El próximo12 de junio, Arde Bogotá publican con la multinacional Sony un nuevo EP: El tiempo y la actitud, justo ahora que han sido seleccionados para el LAMC 2020 (Latin Alternative Music Conference) de Nueva York, una edición especial que este año tendrá que celebrarse online. Es su oportunidad para adentrarse en el mercado latino; también están anunciados en carteles de festivales como Cooltural Fest o Sonorama Ribera. La cosa está que arde. Estos músicos cartageneros pisan a fondo en su nuevo lanzamiento, repleto de poderosos riffs con un punto de glamour rock muy sexy que les coloca en la pole position del rock actual. Ya rugen los motores. ¡Arde Bogotá salen quemando rueda! Su cantante, Antonio García, nos pone al tanto.

P Un gran misterio: sois de Cartagena, pero os conocisteis en Murcia. ¿Qué conexión tenéis con Bogotá?

R Bogotá es el primer lugar del mundo en el que sonaron nuestras canciones. Acabábamos de formar la banda, y yo fui a visitar a unos amigos. Me llevé las maquetas que habíamos preparado y se las enseñé. Y allí en un coche de fiesta en Bogotá tuvimos nuestras primeras críticas, y fueron muy positivas. Cantamos ‘aterrisa de nuevo’ camino a algún antro, y me animaron a apostar por la banda. Cuando escucharon esa historia, mis compañeros tuvieron claro que el nombre del grupo debía ser Arde Bogotá.

P Vuestra historia es muy curiosa. Con apenas un single en las plataformas de streaming, todos los medios hablaban de vosotros. ¿Cómo os sentís con todo esto? ¿Mucho trabajo detrás para que llegase este momento?

R Evidentemente, fue una sorpresa la acogida de Antiaéreo. Nosotros intentamos cuidar al máximo todo lo que hacemos, y estuvimos muchos meses preparando nuestro primer lanzamiento. Nos gusta pensar que una parte del resultado que obtuvimos se debe a las muchas horas que echamos en aquel garaje de Santa Ana para terminar esta canción, pero sin duda la repercusión que ha tenido y los sitios a los que nos ha llevado superan con mucho lo que esperábamos.

P ¿Cómo os habéis adaptado durante la pandemia? ¿El aislamiento os ha ayudado a concentraros en vuestro trabajo de banda?

R Ha sido difícil, la verdad. Una parte esencial de nuestro trabajo ocurre con los cuatro peleándonos en un mismo espacio para componer, para planear y para ensayar. Llevar esa pelea a Skype no ha sido fácil, y nos ha costado aprender a trabajar en la distancia. Sin embargo, hemos trabajado mucho, hemos estado muy activos, hemos publicado nueva música y nos hemos preparado para lanzar un álbum.

P Por cierto, es como si vuestro pasado hubiera desaparecido de las redes (en Instagram tenéis publicaciones desde marzo). ¿Qué habéis tenido que ocultar?

R Con la salida de nuestro segundo single, Big Bang, quisimos hacer algo en redes que llamara la atención. En Instagram eso supuso archivar casi todo lo que teníamos publicado para crear un collage, y por eso redujimos la cantidad de publicaciones. También he de confesar que Pepe (bajista) es un poco vanidoso y había un par de fotos que tenía ganas de ocultar desde hacía tiempo. Puede que eso influyera, sí.

P Antiaéreo era un auténtico pelotazo. ¿En qué os inspirasteis para componer la letra? ¿Cuándo la creasteis? El final recuerda a Police.

R Antiaéreo es una canción sobre un amor ‘correspondido mal’. El narrador quiere mucho a la persona a la que dirige la canción, pero esa persona está por encima de él, lo ha superado, y el tema es ese intento del narrador de devolver al destinatario al nivel del suelo. Supongo que esa letra viene de experiencias reales. Esa situación en que te quedas atrás nos ha pasado a todos, más o menos, alguna vez. Es la primera canción que hicimos, en otoño de 2018. Es el tema que yo envié a Dani Sánchez (guitarrista) la noche en que nos presentaron para probarle que componía canciones. A la tarde siguiente la tocamos los cuatro en nuestro primer ensayo, y los cuatro sentimos que conectábamos y que ahí había algo. Si se ha acabado pareciendo a Police, es una buena señal.

P La gran noticia llegó con vuestro fichaje por Sony Music. ¿Cómo fue esa llamada? ¿Qué tal las primeras impresiones con la discográfica?

R ¡Esa llamada fue un mail, y la celebración en un vegetariano! Pero ha sido un hito importantísimo, por supuesto, y estamos muy contentos. Para nosotros lo más interesante de Sony es que el equipo se agranda y hay más gente entusiasmada con nuestro proyecto y ayudándonos a hacerlo realidad. No tiene nada que ver con el mito de la discográfica con el látigo obligándote a cambiar las letras; todo lo contrario, es un grupo de profesionales que apoyan nuestras locuras y a los que les encanta si decimos ‘culo’ en algún tema.

P En el Big UP os presentasteis diciendo «somos un grupo de rock». ¿Queríais dejar bien claro que no erais indies?

R La pregunta es qué es ser indie. ¿Indie viene de un factor de la gestión del proyecto? ¿Está relacionado con el sonido de la banda?

