Cuando se eche la vista atrás y se pueda mirar con perspectiva se verá, entre tanto material extraño, que en el año de la pandemia hubo dos días del libro, ambos igual de excéntricos: uno que tuvo lugar en la fecha señalada pero que fue básicamente virtual y otro que tuvo lugar no en Sant Jordi sino en Santa Brígida de Suecia, San Severo de Bizia y San Valeriano de Cimiez, y que, a su modo, también fue un sucedáneo, con numerosas librerías descolgadas de la celebración, actividad de calle reducida al mínimo y el contacto con los escritores -el secreto de las fiestas, que diría Casavella- mermado por el coronavirus.

Es casi un acto de fe organizar un día del libro (y la rosa) en medio de todo esto, pero si algo puede ganar la partida es la voluntad de los libreros, los editores y, sobre todo, los lectores; de que salgan o no a la calle dependerá el éxito de la jornada. Quizá no haya tanto que hacer como en un Sant Jordi normal, pero hay oferta. Hay Sant Jordi.

Empecemos por la firma de libros, el corazón de todo, la razón por la cual miles de personas se echan a la calle cuando los tiempos no son de cuarentena ni confinamiento: la gran mayoría de librerías han cancelado su actividad rubricadora, todas por seguridad y responsabilidad social: porque el autor, sobre todo el famoso, atrae multitudes. Las pocas que propiciarán el contacto entre escritores y lectores han extremado, por lo mismo, las medidas de seguridad. En Barcelona, por ejemplo, Documenta tiene previsto sentar a un escritor a la mesa cada hora entre las diez de la mañana y las nueve de la noche, entre ellos a alguien que ya ha dado pruebas en pasadas 'diadas' de su capacidad de convocatoria: Rafel Nadal. Sant Jordi, pandemia, Rafel Nadal: asuntos menores han merecido el apelativo de "prueba de fuego".

Control y mampara

"Está todo previsto", dice el librero Eric del Arco. "Tendremos una persona afuera controlando el aforo de la librería y otra en la zona de firmas, donde solo se permitirán 10 personas con la debida distancia de seguridad. El escritor, además, estará detrás de una mampara, para protección de él y del lector". Además, hay que reservar cita previa. La presencia de Nadal en Documenta no es un hecho aislado, y forma parte de la movilización que ha hecho el Grup Enciclopèdia de algunos de sus autores, como David Nel·lo y Carla Gracia. Nadal pisará otras librerías como La Memòria, Abacus, Tòmiris y La Caixa d'Eines, en Barcelona, y en Girona, La Llibreria 22 y la Llibreria Empúries. Gracia estará en La Memòria y Documenta y Nel·lo en Abacus y Documenta. Grandes cadenas como Laie y La Central han cancelado firmas, pero pequeñas librerías como Lata Peinada las han mantenido. En Edicions 62 movilizarán a sus escritores pero no dirán dónde ni a qué hora, por seguridad. Un Sant Jordi extraño, sí.

En el año en que lo virtual es rey, Amazon Kindle presenta la firma virtual: un catálogo de dedicatorias escritas de puño y letra por una cincuentena de autores para la versón digital de sus obras. Arturo Pérez-Reverte, Santiago Posteguillo, Carmen Mola, José María Guelbenzu y Lorenzo Silva forman parte de la nómina. Es una opción: para los que quieren participar de la fiesta y no salir de casa. Y aún hay una intermedia para los que quieren salir y llevarse a casa un libro firmado, pero sin hacer colas: los ejemplares con rúbrica que algunas editoriales están distribuyendo en librerías. No es lo mismo, pero nada es lo mismo en este año del virus.

Aspirantes al trono

Es Sant Jordi. O Santa Brígida. O San Valeriano. Es el Día del Libro. Habrá paradas delante de las librerías y esa será la máxima expresión callejera de la fiesta; el palpitante corazón de la jornada. ¿Se venderán muchos libros? Ya se verá. Si es por las estadísticas recientes, serios aspirantes a hacerse con el trono de la 'diada' son 'El enigma de la habitación 622', de Joël Dicker, y 'Canto jo y la muntanya balla', de Irene Solà, en ficción, así como 'Mar d'estiu', de Nadal, y 'Así están las cosas', de Gonzalo Boye, en no ficción. Aunque ya se sabe que en este año raro el Gremi de Llibreters no hará lo que cada 'diada': divulgar la lista de los más vendidos.