Atención a Rufus T. Firefly, que se ha marcado un disco de esos que perduran en el tiempo. La progresión artística de la banda de Aranjuez, desde que emergieran en 2011, ha corrido en paralelo a su predicamento entre el público, hasta convertirse en unos referentes con irrefrenable tendencia a la épica, tanto en lo musical como en lo lírico.

El grupo comandado por Víctor Cabezuelo y Julia Martín-Maestro ha cumplido la máxima de no cesar en su empeño de consolidarse y han fidelizado a una considerable cantidad de seguidores desde la más absoluta independencia.

Magnolia, su nuevo disco, es un notable paso adelante. Con la producción de Manuel Cabezalí y la asistencia en sonidos de Martí Perarnau, Rufus T. Firefly logra sonar de forma espectacular, hacer que su rock de tintes ´prog´ esté a la altura de una producción internacional.

Escuchar Magnolia es evocar a Tame Impala, Led Zeppelin, Radiohead o Pink Floyd. Se disfruta gracias a buenas melodías, por momentos arrebatadoras, como las de Río Wolf (canción que imagina los últimos pensamientos de Jeff Buckley antes de morir ahogado en aquel afluente del Misisipi). Para llevar a cabo su misión, Víctor y su compinche en la batería, Julia Martín-Maestro, han facturado un disco que bien podría definirse como de rock progresivo sideral, con «psicodelia y rock clásico mirando hacia el futuro».

Rufus T. Firefly inicia hoy en Murcia la gira de presentación de Magnolia, que el vocalista Víctor Cabezuelo define como «un alegato en defensa del arte, el amor y la naturaleza». Psicodelia de la naturaleza.