salió periodista. La razón de haberme especializado en crónica negra ha sido una pregunta frecuente en entrevistas y, también, desconcertante por un tiempo. No es fácil saber por qué a una le gusta lo que le gusta. Al final, resolví -no sé si por descarte de otras opciones- que se debía precisamente a la influencia de aquellas pelis que veía, sin más opción, de niña. En cualquier caso, en la novela negra, como en los sucesos, siempre se nos plantea un enigma oculto entre las más bajas pasiones del ser humano, que a mí me parece un lugar fascinante y misterioso donde realizar pesquisas para tratar de resolverlo.

Más allá de su trayectoria profesional, usted ha hecho también sus pinitos en la literatura con En la piel del asesino (2015). ¿La cuarentena no le ha tentando a meterse en algún proyecto similar, a volver a escribir?

Vivo deseando volver a escribir, pero mis circunstancias no me lo ponen fácil. Dirijo un podcast, que es un medio tan nuevo en nuestro país que aún tiene un perfil profesional bastante borroso. Tratar de convertirlo en un producto convincente para que te paguen por él requiere una dedicación muy absorbente. Tampoco el panorama editorial invita demasiado al esfuerzo extra que precisa un nuevo proyecto literario... Dicho esto, y aunque sea contradecirme, puedo anunciar que, probablemente en unos meses, presente un segundo libro.

Hablando del confinamiento y, por extensión, de la covid-19 (el gran villano de este año), ¿da este 2020 para una novela negra o más bien inspiraría un libro de terror?

Solo la pandemia ya ha dado para unas cuantas producciones literarias y cinematográficas. Parece que nada espolea la creatividad tanto como la desgracia. De momento, está dando para intriga y terror, mucha conspiración y mucho 'Z' [en alusión a la ficción protagonizada por zombis]. Una novela negra quizá necesite más tiempo de cocción. Veremos qué da de sí.

Volvamos a centrar el foco: Cartagena Negra. ¿Qué espera de estas jornadas?

Sobre todo, estar a la altura. Estoy muy ilusionada y es muy emocionante participar en el evento.

Como no podía ser de otra manera, participa en una mesa redonda titulada El país de los horrores , como el podcast que dirige. ¿De qué va a hablar junto a sus contertulios? ¿Qué tienen preparado para este encuentro?

Pues estrenamos la décima temporada de Elena en el País de los Horrores con esta mesa redonda, que será, a su vez, programa en vivo y podcast en cuanto lo podamos subir a nuestro canal, y me parece la mejor manera de hacerlo. Esta es una temporada clave para nosotros, que requería, por lo tanto, un estreno muy especial, y no se me ocurre ninguno mejor. Tengo muchísimas ganas de sentarme junto a tres compañeros a los que admiro tanto. Me va a gustar mucho hablar con ellos sobre periodismo y sobre cómo se trabaja actualmente la crónica de sucesos, pero, desde luego, también de la magnífica colección Sin ficción (Alrevés Editorial) y de las obras (y los casos en las que se basan) que, tanto Manuel Marlasca, como Alfonso Egea y Beatriz Osa, han publicado en ella.

Por cierto, entre los escritores del género los hay sutiles y viscerales. ¿Usted cuáles prefiere?

Pues caeré en el tópico: menos es más.

Por último: ¿Le recomienda a nuestros lectores una novela con la que enamorarse del género?

Vuelvo a citar al cartagenero Pérez- Reverte y cualquiera de sus novelas, dentro del género o ampliando al thriller. Otra novela que me resultó apasionante y que recomiendo mucho es El alienista (1994), de Caleb Carr.