Recordar «la Murcia que ha dado lugar a la Murcia de hoy» y rendir homenaje a uno de los reporteros gráficos más representativos de la Región es ya una realidad gracias a la publicación Tomás. Miradas a una época de Murcia. 1950/1978, editado por Miguel López guzmán. El director de la revista Tribuna La Muralla ha ´buceado´ por el inmenso archivo que dejó tras su muerte Tomás Lorente (Murcia, 1931-2010), para recuperar unas fotografías, «que hay que conservar y mostrar por su gran valor documental», explica.

Con 250 páginas y la recopilación de 680 fotografías, el libro se presentará el próximo viernes, 1 de abril, en el edificio Moneo de Murcia, a partir de las ocho de la tarde. Al acto está prevista la asistencia del presidente regional, Ramón Luis Valcárcel, y del alcalde de Murcia, Miguel Ángel Cámara, quienes han escrito los prólogos de la obra, junto a Joaquín Moya-Angeler y José Antonio Martínez Abarca. También ha colaborado con sus versos Emilio Masía Clavel.

De la edición, el diseño y los textos que acompañan a las fotografías se ha encargado López guzmán, quien adelanta que esta es sólo la primera publicación de una serie de libros que recogerán por temas las miles de instantáneas que el fotógrafo murciano realizó a lo largo de su vida.

«Tomás era un reportero, no se le puede definir de otra manera, porque no buscaba fotos artísticas», explica con cariño López Guzmán. Así, recuerda que cuando cubría un reportaje, «por el camino podía hacer un sinfín de fotos de aquello que le llamara la atención o en lo que viera la noticia» o recrearse en el Puente Viejo, «porque su novia, después mujer, y artífice de publicar su legado, Encarnita Melgarejo, vivía allí». Y, por supuesto, como demuestran los dos libros que publicó sobre el Viernes Santo, era un apasionado de la Semana Santa.

En este libro, López guzmán –que ya había publicado en vida del reportero Tomás. 50 años de Murcia– asegura que los lectores encontrarán «la Murcia que ha dado lugar a la Murcia de hoy» a lo largo del trabajo fotográfico de 28 años. Se encuentran imágenes del litoral y el campo de la Región, fotos de la ciudad y de su gente, tanto conocidos –Pedro Cano, Párraga y otras muchas personalidades– como personajes anónimos. Hay dedicado un apartado a la transición que vivió la ciudad, unida a la transición política de finales de los setenta, y otro para los viejos comercios.

Es sólo un resumen para poder ordenar un legado en el que se encuentra la primera visita del rey Don Juan Carlos, las realizadas por Franco para inaugurar pantanos, las manifestaciones para apoyar al dictador o las vacaciones de Carmen Polo en Campoamor. Todas ellas realizadas con la mirada de un profesional de la fotografía, recordado también por inmortalizar el baño de Fraga en Palomares.

En su día fueron fotografías que acompañaban a noticias y ahora, como demuestra este libro, forman parte de nuestra historia y nuestra memoria.