La importancia de las emociones, de conocerse a uno mismo y aprender a conocer el interior de los demás es el punto de partida de los cuatro primeros títulos de SuperBerta y los primos, una serie de cuentos firmados por la escritora Marisa López Soria, junto a la ilustradora Lucía Serrano, que la editorial Edebé ha publicado en la colección Emociones.

Parece, como dice la autora afincada en Murcia, que la educación emocional se ha puesto de moda, «pero es la base de mis historias desde siempre», asegura. «Tanto en mis obras infantiles como en las juveniles -explica López Soria- siempre me ha interesado el aspecto emocional de los personajes, porque, aunque utilice la fantasía, soy escritora de realidades, y los niños y los jóvenes tienen preguntas que encuentran en los libros respuestas que les ayudan a crecer».

SuperBerta es ahora la heroína de estos primeros cuatro cuentos, una niña inspirada en alguien del más próximo entorno de López Soria, que tiene el don de adivinar qué sienten sus primos y sus amigos. «Ella les explica en el primer libro de la colección que, si miras a los demás, si pones atención en lo que te cuentan, entiendes lo que les ocurre; es algo que en realidad tenemos todos, pero ella lo achaca a un don que surgió tras unas frotadillas que le dio su abuela cuando era un bebé». Junto a Berta, Olivia, Guille y Nico y su vecino Cuatro Palmos. «Entre los cinco, junto a los animales que les acompañan, conforman una pandilla que vivirá numerosas aventuras», siempre con las emociones como base.

«Me gusta descubrir cómo vive y qué siente el personaje, cómo ve a los que le rodean», explica López Soria. «Daniel Goleman [autor de Inteligencia emocional (1995)] volvió a poner de moda estos conceptos y ahora está comprobado de manera científica, pero todos sabíamos, aunque fuera de forma intuitiva, que el niño aprende mucho más cuando un adulto les transmite paciencia y cariño, que su mente se abre a lo que les estás mostrando o enseñando». En cualquier caso, la autora nunca se ha dejado llevar por las modas. «En la literatura claro que las hay y alguna editorial me ha propuesto escribir sobre un tema concreto, pero el escritor no se puede vender así», asegura.

En los cuatro primeros títulos dedicados a SuperBerta y los primos -el primero de título homónimo, junto a Día de lluvia, Del lado del corazón y Me pido la luna- los pequeños protagonistas aprenden a ser empáticos, «a estar atentos a lo que sucede en el interior de sus primos y amigos» cuando el miedo paraliza a Nico, Berta está preocupada porque es zurda o una rabieta les pone a todos a pensar cómo acabar con ella.

Y los pequeños lectores aprenderán a conocer sus emociones tanto como sus padres. «Aunque haga literatura infantil, son los padres los que los leen, y está bien que nos recuerden ciertas cosas; si pones la tele y ves que para resolver el tema de los refugiados están discutiendo meses sin dar asilo a aquellos que huyen de una guerra es que tenemos mucho que aprender». Además, «si el adulto no participa en la lectura y es un ejemplo, difícilmente vamos a atrapar a pequeños lectores», asegura la autora de obras como Rabo de lagartija o Los corazones del pulpo. Ella sí ha encontrado, en sus talleres de lectura y escritura creativa, a grandes lectores, mayores y pequeños. «Siempre empiezo mis conferencias leyendo un cuento... Y se hace un silencio tremendo en la sala». Porque, asegura, «a todos nos gusta que nos cuenten historias», como a Berta, a quien Marisa López Soria le lee poemas, «afianzando la parte afectiva entre ambas y despertando su curiosidad».