El Museo del Holocausto de Jerusalén, Yad Vashen, cerró el pasado 12 de septiembre la lista de premiados de 2007, edición en la que también se han galardonado el compromiso contra el cambio climático de Al Gore, el rock de Bob Dylan, el rigor de las revistas "Nature" y "Science" y los valores deportivos y personales del piloto Michael Schumacher.

La XXVII edición de los Premios Príncipe de Asturias se abrió el 6 de junio con la concesión del galardón de Cooperación Internacional al presidente de la organización Alianza para la Protección del Clima, Al Gore, de quien el jurado destacó su decisiva contribución "al progreso en la solución de los graves problemas del cambio climático".

La semana siguiente, el rock entró por la puerta grande en la lista de las Artes, ya que en el cantautor estadounidense Robert Allen Zimmerman, Bob Dylan, se reconocía al "faro de una generación que tuvo el sueño de cambiar el mundo" y que le convirtió en "mito viviente" de la historia de la música popular, tal como recogía el acta del jurado del 13 de junio.

El Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica, fallado el 20 de junio, recayó en la candidatura conjunta del biólogo español Ginés Morata y su colega británico Peter Lawrence, propuesta por el profesor del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Alberto Muñoz Terol y apoyada por doce premios Nobel.

El jurado destacó el "valor universal" de las investigaciones de Morata y Lawrence, "esenciales" para conocer los procesos de envejecimiento de los seres vivos y las alteraciones genéticas que provocan enfermedades como el cáncer y que tendrá una previsible e importante repercusión "para la medicina del futuro".

El 27 de junio, el jurado otorgó el Premio de las Letras al candidato de la profesora de Literatura Española de la Universidad de Barcelona Rosa Navarro Durán, miembro del jurado, el escritor israelí Amos Oz, distinguido tanto por "hacer de la lengua hebrea un brillante instrumento para el arte literario" como por "su defensa de la paz entre los pueblos" y "la denuncia de todas las expresiones del fanatismo".

Otra candidatura conjunta, la de las revistas "Nature" y "Science", que presentaron el periodista Pedro Páramo y el presidente de la Real Sociedad Española de Física, Antonio Fernández Rañada, se alzó el 4 de julio con el Premio Comunicación y Humanidades, imponiéndose a la agencia Magnum y a la BBC, por su "rigor y claridad" científica y por "acercar la ciencia a la vida".

Para otorgar el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales al sociólogo alemán Ralf Dahrendorf, el jurado tuvo en cuenta la "gran contribución" de este erudito a su campo de estudio y su "preocupación por una Europa basada en las sociedades abiertas y cosmopolitas".

Propuesto por el miembro del jurado Hans Meinke, Dahredorf llegó el 11 de julio a las votaciones finales junto a su compatriota el filósofo Rüdiger Safranski, el lingüista búlgaro Tzvetan Todorov y la científica italiana Rita Levi-Montalcini.

Tras la concesión de este galardón, la Fundación Príncipe hizo un paréntesis estival hasta el 5 de septiembre, día en que el jurado del Premio de los Deportes tuvo en cuenta tanto sus siete campeonatos del mundo como sus "valores humanos" para galardonar al ex piloto alemán de Formula 1 Michael Schumacher.

El heptacampeón del mundo fue distinguido a propuesta del presidente del jurado, Juan Antonio Samarancha, presidente honorífico del Comité Olímpico Internacional, y dos años después que el piloto asturiano Fernando Alonso.

Por último, el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, que falla el patronato de la Fundación, se conoció el 12 de septiembre con la elección del Museo del Holocausto de Jerusalén, como "recuerdo vivo de una gran tragedia histórica" y por su labor para promover, la superación del odio, del racismo y de la intolerancia".

Cada Premio Príncipe de Asturias está dotado con 50.000 euros, una estatuilla expresamente diseñada por Joan Miró para estos galardones y un diploma acreditativo.