Alcanzada la cumbre de su carrera con su anterior álbum, a Sôber no les quedaba más espacio para avanzar que lanzarse dentro del volcán; así, en su nuevo disco, dan salida a ese «día de furia que todos tenemos de vez en cuando» frente a la rutina que nos mantiene «abalsamados».

«(La gente) hemos gritado poco o nada en estos años. El rock vuelve a ser esa herramienta para expresarse y hacerse eco de lo que sucede, como era en los años 80 y 90, cuando ejercía de medio de comunicación reivindicativo», considera Carlos Escobedo (voz y bajo de la banda) en una entrevista junto a su hermano Jorge (guitarra).

Son, dicen en la nota de prensa, «tiempos duros, difíciles y llenos de incertidumbre», por lo que apuestan por «escapar buscando el sol» en el sencillo que titula su noveno disco de estudio, Vulcano (Warner Music), que saldrá este viernes a la venta, día en el que arrancan su gira en el Garaje Beat Club de Murcia.

Producido por Alberto Seara y Carlos Escobedo en los estudios Cube Madrid, destaca por unas «letras más abiertas» y unos arreglos que beben de escuchar los últimos hallazgos musicales de grupos como Bring Me The Horizon y la forma de los grupos estadounidenses de empastar la voz con el resto del conjunto.

«En otros discos buscábamos que estuviese muy centrada y el resto muy colocado. Aquí hemos querido un sonido más americano, con la voz incorporada como un instrumento más en pos de un sonido completo», explican.

En conjunto, se trata de «un disco homogéneo, con todo el pasado de Sôber detrás», más de 20 años, como celebraron en una reciente gira, tras superar la separación temporal del grupo entre 2005 y 2010.

«Estamos en un punto en el que se han limado todo tipo de asperezas hasta formar una gran familia. Ahora afrontamos la música de una manera más auténtica y nos da un poco más igual lo de fuera», aseguran los hermanos Escobedo ante lo que califican como «una nueva etapa de madurez» junto a sus compañeros Antonio Bernardino (guitarra) y Manu Reyes (batería).

En sus once nuevas canciones se respira Sôber por todos los costados, empezando por los lados de esa perfecta pirámide que corona su enigmática portada, toda de negro, y no de rojo, como correspondería a un álbum que reclama fuego y caos. Es, explican, parte de ese juego de «contradicciones» que les gusta practicar, un reflejo de la vida misma. Entre los nuevos cortes destaca Héroes, «un himno para el público, dedicado a los fans, al tiempo que ya han ofrecido y al que siguen ofreciendo», así como la canción con la que quieren acabar los conciertos.

«El público roquero es el más fiel de todos. A una semana de sacar el disco, hemos firmado más de 1.000 mil copias de preventa. Eso ni el flamenco, ni el pop ni el hip hop lo tienen», presumen.

En El viaje, otro de los nuevos cortes, se aprecia ligeramente el influjo del que iba a ser originalmente su actual trabajo, un disco sinfónico. «De repente empezaron a surgir canciones y nos dimos cuenta de que teníamos un disco nuevo, así que ese proyecto está aparcado, pero bastante activo, porque es una idea que tenemos desde hace mucho tiempo», informan.