El de la cultura es uno de los sectores más afectados por la crisis sanitaria que, desde hace dos semanas, mantiene a los murcianos en sus hogares. Los habrá más dañados, eso es seguro, pero mientras otros han sabido reconvertirse, los que viven de las artes -especialmente escénicas- lo tienen particularmente difícil... Porque no, los conciertos y las representaciones en streaming apenas sirven para mantener la actividad y, eso sí, amenizar la cuarentena de los ciudadanos, pero no para contener la sangría de pérdidas que ya empieza a hacer mella en productores, promotoras y salas privadas. Y eso es lo que ha querido reflejar el Instituto de Gestores Culturales de la Región de Murcia con su último informe.

Publicado este fin de semana como resultado de una serie de encuentas realizadas entre sus miembros y empresas o profesionales externos, el estudio señala, por ejemplo, que el sector espera en la Región, para una previsión inicial de seis a ocho semanas, pérdidas que rondan el millón de euros; una cifra que, extrapolada y según el Instituto, al término de 2020 podría alcanzar los 75 millones de impacto directo.

En este punto conviene contextualizar: «El capítulo de actividades artísticas, recreativas, de entretenimiento y otros servicios supone un total del 3% del PIB regional -apuntan los gestores-, superando la cifra de los 946 millones de euros aportados en 2018. Además, en términos de ocupación, los trabajadores del sector cultural representan 13.600 empleos, un 2,6% de la ocupación total regional según las Medias Anuales de la Encuesta de Población Activa, y la aportación de cada uno se estima en 69.500 euros al PIB regional, un 30% más que la contribución de un trabajador medio».

El Instituto de Gestores Culturales de la Región de Murcia, que agrupa a un total de 58 empresas y profesionales independientes, calcula que el abanico de pérdidas va de los 10.ooo a los 60.000 euros, según la entidad. Así, del total de encuestados, tan solo el 30% plantea mantener su situación sin implementar medidas de regulación de empleo. «Es significativa la puesta en peligro del 70% de la fuerza laboral en un sector altamente dependiente del capital humano como es el cultural», añaden. Y continúan: «Siguiendo la media salarial nacional expresada en dicho informe, que sitúa en 23.000 euros brutos los ingresos por trabajador, supondría una pérdida directa en salarios en torno a los 22 millones de euros».

La programación, en el aire

Esta situación tiene su origen, por supuesto, en las medidas tomadas por el Gobierno central y el Ejecutivo regional para contener la propagación del covid-19, que aunque en principio tengan -algunas de ellas- fecha de caducidad a mediados del mes próximo, todo apunta a que serán prorrogadas varias semanas más. De hecho, y aunque en el sector hay optimistas que esperan que en verano vuelvan las funciones, los conciertos, las exposiciones y las proyecciones, la inmensa mayoría de los implicados fechan en septiembre la vuelta a una relativa normalidad. Así, con casi medio año de agenda cultural afectada o en riesgo, el Instituto estima que cerca del 70% de las fechas confirmadas para este 2020 están en el aire, sin conocer nueva ubicación en el calendario.

«Sobre este dato -señala el informe-, los encuestados manifiestan su preocupación por una programación muy concentrada y estacional, por lo que se estima gran número de cancelaciones finales». De momento, el 15,2% de los actos agendados han sufrido cancelaciones directas; es decir, «son eventos perdidos sin posibilidad de aplazamiento, pues están vinculados a fechas de calendario concretas. Es el caso de actividades asociadas a festejos, festivales y otras celebraciones», aclara el Instituto de Gestores Culturales de la Región de Murcia.

No obstante, como se ha señalado, el informe no es optimista en cuanto a ese 70% de actividades por reprogramar. «Respecto a la posibilidad de aplazamientos, el sector refleja una incertidumbre notable y prevé una saturación de la oferta en el periodo estival, donde gran parte de la actividad cultural no es factible en la ciudad por ausencia de público y por el desplazamiento de la demanda hacia otro tipo de actividades culturales y de ocio veraniego. La amenaza subsiguiente se centraría entonces en un cuarto trimestre con alta oferta y baja capacidad de absorción, lo que puede conllevar a una competitividad negativa que implique una bajada de precios, ya que parte del sector desplaza sus expectativas de ingreso anual a este último trimestre», señalan.

Las demandas del sector

La situación del sector que, recordemos, en 2018 -último año del que se disponen cifras precisas- generó cerca de 950 millones, es particularmente delicada, no solo por las pérdidas que ya tiene prácticamente garantizadas, sino por la incertidumbre qué genera el futuro teniendo en cuenta, por ejemplo, la confianza del público en los grandes eventos una vez la situación se estabilice. Por todo ello, el Instituto de Gestores Culturales de la Región ha querido también reflejar en su informe las demandas de los profesionales.

Así, de acuerdo con las medidas generales aprobadas por el Gobierno, los profesionales encuestados piden el cese de cuotas de autónomo y seguros sociales mientras dure la crisis, el aplazamiento del pago de impuestos, la habilitación de líneas de financiación y el lanzamiento de una serie de ayudas económicas directas a empresas del sector y a desempleados. Eso en cuanto a demandas «directas». Las «específicas» contemplan, por ejemplo, el pago inmediato de los atrasos de las administraciones públicas, la prelación para la contratación sobre actividades suspendidas y un plan de dinamización y apoyo a la Cultura. También una previsión de ayudas de choque para el cuarto trimestre del año, medidas de mecenazgo cultural, la rebaja de IVA cultural al 4% y un plan de reactivación de consumo cultural.