"u00A1Hola muchachos! ¿cómo están? Hoy es un día maravilloso", dijo el cantante colombiano al inicio del concierto a su audiencia, que llenaba el Teatro Fillmore, uno de los escenarios rockeros más conocidos de Manhattan, con capacidad para 1.200 personas y que Juanes llenó.

El colombiano, vestido con camiseta y pantalón negro y que el 23 de octubre saca su cuarto disco, "La vida... es una ratico", recordó, además, que no pisaba un escenario neoyorquino desde hace tres años y que lo hacía ahora, en la víspera del lanzamiento simultáneo en 77 países de este nuevo trabajo.

Ese disco saldrá, además, a la venta con dos formatos, el de CD únicamente, y otro al que se le añade el DVD.

Juanes empezó con la canción estrella, "A Dios le pido", de su segundo disco "Un día normal", en una versión mucho más rockera y con una cumbia más marcada que la que le confirmó como artista internacional y que encandiló a su público.

A ese tema le siguió "No creo en el jamás", la primera canción de su último disco y que el artista colombiano explicó que compuso "hace un año en Guatemala" y que muestra su lado más comprometido con Latinoamérica.

Desgranó viejas canciones como "Nada valgo sin tu amor", "Mentira", "Es por ti" o "Mala gente", sin olvidar "Fotografía", una canción que grabó con la lusocanadiense Nelly Furtado, para llegar al tema estrella de su nuevo disco "Me enamora" y otras nuevas composiciones.

El título de este último disco nació de las conversaciones de Juanes con su madre, quien le repetía esa frase en momentos de dificultades para relativizar los problemas del cantante en momentos de crisis personal.

El artista colabora en la producción del disco con el argentino Gustavo Santaolalla, premiado con dos Óscars consecutivos por las bandas sonoras de "Brokeback Mountain" y "Babel", además de aval de formaciones de renombre como la rioplatense Bajofondo Tango Club.

Con este concierto, Juanes concluyó una intensa jornada dedicada a la promoción de su disco y que le ha llevado a actuar en programas de máxima audiencia en la televisión estadounidense como "Today Show", de la cadena NBC.

"Significa muchísimo para mí, porque es hablar de algo distinto.

En el plató me preguntaron que si había alguna forma de comprar este disco en inglés y les dije que yo sólo podía tocar la guitarra en inglés, pero cantar será siempre en español", dijo el ganador de doce premios Grammy latinos con sus tres álbumes en solitario, "Fíjate bien" (2000), "Un día normal" (2002) y "Mi sangre" (2004).

El artista colombiano, que ha contado para este disco con la colaboración del argentino Andrés Calamaro y del alemán Campino, reafirmó su voluntad de seguir cantando en español, el idioma en el que más siente su música, que califica de "humilde" y "honesta".

"Pienso seguir cantando en español", afirmó hoy Juan Esteban Aristizábal, Juanes, que también señaló que, en el fondo, es una "maravilla" que haya quien no entienda sus letras, porque eso significa que la música acerca a todas las personas.

"Pensé en grabar en inglés, pero ahora incluso la gente de la discográfica me dice que ni se me ocurra, y eso me alegra, ya que estamos en un momento más multicultural. No hay necesidad de ello porque el lenguaje de la música es universal", explicó.

Para el colombiano, el secreto de su éxito en países de habla no hispana, como Estados Unidos y otros de Europa, puede ser "la conexión que crea la mezcla de la música popular de Colombia con la influencia rock" que hay en él.

"Este disco refleja mi momento actual, después de haber pasado una crisis personal fuerte. Pasamos de cantarle al enamoramiento inicial a nombrar también lo difícil de tener una relación adulta", confesó el cantante, que acaba de superar una crisis matrimonial con su esposa Karen Martínez.

El rock mezclado con sonidos más colombianos, como la cumbia, el vallenato o la guasca, es lo que impera en el nuevo álbum de este cantante, que desde Nueva York animó a todo el mundo a viajar a Colombia.

Juanes tiene por delante una intensa agenda que le llevará a Oslo el próximo 11 de diciembre, en un concierto que cada año se celebra en esa capital noruega tras la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz.