El cartel reproducido recibió uno de los dos accésits, concedidos tras fallarse el concurso para elegir anunciador de los festejos de Semana Santa y Fiestas de Primavera en Murcia el año 1943. El autor del afiche es un joven pintor, José Antonio Molina Sánchez, nacido en la calle de San Nicolás, entonces con veinticinco años y colaborador habitual de la prensa murciana (sus escenas costumbristas, referentes a la Navidad y Semana Santa, ilustran el diario Línea). El elegante boceto, resuelto en tonos amarillo-verdosos y contrastados rojos, se presenta bajo el lema: 'A la Fiesta'.

Una familia huertana acude a la ciudad a ver la procesión de Viernes Santo al paso de Los Azotes (tema iconográfico que se remonta a algunos años anteriores a la Guerra Civil, pues fue motivo de cartel usado por Garay en 1932; y que será recurrente en la cartelería murciana para anunciar los festejos primaverales).

Molina Sánchez ha creado una imagen estilizada, de preciso y sinuoso dibujo, que parece retrotraernos a aquellos carteles decó de los años veinte; pero también a influencias barroquizantes, ese estilo falangista, triunfalista y heroico, de Sáenz de Tejada, endulzado ahora por el magisterio que Benjamín Palencia y Eugenio D'Ors ejercen en los jóvenes pintores que recién comienzan su andadura.

Molina Sánchez, establecido en Madrid desde 1942, es contertulio en el Café Gijón con otros artistas, intelectuales y escritores que pueblan el Madrid de aluvión, triste y paupérrimo, de posguerra. El cartel presentado por el murciano está impregnado de un gusto por lo popular, de una minuciosidad descriptiva, que deja aflorar la vinculación del pintor con el movimiento Juventud Creadora, que editará en Madrid, ese año, la revista Garcilaso con la que colaborará de forma activa. El grupo Juventud Creadora opone Garcilaso al Góngora del 27. La revista Garcilaso, subvencionada por el régimen, pretende definir unos ideales anclados en el Neoclasicismo, con una retórica que, desde la referencia a Garcilaso, poeta y soldado, haga resaltar valores barnizados de patriotismo en los poemas e ilustraciones que se recogen en la publicación, siempre aureolados de un tono épico, idílico o arcádico, alejado por otra parte de la triste realidad socio-política que vivía el país. Los tres carteles galardonados en 1943 se editaron en la litografía Ortega, de Valencia, iniciando la costumbre de difundir los festejos con el apoyo gráfico de varios afiches impresos en distintos formatos; el del alicantino José Pérez Gil a un tamaño de 120x80 cm, los accésits de Molina Sánchez y Miguel del Moral se imprimieron a 50x33 cm.