Cuatro años después de la publicación de Adiós Sancho, Los Coronas regresa- ban en septiembre con Señales de humo, su álbum más ambicioso y arriesgado, en el que lo mismo juegan con la música disco que se sumergen en los ritmos africanos. Toda una exhibición de estilos tratados a través del modelo instrumental que caracteriza al grupo madrileño. Señales de humo fue grabado en el desierto de Tucson (WaveLab Recording Studio), pero con la mirada puesta en la serranía andaluza, en el sonido caño roto, en el twang, en Duke Ellington y, por supuesto, en el surf instrumental. En el disco participan, entre otros, Jairo Zavala (Depedro) y Miguel Campello (El Bicho), y cuenta con la producción de Craig Schumacher, veterano colaborador del combo fundado por los guitarristas Fernando Pardo y David Krahe. Será tarea de sus seguidores interpretar si esas señales quieren decir 'adiós' o solo 'hasta la próxima'. Fernando nos lo aclara.

Señales de humo es vuestro primer disco en cuatro años. ¿Demasiado tiempo sin material nuevo de Los Coronas?

Entre unos proyectos y otros, demasiado tiempo sin un minuto de descanso. Por eso decidimos en su momento que había que tomarse un respiro. Sin fechas. Hemos estado un año y medio sin tocar como Los Coronas, pero podía haber sido más. Las ganas de hacer canciones nos han hecho cambiar de opinión antes de lo previsto.

¿Se podría decir que es un disco de reafirmación?

Es una reafirmación en toda regla a partir de la duda lógica, por si uno se está pasando de frenada.

¿Cuál es el objeto de publicar un vinilo doble en estos tiempos?

Llamar la atención lo más posible, precisamente por los tiempos que corren. Ya es difícil manejarse bien en la actualidad; si a eso le añadimos que Los Coronas somos un grupo instrumental, más aún. Además, veníamos de un parón, y eso le añade incertidumbre a todo. «¿Se acordarán de nosotros?». Así que decidimos volver a lo bestia, y así, si no salía bien, nos podíamos despedir a lo bestia, que es como en realidad hay que despedirse.

Son 17 temas, pero ¿se os ha quedado algo en el tintero?

Pues sí. Es verdad que cuesta arrancar, pero rápidamente coges velocidad de crucero, y las ideas van saliendo con relativa fluidez. Además, nosotros somos cinco personas componiendo, de manera que siempre se quedan cosas pendientes sobre las que no has tenido tiempo para trabajar.

A los ramalazos mexicanos se ha sumado una profundización en la rumba flamenca y, muy particularmente, en el estilo caño roto. ¿La paleta de colores es más amplia que en cualquier otro disco?

Es que, a largo plazo, es la única manera de mantener vivo un proyecto como Los Coronas. Al final los grupos son un fiel reflejo de los músicos que los forman, y si se pudiese hacer una foto fija de cada una de nuestras grabaciones, seguro que saldrían imágenes con una esencia similar, pero a las que se le han añadido detalles formales que, sobre todo, sirven para alejarte de la sensación de estancamiento musical. De todos modos, el sonido que mejor define nuestra música, el que con el tiempo se ha convertido en nuestra seña de identidad más clara, es el de los temas melódicos de aire mediterráneo y ritmo rumbero.

Estos nuevos sonidos os han empujado también a meter colaboraciones que igual nunca os habríais imaginado, como la Miguel Campello. ¿No os conformáis con encasillaros en el surf rock al uso?

No nos conformamos de ninguna manera. Ten en cuenta que el concepto del surf, cuando te pasas todo el día subido a una tabla, puede resultar muy excitante, pero te aseguro que con una guitarra en las manos llega un momento en el que es muy limitado. Canciones realmente buenas se han escrito una docena como mucho en casi sesenta años de historia de surf instrumental; todo lo demás son variaciones del género. Y benditas sean, sin ellas estaríamos muertos de aburrimiento. Y si hay dos cosas incompatibles son la música y el aburrimiento.

El toque autóctono lo ponen cortes como A tope de amor y lujo o Mulas huyendo de una hostia consagrada , en los que volvéis a dar muestras de vuestro gusto por el humor. ¿Cómo os planteáis los títulos en un grupo instrumental?

Humor, homenajes y anécdotas personales, lugares comunes? Los títulos son en parte una excusa y una pista para poder explotar la parte más narrativa de las canciones.

Por cierto, ¿de dónde ha salido el título de Señales de humo ?

Es otra forma de definir lo que hacemos. Dentro del lenguaje musical, la música instrumental representa lo mismo que las señales de humo en el universo del lenguaje verbal. Es una forma de lenguaje sin palabras.

Al final de Mr. Reed metéis un fragmento del Land of one thousand dances de Wilson Pickett. ¿Es algo que os gusta hacer habitualmente?¿Cuál es la razón?

Son guiños que hacemos por pura frivolidad. Intentamos aplicar en la música la fórmula de Tarantino, que es el rey del pastiche.

La música instrumental es un género que difícilmente va a llegar a llenar estadios, pero ahí está el caso de Toundra.

Sorprendente y muy merecido. Se ve que es gente ambiciosa en lo musical y en lo profesional; pero ambiciosa en el sentido positivo de la palabra. No compartimos ni el contenido ni el estilo, pero sí la idea de explotar el concepto de la letra-argumento: que no haya una letra-texto y un cantante no significa que no se pueda narrar una historia con otro instrumento.

¿Nunca os ha llamado Tarantino solicitando vuestros servicios?

Hostias, menos mal, es que si nos llama Tarantino, la vanidad nos hubiera convertido en unos imbéciles infumables. De todos modos , ya está un poco rancio, igual que nosotros, y siempre ha sido un plagiador brutal. Pero juntar a dos plagiadores un poco rancios en el mismo sitio no creo que sea buena idea.