Juan González Cutillas se responsabiliza de las actividades del Aula de Música en el curso 1984/85. Pretende que las actividades que se organizan refuercen su presencia en el ámbito universitario y, a la vez, sean un referente en los círculos musicales de la ciudad. El nuevo director plantea dotar el Aula de una imagen con personalidad, carteles y folletos, que recoja las acciones que desde ella se realizan.

Paco Salinas y Pedro Manzano diseñarán conjuntamente, a finales de los ochenta, para el Aula de Música, algunos de esos carteles: Congreso Internacional de Terminología Musical Castellana, en 1989, y la nueva imagen del Coro de la Universidad de Murcia. Ambos carteles parten de fotografías, el primero un juego de luz en sala oscura que dibuja pentagrama y nota musical iluminada con colores de rotulador; el segundo, la foto de la propia coral.

A partir de la quinta edición del Festival Internacional de Orquestas de Jóvenes, en 1986, el responsable y director pasa a ser González Cutillas. Salinas y Manzano asumirán juntos la gráfica del Festival entre 1987 y 1991: cartel, programa y catálogo. Las fotografías de Salinas constituyeron siempre el punto de partida de los carteles del FIOJ. Una gráfica que recurrió al pop como referente y cuya extensión en el tiempo permitió jugar con aspectos simbólicos y secuenciales. La orquesta, en 1987; cinco músicos, elegidos para componer una pequeña Orquesta Internacional. Las manos, forzadas de color, del director de orquesta, en 1988; un homenaje a Warhol, el cartel le está dedicado, fallecido un año antes. El instrumento; el violín ardiendo sobre fondo negro, en 1989. El músico, concentrado en la partitura en 1990; con imagen y tipografía obtenida superponiendo vinilos transparentes y sucesivos disparos de Polaroid.

El cartel aquí reproducido es el último de esa larga y fructífera colaboración. El director del Festival sugirió utilizar el retrato de Mozart como imagen del FIOJ en 1991, la décima edición; se celebraba el Año Mozart y se pretendía que los jóvenes músicos que iban a participar en el certamen se vieran reflejados: «Ellos serían los jóvenes Mozart del futuro», un cartel que, según la prensa, «hubiera sido muy del agrado del joven Mozart».

Por primera vez el ordenador interviene en la creación de un cartel del FIOJ (se hicieron otros bocetos, manipulando el rostro de Mozart con tiras de colores transparentes); se redibujó el cuadro-retrato que le hizo al compositor Barbara Krafft, obteniendo líneas de idéntico grosor en distintos colores que aportan ese aire mecánico de frescura y juventud.

1991, un año en el que buena parte de la publicidad nacional, incluso la de alguna gran superficie, hizo a sus modelos moverse al ritmo impuesto por las partituras de Mozart.