Con el objetivo, no solo de sacar al actor que todos llevamos dentro, sino de mejorar las dotes en comunicación de sus alumnos, que aprendan a hablar en público y, por supuesto, de pasarlo bien, el actor Luis Martínez Arasa, reciente ganador del Premio Azahar al Mejor Actor por su papel protagonista en Enrique IV, de Teatro de la Entrega, está llevando a cabo estos días un taller de interpretación en Caravaca de la Cruz. Se trata de un curso que cuenta con la colaboración de la Concejalía de Cultura del consistorio local y destina a mayores de 30 años; de un espacio lúdico y creativo en el que los participantes se introducen en el divertido arte de la actuación a través de diferentes juegos y ejercicios. Se realiza todos los miércoles desde las ocho y media de la tarde en la Casa de la Cultura, aunque también se desarrollarán actividades en el Teatro Thuillier. Los interesados pueden inscribirse por 20 euros al mes. Hablamos con el madrileño, también exfutbolista, acerca de este proyecto.

¿Cómo surgen estos talleres?

Surgieron el año pasado; ya entonces realizamos una primera edición con una gran acogida. Por el momento, este año tenemos ocho participantes. Es para mayores de treinta años y lo estamos realizando en la casa de la Cultura, aunque algunas sesiones las llevaremos a cabo en el Teatro Thuillier.

¿Qué están trabajando actualmente en estas sesiones?

Estamos comenzando con iniciación a la interpretación, basada en técnicas de comunicación y juegos. Se trata de un espacio lúdico en el que intentamos fomentar la creatividad, así como conocer al otro. Suelen ser grupos muy heterogéneos, donde cada uno tiene una procedencia muy distinta a la del compañero, pero el teatro tiene esa gran virtud: es integrador y ayuda a vencer miedos, así como a superar rasgos tímidos.

Siempre le pregunto a cada participante, qué es lo que espera de este taller y las respuestas son muy diversas: hay gente que quiere jugar a ser otro, a interpretar personajes, e incluso personas que acuden porque quieren perder ese miedo de hablar en público. También he tenido casos de gente que acude exclusivamente para divertirse, para relajarse y esparcirse en medio de la ajetreada semana.

Por otro lado, también trabajamos la escucha, así como el autoconocimiento del cuerpo -saber qué partes del cuerpo estás moviendo- y técnicas de relajación, que son fundamentales, pero siempre atendiendo a lo que demandan los alumnos; nos adaptamos a todas las circunstancias.

¿Se plantea terminar el curso realizando alguna interpretación con los alumnos?

Vamos poco a poco..., ya que algunas -ahora mismo solo tengo mujeres- no han hecho ninguna actuación frente al público nunca, y sería correr demasiado. Pero bueno, sí que realizar alguna muestra está entre nuestros objetivos, así como participar en días señalados como pudiera ser el Día de la Mujer. Pero, insisto, quiero ir poco a poco, ver cómo van evolucionando y actuar en consecuencia. Lo que sí nos hemos planteado es poner en común ideas y que, de ahí, salga algo para realizar en escena, una creación colectiva propia; ese sería el primer objetivo del curso.

¿Qué perfil suelen tener las personas que se apuntan a estos talleres?

Diría que no existe un perfil general. Como te comentaba antes, el teatro es integrador, así que viene gente de muy distintas procedencias, con trabajos muy diferentes. Lo que les mueve normalmente son ganas de encontrar un lugar en el que crear y jugar a ser otro. Lo que sí hay en cada uno de los alumnos es un espíritu lúdico de juego y de desarrollo. Siempre es buen momento para desarrollarse personalmente. Y tenemos que tener en cuenta que vemos partes de expresión corporal que vienen muy bien tanto para la mente como el cuerpo.

A nivel personal, hace escasas semana recibías el premio al Mejor Actor en los Azahar. ¿Cómo se siente ante este galardón?

Muy contento. Me pasé un tiempo muy emocionado, la verdad... Me sentí muy querido por el resto de compañeros que me votaron y, al final, tuve la suerte de ser el ganador. Además, fue una ceremonia muy bonita, y vino el concejal de Cultura de Caravaca, por cierto, que fue un detalle que estuviera allí. Me acompañaron mis padres, a quien les debo todo, ya que han estado conmigo en momentos muy difíciles. Aún me emociono de recordarlo...

Pero esto no para. ¿En qué esta trabajando ahora?

Estamos trabajando con la compañía La Murga en un montaje que se llama Tic, Tac, Poe, -que hemos estrenado recientemente-, ambientado en el último día del gran Poe, que ha sido referencia para tantos escritores. En esa taberna en la que acabó su vida se le van apareciendo personajes de su vida, que escenifican relatos que él escribió.