La Fundación Amigos de la Lectura dio a conocer ayer el título del Libro Murciano del Año 2015, La mano de Midas, de Antonio Parra Sanz y publicado por la editorial Amarante. En poesía, la obra ganadora ha sido La sombra de Arthur, de Antonio Soto Alarcón y editada por Huerga & Fierro. Por su parte, Rosa García Oliver ha quedado finalista en prosa por la novela Bajo el cielo de Qala i Naw.

La Fundación Amigos de la Lectura, con la colaboración de la Universidad, la Comunidad Autónoma y el ayuntamiento de Murcia, convoca anualmente estos premios literarios. En esta edición los autores recibirán un cuadro de los pintores murcianos Guillermina Sánchez Oró y Domingo Martínez Garrido, con un diploma acreditativo de este reconocimiento.

El jurado ha estado compuesto por Juan Tomás Frutos, como presidente; Hipólito Romero Hidalgo (secretario) y los vocales Piedad Teruel, Elisa Quiles Sanchís y Pedro Luís Sánchez Cano.

«Todas las obras han descollado por su calidad, interioridad, profundidad y buena factura», según han resaltado los miembros del jurado.

Los premios se entregarán el próximo día 29 de noviembre, en un acto en la Biblioteca Regional de Murcia.

Con La mano de Midas, Antonio Parra Sanz (Madrid, ????) recuperaba a un personaje literario, el detective Sergio Gomes, que investiga la muerte de un masajista en un gimnasio de Cartagena, ciudad donde vive el autor desde hace décadas. Profesor de Lengua Castellana y Literatura en el IES Mediterráneo, el escritor es también profesor de Escritura Creativa en ISEN Centro Universitario. Precisamente se encuentra estos días presentando su último libro, Butaca de patio, en el que reúne artículos que el autor publicó en la prensa entre los años 2008 y 2012, en los que ofrece su particular visión sobre diversos aspectos de la actualidad política y social que atravesaba nuestro país.

Por su parte en La sombra de Arthur, Antonio Soto (Librilla, 1952) sitúa al lector en una serie de encuentros y vivencias de una criatura sobrenatural con una historia oscura, que expresa su sentir y su modo de ver la vida, hallándose en el umbral entre el cielo y el infierno sin posibilidad de acceder a ninguno, condenado a vagar eternamente por un mundo lleno de seres humanos, como describen desde la editorial Huerga & Fierro.