A pesar de que las solicitudes presentadas representan el 2,57 por ciento del total de electores ciegos en España, alrededor de 63.000, la ONCE considera que la cifra de solicitudes es un "éxito" ya que es la primera vez en la historia de la democracia española que las personas ciegas o con deficiencia votan sin necesidad de ir acompañadas de una persona de confianza que introduzca su voto en el sobre y la urna electorales.

Para ello, una vez acreditada la identificación en su correspondiente mesa electoral, el elector recibirá un maletín en el que, en tinta y lenguaje braille, se indica el procedimiento a seguir.

Con esta documentación el elector se dirigirá a un espacio habilitado donde poder, con total intimidad, abrir el maletín, leer en braille las instrucciones y ejercer su derecho a voto.

Tanto para el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) como para la ONCE esta iniciativa supone extender los derechos de las personas ciegas y significa "dar un paso adelante en la autonomía de los ciegos en una sociedad más igualitaria".

Sin embargo, el CERMI considera que se sigue "discriminando" a las personas ciegas con derecho al voto al impedir que uno de estos discapacitados ejerza mañana como presidente de mesa en Sueca, Valencia.

Según considera la Junta Electoral de la zona la ceguera impide el correcto desarrollo de las funciones encomendados a los miembros de las mesas electorales como la identificación de los votantes, el examen de las papeletas de votación y la participación del escrutinio.