El pianista Arturo Abellán llega esta noche hasta el escenario del Museo de la Música Étnica para una nueva jornada del ciclo 'A la luna de Barranda 2020'. Será la oportunidad de disfrutar en directo de un prodigio del piano, que tras aprender de oído y con tan sólo cuatro años la melodía de La marcha turca de Mozart, debutó en el mundo de la música de cámara a la corta edad de 13 años. Desde entonces, el caravaqueño, de 18 años, ha realizado numerosas audiciones tanto en España como en el extranjero, y ha sido merecedor de más de una treintena de premios en prestigiosos concursos a nivel nacional e internacional.

En primer lugar: ¿Qué nos vamos a encontrar esta noche en el museo de Barranda?

Pues tengo pensado dividir el concierto en dos partes siguiendo un orden cronológico. Empezaré con una sonata de Hayden, seguiré con Papillons, de Schumann, y cerraré esta primera mitad con Branham. La segunda parte comenzará con una pieza de Imágenes, de Debussy -una obra impresionista que me gusta mucho-, y terminaré con dos obras del compositor romántico Frèdéric Chopin.

¿Cómo ha sido preparar esta selección?

Bueno, éste es un programa que siempre me ha gustado mucho. Algunas de las obras que interpretaré en este concierto ya las he tocado en alguna ocasión en Caravaca, pero la mayoría son trabajos que he montado hace poco tiempo. Son obras que siempre me han gustado mucho, muchas de ellas del periodo Romántico, que es de mis favoritos; es un estilo que compagina muy bien con mi forma de ser.

Conviene recordar que tiene tan solo 18 años y que, actualmente, todavía es alumno del conservatorio. ¿Qué está cursando ahora?

Sí. Yo a los dieciséis años me fui a Madrid a cursar un pregrado en la Escuela de Música Reina Sofía, ya que hasta que no terminara el Bachiller no podía empezar un grado superior. Así que me presenté a las pruebas y fue aceptado. Y allí he estado hasta ahora, que ya he cumplido los 18 y, por tanto, el año que viene podré empezar finalmente con el primer curso del superior.

¿Ya tiene decidido dónde lo vas a cursar?

Llevo dos años en Madrid y quería variar un poco, la verdad, así que comenzaré en Barcelona con Denis Lossev. Es un profesor muy reconocido en España y, actualmente, además de ser el asistente de uno de los profesores del Reina Sofía, tiene su propia cátedra en la Escuela Superior de Música de Barcelona. He conseguido pasar las pruebas de acceso por lo que a partir de septiembre estaré por allí.

¿Qué significa para ti La marcha turca de Mozart?

A decir verdad, yo no lo recuerdo muy bien, pero al parecer fue lo primero que toqué, según mis padres. Ellos le dieron un móvil viejo a mi hermano para que se entretuviera; un móvil que no podía ni tan siquiera llamar, pero que tenía un tono que era la melodía de La marcha turca. Mi hermano también estaba estudiando música, y de escuchar tantas veces la canción, un día me senté al piano y la toque. Entonces fue cuando mis padres me apuntaron a música, y así fueron mis inicios. Así que es una pieza bastante importante para mí.

Entonces, cuando descubrió su pasión apenas tenía conciencia de ello de lo pequeño que quera..., ¿no?

Quizá tenía conciencia y ahora se me ha olvidado que la tenía. Al final, cuando uno empieza con algo, da igual que tenga conciencia o no: si le gusta, le gustará siempre. Con cuatro años, incluso sin saberlo, acerté.

Tiene en su haber más de treinta premios de prestigiosos concursos nacionales e internacionales. Si tuviera que quedarse con alguno, ¿cuál sería?

[Piensa] No lo sé. Es que no es solo el prestigio del premio en sí... Hay algunos que por el lugar en el que se celebran o, simplemente, por la gente con la que coincides, que se te quedan para siempre grabados en la memoria. Así que no podría destacar uno entre todos ellos, ya que cada uno tiene sus peculiaridades; todos ellos han aportado cosas a mi vida.

La pandemia ha paralizado toda la actividad musical; también la educativa. ¿Cómo has llevado el confinamiento?

En cuanto se informó de que se iban a cerrar las universidades, a principios de marzo, me vine a Caravaca y desde entonces he estado por aquí. Tuve que cancelar cuatro conciertos, incluso uno antes de que se iniciara el estado de alarma: yo tenía que venir desde Madrid y tampoco me sentía bien teniendo que actuar ante el público por si tenía algo... Y, bueno, las clases... Al final las clases las tuvimos que realizar de manera telemática, y ha sido un poco difícil para todos, la verdad.

¿Dónde se ve en un futuro?

Siempre he pensado en que me encantaría ser un reconocido concertista y poder dedicarme a dar conciertos por donde fuera posible. E intento esforzarme porque así sea en el futuro. Es un objetivo que siempre he tenido entre ceja y ceja y espero conseguirlo algún día, aunque nunca se sabe... Pero hay otras cosas que me gustaría desarrollar paralelamente: me gusta mucho escribir, por ejemplo, y otros tipos de arte.

Y ya, por último: ¿Qué proyectos tienes en mente ahora mismo o qué esta preparando en la actualidad?

Después de este concierto tengo otro en Cehegín, el próximo día 14. A partir de ese momento, empezaré a trabajar en un programa nuevo con el profesor Lossev, así que dejaré un poco de lado el programa que voy a presentar en estos conciertos para comenzar con otros trabajos diferentes. Tengo muchas ganas, la verdad, ya que son obras de compositores, algunos, que no he llegado a tocar nunca, y me generan bastante curiosidad y entusiasmo.