Sinceramente, es un término que ha perdido un poco su significado. Por eso, si nos pides que definamos nuestro sonido, yo te diría que somos una banda de rock. Y este es otro término que tampoco me gusta cómo se usa, porque parece casi peyorativo, y que solo se es rock si eres Extremoduro o si llevas tachuelas. Pero yo creo que en ese término caben muchas cosas, desde Héroes del Silencio a Queen, y creo que también caben Viva Suecia, Cala Vento, Carolina Durante, y, por qué no, Arde Bogotá.

P Por cierto, os presentasteis con corbata y la raya del pantalón, impolutos, casi uniformados, como los Hives o grupos similares. Por otro lado, las flores parece que os rodean. ¿Qué significado tienen para vosotros?

R Nosotros pensamos que la estética de una banda es muy importante y que tiene que ir un poco con la lógica de su sonido. Siempre buscamos conseguir un punto de elegancia en nuestras canciones, y eso se traduce en arreglarse para tocarlas. Y esto me lleva de nuevo a lo anterior: ¿Es que solo escuchan rock los que llevan chupas de cuero? ¿Solo se puede tocar en un festival con camisa de flores? Hay mucha gente que lleva corbata y va escuchando a Greta Van Fleet camino al trabajo. Esa gente también quiere subir a romperse la cabeza en un escenario. Y las flores son el símbolo de nuestro primer álbum. Presentamos cinco canciones que son cinco mensajes de un narrador a su interlocutor. Cinco mensajes encerrados en una metáfora y en un embalaje que no es el de un whatsapp o una conversación, sino una canción. Y esto tiene que ver mucho con lo que las flores representan, pues quien te regala una flor te manda un mensaje encerrado en una metáfora, en un embalaje raro, que tienes que descifrar. Flores y canciones tienen mucho que ver.

P Vuestro arco es amplio. Citáis a Kanye West, Arctic Monkeys, Bowie, Foo Foghters. ¿En la variedad reside el gusto? ¿Qué os aportado cada uno de ellos?

R Nosotros pensamos que un factor clave de nuestro sonido es lo eclécticos que somos para las influencias. Hay mucho que aprender de Kanye o de Miley Cyrus o de Bad Bunny, incluso si quieres hacer rock. Entender sobre la innovación en los ritmos es imposible sin escuchar a los grandes productores de hip hop. Para aprender sobre melodías vocales son cruciales las estrellas del pop; saber qué baila o qué grita la gente de fiesta es algo que solo sabe quien escucha reggeaton. Y a eso hay que sumarle el resto de referencias más cercanas, como los Foo o los Arctic, y también Second o Héroes del Silencio. En la variedad está el gusto, desde luego.

P Os han seleccionado para participar en el LAMC (Latin Alternative Music Conference) junto a Rozalén o Fuel Fandango, aunque, debido a la pandemia, esta será una edición online y no volaréis hasta Nueva York. ¿Teníais las maletas listas? ¿Cómo se plantea? Se supone que es una puerta abierta al mundo latino.

RDesgraciadamente, hace ya tiempo que lo de viajar lo descartamos, sí. El LAMC es una oportunidad muy chula para aprender y para mostrarnos. Este tipo de plataformas son esenciales para un factor clave en el desarrollo de una banda como la nuestra, que es la difusión. Así que, aunque sea online, estamos muy contentos de formar parte del LAMC y poder llegar a aún más gente.

P El 12 de junio llega vuestro primer EP, El tiempo y la actitud. Un título tan sugerente debe tener una idea potente detrás. ¿Cómo os sentís? ¿Muchas ganas del nuevo disco?

R La idea detrás del álbum es la de presentar a la banda con esos cinco mensajes que antes comentábamos. Lanzar cinco canciones que definen nuestro espectro sonoro y cinco mensajes que cuentan cosas de nosotros. Y de entre todas esas cosas que contamos, hay dos fundamentales que son el tiempo y la actitud, y por eso dan nombre al álbum. Hay ganas de lanzarlo ya, sí.

P ¿Qué nos podéis contar del disco y de las nuevas canciones? ¿Habéis tenido alguna colaboración?

R Te podemos contar que hablamos de futuro y amor. Te podemos contar que suena muy potente. Te podemos contar que quien nos haya visto en concierto algo habrá oído ya. Y no te podemos contar si hay colaboraciones.

P Con el disco en la calle y dada la situación, ¿cuáles son los planes de promoción y gira?

R Va a depender de cómo avance la situación. De momento, el 1 de agosto estaremos en el Auditorio el Batel de Cartagena y esperamos que el verano permita hacer más directos y llevar nuestro trabajo a más gente, pero todo está por ver.

P Cuando de primeras se reciben tantas alabanzas, es fácil perder un poco la cabeza. ¿Cómo lleváis lo de mantener los pies en el suelo?

R Bueno, a pesar de todo el ruido, nosotros somos muy conscientes de nuestra situación. La nuestra es una banda emergente y tenemos mucho camino por delante, así que no, nadie ha perdido la cabeza ni lanzado ningún televisor por la ventana de un hotel.

P ¿Crees que es necesario que los artistas se hagan oír, que cuestionen las cosas, que protesten?

R Yo creo que lo interesante es que se cuenten cosas de verdad, que el mensaje transmita algo real a quien lo recibe. Si el discurso del artista es más o menos político o social, creo que solo depende de lo que el artista quiera contar, de cuál sea su verdad. Igual de valioso es para mí el autor introspectivo que el autor protesta si me dicen cosas que me retuercen por dentro.