Ana Ballabriga y David Zaplana vuelven a las librerías, y lo hacen con algo especial. La pareja, autora de libros 'a cuatro manos' como Ningún escocés verdadero (2016) y La paradoja del bibliotecario ciego (2018), acaba de publicar -este lunes, concretamente- la primera entrega de la que prometen será su primera saga, con la investigadora Rose Black como eje vertebrador de este nuevo y ambicioso proyecto. Además, la novela -que toma su título del nombre de la protagonista- implica una pequeña vuelta de tuerca al género negro que, hasta ahora, habían cultivado en sus anteriores trabajos, ya que mezclan los elementos clave de una historia policiaca con ciertos postulados básicos de la literatura romántica. En definitiva, una historia de amor y misterio en la que, avisa la escritora oscense durante una charla con LA OPINIÓN, no falta el humor y en la que, además, hay hueco para la reflexión.

P Bueno, lo primero de todo: no estamos ante una novela negra al uso. En Rose Black encontramos una mezcla de géneros...

R Sí. Hasta ahora nosotros nos habíamos enmarcado en la novela negra, pero con Rose Black damos un pequeño giro. No salimos de la novela de misterio, pero mezclamos una historia de detectives con el género romántico: aquí tiene tanto peso la investigación que está llevando a cabo Rose como sus relaciones personales -de amor, amistad- y todo ese universo paralelo.

P ¿Y por qué lo han hecho así? ¿No se decidían y optaron por la norma salomónica: la mitad para cada uno? ¿O es que tenían ganas de hacer algo distinto?

R Bueno, cuando escribes siempre te gusta asumir riesgos. Nosotros, de hecho, todas las novelas que hemos escrito, desde Tras el sol de Cartagena (2007) hasta La paradoja del bibliotecario ciego (2018), han sido muy diferentes entre sí; no nos gusta acomodarnos. En este caso, estábamos preparando un guion basado en Ningún escocés verdadero (2016), y como que nos quedó un hueco para poder escribir. Queríamos empezar un proyecto que tenemos en mente, pero requería demasiado tiempo, así que, bueno, teníamos esta idea en la cabeza desde hace bastante y decidimos retomarla; y así nació Rose Black. Lo que ocurre es que este personaje está cogiendo cuerpo y, de hecho, ya estamos trabajando en la segunda parte, por lo que un proyecto que nació en un impasse se ha acabado convirtiendo en nuestro objetivo principal.

P Pues cuénteme quién es Rose Black y qué tiene de especial.

R Pues mira, Rose Black, la protagonista, es abogada y acaba de cumplir 40 años -de hecho, el libro comienza con su fiesta sorpresa de cumpleaños-, y ella siempre había pensado en dejar la abogacía para dedicarse a ser detective privada. Era una idea que revoloteaba en su cabeza desde los 20 años, desde que su novio Alex desapareció misteriosamente. De hecho, Rose estudió para ser detective, pero nunca llegó a acreditarse, así que siguió con su vida, siempre con ese 'dolor' por no haber hecho más para encontrar a su antiguo amor. Pero cuando cumple los 40 algo le hace click.

P Es un punto de inflexión.

R Sí, y creo que nos pasa. Mira, yo tengo 41, y eso que dicen de que a los 40 llegas a la mitad de tu vida es mentira, ¡te queda menos ! Los últimos años -eso si llegas a los 80 o a los 90 años- no sabes cómo los vas a poder vivir... Y hay veces que la vida te da la posibilidad de asumir ciertos riesgos y miedos y darle un giro a tu vida.

P Dicen que en el libro tratan de exponer, «con humor», la situación y los problemas propios de las mujeres a esa edad.

R Exacto. Mira, en España las mujeres de entre 40 y 51 años somos el rango más numeroso de población; somos la del baby boom de los setenta, y nos enfrentamos a problemas diferentes a los de nuestros padres. Por ejemplo, uno de los temas a los que se enfrenta Rose es si quiere ser madre: ella es una mujer soltera y sin hijos, y es una cuestión en la que nunca ha pensado demasiado porque siempre creyó que todavía tenía tiempo -para esperar a si llega la persona adecuada, al momento adecuado...-. En nuestra generación se ha retrasado mucho el tema de la maternidad... Otro de los temas que se abordan en el libro es que seguramente tendremos la menopausia cuando nuestros hijos sean adolescentes, cosa que antes no ocurría; de hecho, lo normal es que ya fueran adultos o que incluso sus madres tuvieran nietos. O sea que ahí tenemos dos momentos clave en nuestras vidas, muy fuertes, que hay que saber gestionar. De todas formas, son temas que vamos tratando a lo largo del libro como un marco de fondo porque, claro -abro paréntesis-, lo que queremos es tratar una historia divertida y que sirva un poco como una 'fantasía' para vivir cosas que igual en el día a día no vives, que es lo que hace la novela romántica. Pero, al margen de eso, también queríamos abordar la situación real de la mujer, con temas como los que te digo, o la cuestión de la conciliación 0, por ejemplo, el de la deseabilidad: nuestras madres a los 40 ya asumían que iban a ser invisibles, pero ahora hay muchas mujeres que no se resignan a eso.

