Publicada por la editorial Bruño, la novela supone la primera incursión en la narrativa de Izquierdo (Palencia, 1959) que, como afirma en una entrevista con EFE, se ha inspirado en un suceso real para lanzar un llamamiento a los más jóvenes y hacerles ver "la prudencia necesaria para vivir la adolescencia, para salir indemnes de ella".

En la novela, de estilo ágil, directo y ameno, hay también una clara defensa de la enseñanza, en general, "como método para reflexionar sobre la vida", y de la filosofía, en particular, "porque les afecta a su propia existencia".

Cuando Marcial Izquierdo leyó en el periódico que una adolescente había muerto arrollada por un tren, en un fin de semana de botellón y borrachera, se quedó impactado por la noticia porque sabía que "no era un hecho aislado".

Pero también vio en el suceso el germen de una novela, y de inmediato tuvo clara la primera frase: "Hoy es el último día de mi vida".

Y lo cierto es que el comienzo de la novela es impactante: "Hoy es el último día de mi vida. Un tren de mercancías que transporta hidrógeno líquido, bobina de cobre y madera de pino ha salido ya de la estación de Chamartín. Viaja hacia San Sebastián e Irún. Cuando llegue a Burgos, sobre las 19:45, me encontrará frente a él. Estaré muerto, sin remedio, en unos segundos".

El que habla es Miguel, el adolescente protagonista de la novela, que, a partir de ahí, irá contando en primera persona las vivencias de un día normal del curso, las clases de diferentes profesores, la relación con sus amigos, sus aspiraciones amorosas y el consabido botellón del viernes por la noche.

Como en cualquier novela, no todo es lo que parece en un principio y el lector se encontrará con sorpresas. Marcial Izquierdo ha procurado que su libro "no fuera muy largo (son cien páginas escasas), que enganchara y que hiciera reflexionar al mismo tiempo".

"Quería escribir la novela que a mí me hubiera gustado leer a esa edad, sobre todo sabiendo las dificultades que tenemos para conseguir que los adolescentes lean", afirma Izquierdo, coordinador del Plan de Lecturas en el Instituto en el que imparte clases.

Las peripecias de Miguel y de sus amigos le sirven al autor para hacer reflexionar a los más jóvenes sobre el sentido de la vida, la búsqueda de la felicidad, el destino (simbolizado en ese tren que avanza imparable hacia Burgos), el amor, la amistad y la muerte.

"Algunos tienen la idea de que todo está escrito y que no podemos hacer nada para evitar nuestro destino, pero yo creo que sí podemos hacer algo, porque tenemos un cierto grado de libertad", señala Izquierdo, autor de un manual de Historia de la Filosofía.

Este licenciado en Derecho, que renunció a la abogacía para dedicarse de lleno a la enseñanza de la Filosofía, ha procurado que en su primera novela "haya un mensaje esperanzador" y que los jóvenes sepan que "el amor lo puede arreglar todo".

También deja claro que no todos los adolescentes se divierten emborrachándose los fines de semana, y, de hecho, según las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), "los jóvenes que beben habitualmente son un 20 por ciento".

"No se puede generalizar. A algunos adolescentes se les ve muy perdidos, metidos en el mundo del alcohol y de la droga, pero hay otros, muy sensatos y comprometidos, que se matan a estudiar porque saben que es la única forma de salir adelante", afirma el escritor, que ya tiene entre manos una segunda novela.