Así lo informó la Casa Museo Günter Grass en Lübeck, donde el escritor mantiene una oficina desde donde atiende algunos asuntos.

Grass vive en Behlendorf, a varios kilómetros de Lübeck, y en las próximas semanas seguirá celebrando sus ochenta años con varias fiestas oficiales.

El miércoles habrá un acto en Hamburgo, el sábado otro en Gotinga, organizado por la editorial Steidl, y el 27 de octubre un acto de estado en homenaje suyo en Lübeck, al que asistirá el presidente federal, Horst Kohler.

Entre ayer y hoy las felicitaciones han llovido sobre Grass y entre las personas que se han apresurado en elogiar sus virtudes como escritor y como ciudadano hay nombres tan diversos como el del director de cine Volker Schlöndorf, o el del presidente del Consejo Directivo del Grupo Springer, Mathias Döpfner.

Grass mantiene desde hace 30 años una controversia con el Grupo Springer, a cuyos diarios se niega a dar declaraciones desde que hicieron una campaña en los años setenta contra los escritores de izquierda.

Döpfner ha buscado una reconciliación del grupo con Grass que no ha llegado a producirse plenamente y en un artículo para el Hamburger Abendblatt elogia ante todo sus poemas de los que dice que sólo serán plenamente reconocidos cuando "las batallas retóricas de cada día dejen de empañarlos".

Los principales diarios alemanes dedican comentarios a la trayectoria de Grass y destacan su figura como símbolo de la historia de Alemania y también la calidad estética de su obra.

El crítico Thomas Steinfeld le dedica un artículo a Grass, en el "Süddeutsche Zeitung", en el que llama la atención sobre el hecho de que, casi como ningún otro escritor de la historia de la literatura alemana, ha representado a Alemania con todas sus contradicciones.

Grass, según Steinfeld, representa no sólo para los alemanes sino también para los extranjeros, un "símbolo histórico y político" tanto del pasado alemán de destrucción y guerra como de su transformación en una democracia y de la "resistencia contra el imperio estadounidense".

El diario "Frankfurter Allgemeine", que tiene un contencioso con Grass desde la polémica que levantó poco antes de la publicación de "Pelando la cebolla", es el único medio importante en ser parco en los comentarios sobre el cumpleaños del escritor.

Una breve columna en las páginas culturales le basta al diario de Fráncfort para despachar el cumpleaños del escritor que recientemente advirtió que no quería que, cuando muera, ese periódico publique su esquela.

El diario "Die Welt", perteneciente al grupo Springer, dedica casi una página entera al autor de "El tambor de hojalata".

La página está formada por un largo artículo en el que se invita a darle más importancia a la parte estética de la obra de Grass y menos a su obra política, y por una recolección de felicitaciones al escritor, entre las que destaca la del novelista Martin Walser.

"Ahora es tiempo de ocuparse del Grass que no es tan propicio al espectáculo. El artista de la palabra y las imágenes. El firme protagonista de un ethos de la calidad. El creador de un universo narrativo en el que todo lo que tiene que ofrecer la historia alemana en el siglo XX está en casa", dice el artículo de "Die Welt"

"Die Welt", asimismo, aprovecha para criticar la faceta polémica de Grass y la pretensión del escritor de tener siempre razón.

El otro diario bandera del grupo Springer, el "Bild", dedica una nota al autor de "El tambor de hojalata" en la que se sostiene la curiosa tesis de que éste es mejor pintor que escritor.

"Como escritor, alcanzó lo máximo: en 1999 recibió el Premio Nobel. Como dibujante logró más: un puesto para la eternidad", dice el diario de mayor circulación de Europa.

"Die Tageszeitung" de Berlín, un diario de izquierda heterodoxa ecopacifista que se caracteriza por su ironía, hizo un homenaje a Grass poniéndole bigote a todos los personajes que aparecen en las fotos de la edición de hoy.