"Saldremos y será distinto", canta Diego Cantero (Funambulista) en A un par de metros de ti un "abrazo en forma de canción" con el que el artista murciano se ha sumado a algunas de las iniciativas más especiales que están surgiendo estos días con el propósito de hacernos más llevadero el aislamiento a través de la música. Como participante del #YoMeQuedoEnCasa Festival, Diego Cantero ha regalado esta vacuna musical contra el coronavirus a través de sus redes, para concienciar de lo importante que es tomar las medidas de seguridad necesarias y hacer que el tiempo pase más rápido, mientras podemos disfrutar de sus "conciertos virtuales".

¿Estás en tu casa, Diego?

Sí, portándome bien, como todos los españoles, quedándonos en casa y haciendo lo que podemos desde aquí.

Que no es poco.

No, como dicen muchos, nunca ha sido tan fácil echar un cable tan grande como esta vez; quedarnos en casa es casi todo lo que podemos hacer.

Ya llevamos más de 50 días, y se nota, hay que estar un poco en activo para que no venza el desánimo. Tú parece que lo llevas bastante bien.

Sí, además en activo más que nunca, porque en mi casa estoy con mi familia, con mi hija de 2 años y medio, con lo cual me acaban faltando horas al cabo del día. Hay que estar con ella, ayudándole a hacer una rutina normal como si estuviera yendo a la guardería, y con menos horas para trabajar, para hacer canciones, pero mucho más efectivas. Es verdad que estos días, además de la grandísima desgracia, hay algo de positivismo, de hipersensibilidad en todos nosotros, de sensación de conjunto, de pertenecer a lo mismo por fin, aunque sea ante una desgracia, y esas soluciones al final están viniendo bien para escribir, concretamente esa canción, A un par de metros de ti, que habla de esto, pero también para escribir futuras canciones. La emoción puedes transformarla e inducirla hacia diferentes campos.

¿Estás en ello? Apenas ha pasado un año desde la publicación de El observatorio

Así es, estos días están naciendo por suerte nuevas canciones que están empezando a conformar lo que será un futuro disco, pero todo en un proceso muy inicial. Hace 45 días apenas tenía un par de ideas, y hoy tengo varias carpetas donde voy trabajando las canciones, muchas ideas, y muchas libretas con tachones, y al final, como siempre, acabaré encontrando cosas dentro, espero.

De hecho, me contabas respecto a El observatorio

Eso es, creo que sí. Cuando salgamos de nuevo a la calle, o ya desde casa, somos capaces de atisbar una escala de valores distinta. Miramos a nuestros vecinos como nunca antes los mirábamos, nos preocupamos por el prójimo igual que por uno mismo, y creo que todo esto va a ser una lección que nos llevemos, y aunque el hombre tiende a olvidar, se nos está quedando bien grabado, y quedará un caldo en el fondo que nos hará salir a la calle y fijarnos en los pequeño detalles. Creo que, como sabemos y, como se dice continuamente, los abrazos no van a ser iguales, la caña con tu amigo en el bar no va a ser igual. Hay muchas cosas que van a cambiar, y una escala de valores que se reorganiza, porque nunca habíamos estado privados de libertad, por lo menos esta generación, y creo que ahora saldrán cosas bellas y seremos capaces de mirarnos de otra manera. De esto habla A un par de metros de ti básicamente, de una mirada al futuro a medio plazo, donde todo esto se convierta en pasado y donde podamos celebrarlo. Yo escribí la canción pensando en el hecho de que no podemos tocarnos a día de hoy, pero sin embargo la música puede tener la capacidad de tocarte físicamente cuando una canción consigue erizarte la piel. Es un acto físico. Con esa ensoñación, con esa fantasía, compuse esta canción, que salió del tirón, como pocas canciones me salen, porque soy muy pejiguero con las letras, y esta fue como si alguien me la narrara y yo la escribiera. En cuestión de una o dos horas estaba hecha. Fue un proceso interesante, porque escribo la canción y quiero sacarla, porque creo que era el momento, y fue en el tercer día de confinamiento, y a partir de ahí fue una aventura grabarla, sacarla, con todo el mundo en su casa, tanto mi productor como los músicos o los de la discográfica. Fue mandar la canción y contagiar de esa ilusión y de esa creencia en que, de alguna manera y en una pequeñísima parcela, podíamos aportar algo de optimismo, aunque sea 3 minutos y medio de entretenimiento para la gente. Parecía que merecía la pena todo el esfuerzo y correr, así que por Internet y por Skype mandándole a mi productor Tato Latorre una guía de las pistas, él grabándola en su casa con un ordenador que tiene allí, todo muy artesanal, muy rápido, pero con esa belleza que tiene lo urgente cuando crees que es necesario.

Un desarrollo distinto al habitual.

