El músico británico Nick Garrie atesora una discografía exigua pero brillante. Su historia es principalmente la de un disco maldito ( The nightmare of J. B. Stanislas), que grabó junto a Eddie Vartan, y que apenas llegó a ver la luz debido a que Lucien Morisse, capo de DiscAZ, se suicidó pocos días después de la fecha oficial de lanzamiento. Solo la justicia poética permitió que, años después, convertido en una joya de coleccionismo, el elepé del británico fuese de boca a oreja. Todos exaltaban la belleza de sus melodías y las preciosas orquestaciones que contenía esa pieza maravillosa de folk-pop psicodélico. Mientras tanto, Garrie colaboró con el delicioso compositor Francis Lai, ganador de un Oscar por Love story; grabó un disco ( Suitcase man, 1984) como Nick Hamilton bajo la producción de Paul Samwell-Smith (bajista original de The Yardbirds) y con la colaboración de dos de los músicos habituales de Cat Stevens, Alun Davies y Gerry Conway, y ese mismo año giró por España junto a Leonard Cohen.

No fue hasta 2005, cuando Rev-Ola reeditó The nightmare of J. B. Stanislas, al que el reconocimiento le fue llegando poco a poco. En 2008 entró en contacto con la escena indie-pop escocesa: con la ayuda principalmente de Ally Kerr, Norman Blake (Teenage Fanclub), Francis McDonald (Nice Man, Teenage Fanclub) y Duglas T. Stewart (BMX Bandits), publicó 49 Arlington Gardens (2009), un maravilloso y preciosista disco de folk-pop propio de un orfebre, el espaldarazo definitivo para que crítica, músicos y público se pusieran de acuerdo en ensalzar las cualidades de Garrie. Dicho proceso culminó con una nueva reedición de ese álbum maldito, a todo lujo, y su paso por el Lemon Pop. Ahora, esperamos impacientes todo aquello que el tiempo nos ha robado de Nick Garrie y deseamos imperiosamente recuperar. afortundamente, esta noche actúa de nuevo en Murcia.