La original forma de narrar historias de Agustín Fernández Mallo (A Coruña, 1967) comienza en 2005 con "Nocilla Dream", la primera parte de una trilogía cuyo título tomó, según ha explicado a Efe, de la canción "Nocilla, u00A1qué merendilla!", del grupo gallego Siniestro Total.

Un día, este escritor, licenciado en Físicas, escuchó por casualidad esa canción punk de los años ochenta mientras veía una fotografía de un árbol cargado de zapatos en lugar de frutos que existe en el desierto de Nevada.

Esa imagen vista por primera vez y esa canción escuchada después de muchos años sin oirla le conmovieron, según Fernández Mallo, por "su potencia poética", y "las dos emociones se fusionaron" en un título.

"Para mí es un título chulo", concluye el autor, al que, sin embargo, la denominación de "generación Nocilla" no le gusta. "Es una etiqueta periodística que no sabemos si quedará de forma literaria", comenta.

Confiesa que es mal lector de novelas porque, en general, le atraen "por destellos". Es difícil que termine alguna porque hace "catas selectivas", aunque se ha permitido una excepción, por ejemplo, con "La carretera" del estadounidense Cormac McCarthy.

Precisamente de destellos y de impulsos está hecha su segunda novela, "Nocilla Experience", publicada por la editorial Alfaguara.

La música, el cine o la televisión están presentes en unas historias basadas en el filme Apocalypse Now, en la música de Pearl Jam, Beta Band, Björk, Lou Reed, Pet Shop Boys, Radiohead, la carátula de "Sargent Pepper's Lonely Hearts Club Band, en el "Prestige", la guerra de Irak, la torre Windsor, la muerte de Félix Rodríguez de la Fuente, el juego del parchís e incluso en la Biblia Manga.

"Mezclo las cosas sin darme cuenta, no soy consciente de ello, sencillamente fluyen", dice.

Y aunque la nocilla es muy dulce, sus personajes son solitarios porque a Agustín Fernández Mallo le interesa "el individualismo y la investigación de la soledad".

"No comprendo por qué nos sentimos solos, por qué a veces necesitamos la soledad, por qué hay personas que sin quererlo están solas", afirma el escritor que considera que, "al final, uno escribe para entender las cosas".

Los personajes de "Nocilla Experience" no suelen tener finales felices porque para Fernández Mallo, que no ha perdido su acento gallego a pesar de vivir en Mallorca desde hace doce años, "la belleza a veces es triste".

Agustín Fernández Mallo trabaja como físico en la sanidad pública y reconoce que su formación y su trabajo han condicionado su forma de escribir. "La primera emoción poética que recuerdo es con algún texto científico, las ciencias son una creación humana expuesta a criterios estéticos al igual que un poema", argumenta.

Su estilo literario está dedicado a todo tipo de lector. "Es curioso, sin yo pretenderlo he encontrado que mi libro gusta a un profesor universitario, a la dependienta de enfrente de mi casa o a un chico de 19 años que está todo el día tronado", afirma.

Los 112 capítulos de "Nocilla Experience", que también pudieran ser "links" o "windows", atrapan al lector, que podrá concluir la trilogía con "Nocilla Lab", ya escrita pero aún sin publicar.

Pero antes, Agustín Fernández Mallo, que comenzó su carrera literaria escribiendo poemarios, verá publicado "Carne de Píxel", libro con el que ha ganado el Premio Ciudad de Burgos de Poesía. De hecho, si le dan a elegir, el autor reconoce que se encuentra más satisfecho con su poesía que con su narrativa.