Sí, porque en esta canción no he podido contar con músicos, con la banda, ni con nadie. No teníamos medios para grabar, por ejemplo, una batería. Así que decidimos tirarlo todo a lo que nos diera el ordenador, a las muestras que teníamos todos grabadas de sonido, y a la experiencia de Tato. La suerte de haber trabajado tantos años con un productor te lleva a que no te des cuenta de que podemos trabajar en la distancia. También hay conclusiones de ese tipo, y es que donde ya hay entendimiento, muchas veces sobra con mandarle una guía con una letra, una melodía y una armonía con la guitarra para darle forma. A partir de ahí se graba, y de repente queremos lanzarla. Lanzar una canción lleva una burocracia de historias que retrasa siempre 2 ó 3 semanas la salida, y sin embargo la compañía quería sacarla de inmediato, y lo mismo, me dijeron que si existía de verdad la posibilidad, lo iban a hacer porque creían que podíamos aportar algo entre todos. 6 días después de componerla, estaba producida, grabada y subida en plataformas digitales.

La canción ofrece una idea optimista. Viene a ser, dices, como un abrazo en forma de canción. Se ha convertido en uno de los signos de la cuarentena. Otro de ellos en el que tú también has participado es el de Quédate en casa

Sí. Al final, uno se da cuenta de que en la generación de músicos que estamos ahora mismo, tenemos unos fines comunes, y se nos hace muy fácil. Quédate en casa fue una idea de La Pegatina, que fueron los compositores de la canción, y lo mismo, en 48 horas consiguieron llamarnos, querían que colaboráramos, cada uno en su casa. Por suerte el que más y el que menos tiene ya un micrófono, algo para grabarse, y en 10 días se grabó una canción con no sé si somos 16 o 17 colaboradores, con un videoclip. Al final, lo que podemos hacer es aportar nuestro granito de arena. Uno quiere sentirse útil. Es algo adherido al ser humano, por lo menos como yo lo entiendo, y si podemos mediante nuestro oficio entretener un ratito. Ayudar minimísimamente es un gesto en el fondo egoísta de sentirte útil y sentir que lo que haces sirve de algo.

Iba todo muy bien tras tu actuación en el Wizink Center, y luego cayó este jarro de agua fría. Tendrás muchas ganas de empezar desde donde lo dejaste. ¿Qué fue lo primero que te ocurrió a ti tras el confinamiento a nivel personal?

A mí me pilló el confinamiento yendo hacia el aeropuerto, porque tenía unos premios de la música en Tenerife, después un concierto en Tenerife, y mi gira seguía desde marzo a octubre. Lo primero fue un estado de shock absoluto. Decidí no viajar a Tenerife esa mañana porque estaba leyendo las noticias de Italia, estaba viendo lo que pasaba. Y esa misma tarde declararon el estado de cuarentena. Los primeros dos días, yo creo que, como todos, no sabíamos muy bien qué pasaba. Por suerte, uno cuando tiene alguien, una hija como es mi caso, solo le queda volcarse en ella, entretenerse, y al mismo tiempo, en un segundo plano, tratar de asimilar. Creo que todos tardamos unos días en darnos cuenta de lo que estaba ocurriendo. A partir de ahí uno empieza a pensar, por supuesto, en su familia, que todos estén bien; que en Murcia haya sido algo menos grave es algo que alivia. Por suerte mis seres cercanos estaban bien. A partir de ahí, pensar en qué va a pasar, por qué esta cosa cada semana cambia la forma, los pensamientos, el futuro, lo que va a ocurrir. Al principio decíamos 15 días: bueno, no pasa nada, retomamos, un poquito más lento, a ver si en julio estamos de nuevo tocando. A día de hoy no sabemos si este año vamos a poder tocar, si el año que viene qué va a pasar. Es un estado de incertidumbre muy grande.

Es momento de cambios profundos, y los músicos habéis sustituido los directos tradicionales por directos en Instagram.

Sí, por mi parte, algo que me gustó en su día cuando colaboré en el festival Quédate En Casa. Fue la primera semana, y una experiencia curiosa, muy parecido a un concierto para mí. Bajé a mi estudio, encendí una cámara, le di a grabar, me entraron los nervios que me entran siempre, esa emoción que te entra antes de tocar, me puse a cantar, terminó la primera canción, me di cuenta de que estaba en mi casa solo y no había aplauso que valiera, y en un momento dado miré esa pantalla y vi q había 17 mil personas conectadas viendo el concierto, y por un momento me las imaginé a todas juntas y dije: "Esto es más que un Wizink Center". Increíble. Por supuesto, no se puede comparar, no es lo mismo, pero nos queda esto, gracias también a la tecnología bien usada. Una vez más, todo se va poniendo en su sitio. Las redes sociales eran algo que yo tenía que usar por mi trabajo, y de un tiempo a esta parte se han convertido en algo que lo miro con un positivismo que antes, no. Es una ventanita donde puedo conseguir entretener, ayudar, acompañar a la gente de alguna manera. El otro día hice un directo, por ejemplo, enseñando a la gente a tocar una canción, que ya verás, enseñando los acordes, o hago mis recetas en instagram. Me vine a vivir a Madrid como sabes, y echo muchísimo de menos la comida de Murcia, que para mí es una gastronomía espectacular. Llevo muchos años recopilando recetas, de mi abuela cuando vivía, de mis tías, de mi madre.

¿Algún plato favorito?

Uno rapidísimo es un buen zarangollo. Yo lo hago sin patata. Me hago un zarangollo que te mueres. Y lo que he trabajado a conciencia es la ensaladilla. Para conseguir hacer una ensaladilla de verdad, que sepa a Plaza de las Flores. Esa es mi lucha desde aquí.