Las calles del área metropolitana donde reside un gran número de inmigrantes son el hogar de más de la mitad de los vagabundos angelinos, que también son frecuentes en las zonas de playa, sobre todo en la hippie Venice y la rica Marina del Rey.

Según los datos de Los Angeles Homeless Services Authority (LAHSA), a lo largo del 2007 llegaron a dormir en la calle alguna vez más de 140.000 personas, o un 1,5 por ciento del total de la población urbana, aunque la media diaria ronda los 68.000, de los que un 15 por ciento son menores de 18 años.

Este drama humano también salpica, aunque de forma más residual, a zonas conocidas por sus altos estándares de vida, como Beverly Hills o Brentwood, donde algunas instituciones religiosas atienden a las personas sin techo.

"No podemos decir que no haya vagabundos en las zonas ricas, pero sí que es cierto que muchas veces tenemos que luchar contra la negativa de los residentes en algunos lugares para que se instalen hogares temporales que atiendan a quienes los necesiten", aseguró a Efe Clementina Vergan, gestora de formación de LASHA.

Puentes y algunas calles del centro de Los Ángeles se llenan cada noche de casetas improvisadas con cartones o cuerpos tumbados en el suelo que se atisban entre las sombras de la paupérrima iluminación nocturna, al tiempo que el paseo de la playa en la zona de Venice se puebla con sacos de dormir que buscan resguardo en soportales.

El caso de Venice es significativo.

Una zona que acoge a los hippies de Los Ángeles, muy animada durante el día e insegura durante la noche, en la que los escasos transeúntes se cruzan de vez en cuando con coches patrulla de la policía.

Las situaciones que llevan a una persona a vivir en la calle son muy diversas, como relata Vergan, aunque los principales motivos suelen ser la pérdida del trabajo, problemas mentales, enfermedades y adicciones.

Entre los afectados también existen veteranos del ejército, discapacitados o gente que reside en el país en situación irregular.

Cada año el Gobierno federal destina millones de dólares para tratar de mejorar la calidad de vida de los indigentes, que en Los Ángeles se reparten entre 250 programas que desarrollan organizaciones no gubernamentales.

"Existen sitios para dormir por un tiempo limitado cuando una persona se ve de repente en la calle, y además hay planes progresivos para lograr reinsertar a los sin techo en la sociedad", comentó Vergan.

Desde LASHA se afirma que el 85 por ciento de las personas sin hogar que viven en Los Ángeles habitaban la ciudad antes de estar en esa situación.

"Existe una mala percepción con respecto a esto. Mucha gente piensa que la mayoría de los sin techo vienen de fuera debido al buen clima de la zona, pero no es así: casi todos son de aquí", explicó Vergan.

Desde organizaciones como Los Angeles Coalition to End Hunger & Homelessness critican las actuaciones de las autoridades, que consideran insuficientes para resolver los numerosos casos de indigencia, y piden que se construyan de forma prioritaria viviendas para personas con bajos ingresos.

El actual momento que sufre la economía en EEUU debido a los problemas de crédito originados por la crisis hipotecaria está suponiendo un nuevo obstáculo hacia la disminución del número de personas que se ven obligadas a dormir en la calle en algún momento del año.

Miles de familias han visto cómo los bancos ejecutaban su hipoteca por no poder hacer frente a sus deudas y, mientras los precios de las viviendas caen en picado ante la falta de compradores, los alquileres suben en Los Ángeles, lo que los hace más inaccesibles para las personas con un bajo poder adquisitivo.