El jefe del equipo presidencial de médicos, el doctor Marjo Subiandono, confirmó en un comunicado que la muerte de Suharto se produjo a las 13.10 (06.10 GMT).

"Dimos lo mejor, pero Dios decidió otra cosa (...) La condición del corazón y su presión sanguínea permanecía alta y baja, y para ser sinceros, ya habíamos comenzado a renunciar porque su condición cerebral era muy seria", dijo Munawar, otro de los doctores, a la emisora "El Shinta" Munawar.

Tras conocerse la noticia, el presidente indonesio, Susilo Bambang Yudhoyono, expresó sus condolencias y pidió a sus compatriotas que recen por Suharto, uno de los responsables de la brutal invasión de Timor Oriental (1975), que causó la muerte de unos 200.000 timorenses, según los grupos pro derechos humanos.

De acuerdo con la radio local, el cuerpo de Suharto será trasladado a su mansión de Cendana, en Yakarta central, donde se espera que esta noche realice una visita Yudhoyono, que ha suspendido su viaje a la isla de Bali, donde tenía previsto inaugurar el lunes una conferencia organizada por la ONU sobre corrupción.

Los mismos medios aseguran que Suharto será enterrado el lunes en el mausoleo que su familia posee en el cementerio de Astana Ciri Bangun, en Kalintan (Java Central), donde está enterrada su mujer.

Además, el secretario de Gabinete, Sudi Silalahi, anunció un luto nacional de siete días, a partir de hoy, en señal de respeto hacía el ex dictador, en cuya memoria permanecerá a media asta la bandera que ondea en el Palacio Presidencial.

A Suharto le acompañaron en sus últimas horas sus trece nietos y los seis hijos que tuvo con Hatinah, su esposa durante 49 años, y fallecida en 1996.

Una de las últimas personas ajenas a la familia que pudo visitarle fue el viceprimer ministro camboyano Sok An, que el sábado permaneció media hora en la habitación de Suharto.

La salud de Suharto, general retirado de cinco estrellas y segundo presidente de Indonesia, había empeorado anoche, tras entrar en coma a causa de un fallo en sus órganos internos.

Su muerte se produjo pocas horas después de que los médicos que asistían al ex dictador, un equipo compuesto por 40 personas, anunciaran en una rueda de prensa que su estado era "muy crítico" y que había perdido la conciencia por vez primera desde su ingreso, el pasado 4 de enero.

El paciente había sido conectado de nuevo a una máquina de respiración asistida, de la que dependía en un 100 por ciento, mientras que el viernes, día en el que experimentó una ligera mejoría, había comenzado a respirar por si mismo.

Suharto, que también está sometido a un tratamiento de diálisis, había sufrido varias recaídas desde su ingresó en el Pertamina con hipotensión, edema y otros problemas que se unen a la septicemia que padece.

El ex mandatario gobernó con mano de hierro Indonesia de 1967 a 1998, cuando se vio forzado a dimitir por una crisis económica y una revuelta popular.

Antes de hacerse con la jefatura del Estado, y al frente de la cúpula militar, se encargó de aplastar al Partido Comunista de Indonesia, al que responsabilizó de la intentona golpista de 1965, una represión en la que murieron cerca de medio millón de personas.

El antiguo dictador encabeza además las listas de dirigentes más corruptos de las últimas décadas del Banco Mundial y la organización Transparency International, aunque nunca se le pudo juzgar en su país debido a su avanzada edad y delicado estado de salud.

No obstante, y a juzgar por las encuestas, Suharto era una figura respetada por gran parte de los indonesios, que tras la grave crisis financiera asiática de 1997 comenzaron a considerar su mandato como uno de los más prósperos del país.