El informe, elaborado por Josep Miró i Ardèvol, director del Instituto del Capital Social (INCAS) de la Universidad Abat Oliba CEU, cifra la pérdida en capital humano imputable al aborto en 51.325 millones de euros sólo durante el año 2006.

En lo que a las pérdidas en cuotas a la Seguridad Social se refiere, el estudio las eleva a 14.370 millones de euros.

"El papel del aborto resulta extremadamente perjudicial porque demole simultáneamente los dos componentes del capital humano, es decir, el número de personas que alcanzarán la edad de trabajar y junto con ellas su valor potencial", sostiene el informe.

El estudio matiza que es "erróneo" suponer que cada inmigrante "suple a un no nacido", ya que éste llega en edad de trabajar y, en el futuro, por tanto, abandonará el mundo laboral antes que el bebé que no ha nacido.

El estudio extrae esas cifras tras proyectar la productividad y la riqueza que habría de más en España si no se hubieran producido el más de un millón de interrupciones del embarazo entre 1985 -cuando se despenalizó el aborto- y 2006.

De seguir la tendencia actual, el número de abortos dentro de una década representará el 25 por ciento de los nacimientos, según el informe.

El autor, Josep Miró, que preside la organización E-cristians, concluye en su informe que, "dada la situación demográfica española y el impacto negativo que ello significa sobre la renta y el sistema de bienestar, resulta incomprensible una política pública orientada al aborto, como viene ocurriendo".