P Vamos, que pese a surgir de un impasse, y casi para rellenar un hueco, tiene su contenido...

R Sí. Pero, a ver: dentro de nuestras novelas el principal objetivo siempre es entretener. Cuando yo abro un libro quiero disfrutar, quiero que me apetezca estar ahí; porque para mí los libros son como lugares en los que queremos estar con los personajes, aunque suframos con ellos. Pero, a la vez, si podemos aportar algo de reflexión, pues eso que te llevas. Pero la novela es muy ligera. Estas situaciones o estos temas de los que te hablaba están presentados a través de las conversaciones que tiene Rose con sus amigos, y siempre con mucho humor. Por eso también creo que hemos disfrutado más con esta historia que con otras, porque los personajes sufren, pero no tanto como en otros libros, y creo que ha sido un alivio para nosotros.

P El contrapunto a Rose Black lo pone un «murciano buscavidas». ¿Qué nos cuenta de Toni?

R Por las primeras críticas que hemos recibido, es un personaje que está gustando. Es un hombre gay, es murciano, y ha emigrado a Ibiza porque aquí no encontraba una salida laboral. Tiene un coche y se dedica a llevar y traer gente en él; se busca la vida. Y con Rose tiene una cierta tensión, porque ella lo necesita, nunca se ha enfrentado a algo así -es una inspectora novata- y este Watson, Toni, es un superviviente. Pero no tiene nada que ver con ella, y además Rose no se fía mucho de él...

P Por cierto, ¿por qué Ibiza?

R Queríamos que fuera un sitio donde hubiera mucho trasiego de gente, con personajes de distintas nacionalidades; allí es difícil tener, como dicen, cuatro abuelos ibicencos. De hecho, Rose es de madre española y padre irlandés. Esto nos daba muchas posibilidades. Y luego nos apetecía ambientarlo allí porque es un sitio con mucho glamour, mucha vida nocturna... Además no es demasiado grande, pero tiene su propia idiosincrasia. No recorremos las típicas macrodiscotecas, sino que ofrecemos otra imagen de Ibiza, con lugares mágicos, de aquellos que habitaron los primeros hippies, o incluso anteriores, místicos como los que vivieron en la isla de Es Vedrá. Es un lugar con mucha historia. Además, también tiene un pasado cartaginés que nos hacía mucha gracia.

P Ya que le menciona, también encontramos un claro homenaje a la novela negra en el padre de la protagonista, Benjamin Black [seudónimo utilizado por el escritor irlandés John Banville para firmar sus obras de misterio]. ¿Por qué?

R [Ríe] Pues mira, es un juego de palabras. Cuando estábamos decidiendo el nombre de la protagonista queríamos que quedara muy claro a qué tipo de libro nos enfrentábamos: por un lado 'Rose', que hace referencia a la rosa (símbolo del amor por excelencia), y, por otro, 'Black', referido al género negro, aunque ésta es más bien una novela policiaca. Y, como su padre era irlandés -y tenía que apellidarse Black, evidentemente-, nos hacía mucha gracia que finalmente se llamara Benjamin Black. Ahora John Banville se va a encontrar con que tiene una hija viviendo en España [Risas]. En general, nos interesa mucho la metaliteratura. De hecho, una de las amigas de Rose, Ambar, comienza su trayectoria como escritora y, a través de ella, también hablamos mucho de los entresijos de la literatura, de cómo funciona la 'trastienda', de qué nos pasa a los autores si vamos a una presentación como la del viernes y a lo mejor no viene nadie, o de como promocionar tus libros. Y todas estas cosas van a seguir apareciendo durante toda la saga.

P O sea que podemos esperar un nuevo título en el futuro con la abogada como protagonista.

R Sí. De hecho, el siguiente libro ya tiene título, y aparece en la última página de la novela: Rose Black y el caso de las caras robadas, con el que nos vamos a adentrar en el mundo de la cirugía estética y de la imagen. Creo que saldrá a finales de año.

P Vamos, que han cogido a Rose Black con ganas.

R Bueno, directamente nos lo pidió la editorial, pero es verdad que nosotros ya lo teníamos pensado para que fuera una saga. Es curioso: siempre nos habíamos resistido a hacer algo así porque, como te decía, siempre nos ha gustado arriesgar, y quedarnos con un personaje es como que te quedas un poco 'anclado', pero con ella hemos decidido que va a ser nuestra detective de cabecera [Ríe]. Creo que se presta mucho a hablar de qué nos pasa a las mujeres de 40, y, además, cada libro es autoconclusivo. Así que sí, nuestra idea es la de continuar.