Dos de las grandes voces femeninas de la escena jazzística, la de la estadounidense Stacey Kent y la de la belga Melanie de Biasio, toman mañana el protagonismo del Cartagena Jazz.

La belga Melanie de Biasio, que tuvo una formación clásica, ya de adolescente se convirtió en fan de grupos como Nirvana, y cantó en una banda de rock. Cuando descubrió el jazz se lanzó de cabeza y lo exploró a fondo hasta convertirse en una renovadora del género. El resultado es un jazz emparentado con el blues, el trip-hop y el pop atmosférico. Billie Holiday o Rickie Lee Jones figuran entre sus grandes influencias, a las que añade matices próximos a Beth Gibbons. Oscuro y luminoso a la vez, grabado con la máxima sencillez y de la manera más íntima, Lilies (Play It Again Sam, 2017) es su trabajo más reciente.

De Biasio sorprendió a propios y extraños con su primer trabajo -integrado por canciones ajenas-, A stomach is burning, que fue reconocido como el mejor álbum de jazz en los premios nacionales de música de su Bélgica natal. Su gran sentido escénico y dramático hace que sus conciertos sean una experiencia sensorial más allá de la emoción musical. Tiene en su haber otros discos igualmente meritorios, como el exquisito No deal (2014). Entre su nutrida nómina de admiradores destaca un nombre siempre tan impactante como el de Philip Selway, batería de Radiohead.

Tras el EP Blackened cities (2016), el nuevo álbum Lilies contiene nueve canciones sumergidas en expresivos paisajes atmosféricos. Gold Junkies, que fue su primer adelanto, recuerda a grupos como Laika.

Estilo dulce y romántico

La cantante de Nueva Jersey Stacey Kent interpreta jazz, pero a su manera. Pertenece a la escuela clásica de las grandes voces; utiliza el scat, tiene swing y feeling y una muy buena técnica. La aclamada cantante de jazz norteamericana se ha establecido, en apenas veinte años, como una de las mejores cantantes del jazz mundial. Según el premio Nobel japonés Kazuo Ishiguro, que le ha puesto letras a sus canciones, "la voz de Stacey nos permite olvidar que los temas tratan sobre la gente. Sus protagonistas adquieren vida propia con su voz". Incluso el perfumista francés Jean-Claude Ellena la cita como una de sus inspiraciones.

Con un estilo dulce y romántico, sus discos en inglés son pura delicia, pero también tienen un encanto muy especial sus canciones en francés; buena prueba de ello es su álbum Raconte-moi (2010), disco de oro en Francia y Alemania. Igualmente es una extraordinaria cantante de bossa nova, como demuestra The changing lights (2013), o el álbum grabado en directo y en colaboración con el músico brasileño Marcos Valle, tal vez el mejor disco de bossa nova de la última década.

Junto a Madeleine Peyroux, Stacey Kent es una de las voces que mayor ahínco pone en renovar el jazz vocal de nuestro tiempo. La afición la adora, sabe que su estilo tiene la exquisitez del buen gusto y el rigor del conocimiento.

Stacey, una mujer jovial y sencilla que en los directos se explica mucho buscando la complicidad, iba para especialista en literatura comparada, pero, gracias a la inquietud que le despertó el jazz mientras estudiaba en Oxford, comenzó a cantar a comienzos del milenio. Con más de dos decenas de discos publicados, afirma que "el reto del jazz sigue siendo trascender fronteras, ir por delante de otros estilos y buscar una mayor cuota de libertad en los arreglos". I know I dream (2017) es su primer disco orquestal, y sigue abundando en el cancionero de Antonio Carlos Jobim -también en el de autores franceses como Leo Ferre, Barbara o Serge Gainsbourg-.

Con más de 2 millones de discos vendidos, una nominación a los Grammy y un enorme reconocimiento internacional por ser una de las vocalistas más prolíficas y con mayor éxito de su tiempo, Stacey Kent ya no tiene nada que demostrar, pero sigue entregando espléndidos trabajos discográficos y ofreciendo impagables conciertos. Es la gran diva del jazz de nuestra era.