Una nueva visión sobre nuestra maquinaria de pensamiento. Esto es lo que quiere ofrecer Lidó Rico con su nuevo proyecto, Genoarquitecturas, del que a partir del viernes -19.30 horas- mostrará una parte en la sala La Capilla del edificio de la Convalecencia de la Universidad de Murcia. The Wedding es el título de esta exposición, en la que el artista ha realizado una serie de neuroesculturas obtenidas a partir de varios cerebros reales.

Genoarquitecturas es fruto de la colaboración iniciada hace dos años por Rico con el neurofisiólogo Kuei Y. Tseng, profesor del departamento de Farmacología Celular y Molecular de la Universidad de Chicago, y con el neurobiólogo José Luis Ferrán, profesor del departamento de Anatomía y Psicobiología de la UMU.

El artista explicó ayer durante la presentación de la exposición que la misión actual del artista debe ser «interconectar diversas disciplinas», y afirmó que «el arte siempre ha visto el cerebro de lejos, desde un punto de vista paisajista, pero a mí me interesa la realidad; no busco la estética, sino el hombre», añadió.

«El arte -dijo- tiene que aportar, y en un desierto cultural como el que vivimos, la Universidad tiene un papel definitivo para el desarrollo del hombre, es la empresa que reparte el conocimiento».

The Wedding pretende así hacer reflexionar sobre la importancia de acumular buenas experiencias, ya que éstas se guardan en nuestro cerebro y contribuyen a las decisiones cotidianas que toma nuestra mente. Según relata Lidó Rico, las experiencias vitales ingresan en el cerebro como un dato que se almacena a nivel de sinapsis neuronales. Sin embargo, este recuerdo nunca es una fiel representación de lo sucedido y tampoco se recuerda a lo largo de la vida de la misma forma.

Nuestros recuerdos contribuyen, afirma el artista, a conformar lo que somos como individuos en nuestra cultura y en el ejercicio diario de nuestra vida. Pero los recuerdos son frágiles y dependen de la estabilidad de nuestras redes neuronales; si éstas se pierden en situaciones extremas como la enfermedad del Alzheimer, lo que era una experiencia que marcaba nuestra existencia puede desaparecer de forma definitiva transformándonos en seres ausentes.

Por esta razón, Rico no sólo utiliza en esta exposición sus esculturas, sino que despliega una serie de recursos, tanto plásticos como sonoros, que hacen viajar al espectador de la exposición a través del tiempo y de la memoria. Psicólogos y personas relevantes de la vida pública prestan su voz, junto a otras anónimas, para relatar su experiencia con el Alzheimer. A ello se unen testimonios, canciones -entre ellas, himnos de boda-, fragmentos de diálogos y bandas sonoras de películas, juramentos, discursos y noticias que han marcado nuestra historia. Este collage sonoro pretende concienciarnos sobre cómo está construida nuestra memoria.

La exposición pretende que los espectadores asuman un papel activo en este problema, que cambien su percepción sobre ella y que reconozcan el valor de todos los que trabajan y conviven con las personas afectadas; que se valore la lucha y esfuerzo de los investigadores.

El rector de la Universidad de Murcia, José Orihuela, hizo ayer un paralelismo entre los genes basura en la cadena de ADN con los ´memes´ basura, que nos acercan, dijo, a la cultura basura, a la que calificó como «la escoria de la civilización», y en la que incluyó los anuncios televisivos, el buzoneo indiscriminado por Internet, la astrología y la propaganda políticas. «El proyecto Genoarquitecturas y la exposición The Wedding -afirmó- nos transportan a una fascinante relación sobre nuestra máquina de pensamiento con el arte como vehículo de conocimiento».