La pintura estaba siendo trasladada al Museo Guggenheim de Nueva York desde el Museo de Arte de la ciudad de Toledo, en el estado de Ohio, en noviembre del año pasado cuando los transportistas se descuidaron durante una parada en un motel de Pennsylvania y a la mañana siguiente descubrieron que la obra ya no estaba.

Al cabo de unos días, el camionero Steven Lee Olson contactó con las autoridades federales mediante un abogado diciendo que había encontrado el cuadro en su sótano, explicó el portavoz de la oficina del Fiscal General, Michael Drewniak.

Después de una larga investigación, las autoridades determinaron que Olson fue el que robó la pintura de Goya, por lo que fue detenido anoche sin que pusiera resistencia en su casa de Carlstadt, en el estado de Nueva Jersey.

Está acusado del robo de un objeto patrimonio de un museo, lo que pude llevar a una condena de diez años de prisión y a una multa de 250.000 dólares (más de 175.000 euros).

La pintura, de 145 por 94 centímetros, está asegurada en más de 700.000 euros, aunque su valor real es incalculable y los expertos consideraron que es prácticamente imposible venderla en el mercado negro. Recuperada por agentes del FBI, la obra fue devuelta el pasado enero al museo de Toledo, donde forma parte de su colección permanente.

Un mes después, el cuadro se incorporó a la exposición del Guggenheim en Nueva York y formó parte de la muestra hasta que cerró al público a finales de marzo.