Los sonidos del jazz, el blues y el soul llenarán esta noche las tablas del Museo de la Música Étnica dentro del ciclo ‘A la luna de Barranda’.

Y es que hoy llega a la pedanía caravaqueña la cantante y compositora Sara Zamora, afincada en Murcia. Aunque también influenciada por géneros de masas como el rock, el pop y el rithm and blues, su devoción por las grandes vocalistas tradicionales del jazz -como Sarah Vaughan, Peggy Lee, Ella Fitzgerald o Julie London- ha decantado una carrera musical marcada por su voz negra, sensual y llena de matices clásicos. Desde que en 2009 comenzara su andadura en la industria, ha colaborado con diversas formaciones como la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia y la Big Band de Ginés Martínez Vera, así como con artistas de la talla del guitarrista flamenco Carlos Piñana y el reconocido pianista y productor Ángel Valdegrama.

P En primer lugar, cuéntenos qué nos vamos a encontrar los que asistamos a la próxima cita del ciclo ‘A la luna de Barranda’.

R Pues voy a llevar algunas de las canciones de mi último disco; todas no van a poder ser porque el formato en el que se grabó el disco es con una sección de cuerda y de big bang, pero hemos conseguido adaptar bastantes al formato cuarteto [que es como se presentará en el Museo de la Música Étnica] y, a parte, también haremos algunas versiones de soul, de swing y de jazz. Será un concierto muy variado y completo, para todos los gustos.

P Tú último trabajo, Do it (2019), es un disco que recorre las principales vertientes del jazz, el swing, el blues, el soul y también el pop.

R Sí. Mi arreglista, Ángel Valdegrama, y yo nos atrevimos a componer nuestros propios temas de jazz, lo que no es demasiado habitual ya que la mayoría de los músicos o artistas de jazz en España tiran mucho de standards y covers. Así, el disco, que lo podéis escuchar en Spotify al completo, está compuesto por diez temas originales, escritos por nosotros. Nos hemos atrevido a meternos en un palo muy difícil, pero el resultado ha sido muy positivo.

P Llevas en esto desde 2009. Cuénteme, ¿cómo descubre su pasión por el jazz?

R No sé si os acordaréis, seguro que sí. Todo comenzó a raíz de las jazz sessions que se hacían en el pub La Puerta Falsa en Murcia; que, por cierto, lo echo mucho de menos (porque ya está cerrado). Desde muy jovencita, me escapaba a estas sesiones y veía a los músicos como se miraban entre ellos, como improvisaban, sus caras, la pasión que le ponían... Así que me puse a investigar el mundo del jazz. Además, en mi casa siempre se ha escuchado, no jazz, pero sí mucha música soul, mucha música negra. Y decidí comenzar a experimentar con el jazz a raíz de juntarme con Ángel Valdegrama, Ramón Climent y Andrés Garrido; ellos me instruyeron mucho en este género que tanto me gusta y del que sigo aprendiendo cada día.

P De hecho, hace poco pasaste por el Cartagena Jazz Festival.

R Fue una maravilla... Y la primera vez que tuve cabida en un festival de jazz importante como este. Fue en el Soldadito de Plomo, una cafetería con muchísimo encanto en Cartagena. Fuimos a trío, con Ángel Valdegrama y con Pascual al bajo. Este año creo que está la posibilidad de repetir -si la pandemia lo permite- en noviembre, pero será con un formato más grande y para presentar el disco allí.

P Además, has realizado colaboraciones importantes con la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia y el guitarrista flamenco Carlos Piñana, entre otras.

R Sí. Fue una pasada la experiencia... A Carlos le hablaron de mí, y el quería meter un voz más soul en el disco que realizó con la Orquesta Sinfónica y Pedro Contreras; por combinar un poco los estilos. Y nos dimos cuenta de que el flamenco con una voz como la mía daba un resultado muy interesante... Fue una experiencia maravillosa, ya digo; el poder subirme por primera vez a un escenario como el del Auditorio Víctor Villegas, con una sinfónica... Estoy deseando repetir la experiencia, pero con mi propio proyecto.

P Por cierto, ¿qué tal has llevado el confinamiento?

R Esta pregunta me la han hecho mucho, y, no te voy a engañar, no ha sido una experiencia mala. Aunque, si bien es cierto es que se me han caído varias fechas importantes -iba a estar en el Jazz San Javier con toda la big band, íbamos a estar en el Festival de Jazz de Murcia, que volvía después de muchos años-, he aprovechado para componer nuevos temas, que saldrán a final de año, y para seguir aprendiendo y mejorando mi instrumento: la voz. Pero bueno, cuano se canceló todo fue un bajón muy grande.

P ¿Cómo es el trabajo diario?

R Sobre todo es rodearte de profesionales, de gente buena que te quiera ayudar y aconsejar. Lo más importante es escuchar mucha música porque al final aprendes de las artistas más grandes, de sus tonos, registros y colores de voz. Esto es como un trabajo más, con un horario de oficina, donde le tienes que dedicar muchas horas al día, y sobre todo mucho escenario y muchas tablas.

P ¿Se van cerrando más fechas en esta ‘extraña’ normalidad (aparte de esta en Barranda)?

R Pues yo estoy temblando, la verdad. El jueves pasado estuvimos en Murcia Parque, que fue un exitazo (lo llenamos prácticamente entero), pero esta de Barranda es, de momento, la última fecha que tengo. Estamos esperando que salgan fechas, pero entiendo que ahora los promotores musicales y las salas no se arriesgan a cerrar conciertos con tantos músicos... Espero que para el mes de septiembre se empiece a mover la cosa y podamos seguir presentando por muchos escenarios nuevo disco Do it.