Hasta la capital renana llegarán en los próximos días unos 130 autores, encabezados por Pere Gimferrer, Baltasar Porcel, Quim Monzó, Joan Francesc Mira y Carme Riera, que participarán en alguno de los 140 actos literarios o académicos programados.

En la larga relación de invitados figuran los catalanes Albert Sánchez-Piñol, Lluís-Anton Baulenas, Sergi Belbel, Jaume Cabré, Narcís Comadira, Miquel de Palol, Empar Moliner, Imma Monsó, María Mercè Roca, Emili Rosales, Màrius Serra, Marta Pessarrodona o Sebastià Serrano.

También se desplazarán a Alemania los mallorquines Gabriel Janer Manila, Maria de la Pau Janer, Biel Mesquida, Sebastià Alzamora y María Antonia Oliver, y los valencianos Joan-Francesc Mira, Martí Domínguez, Josep Piera y Gustau Muñoz.

A estos también se sumarán los roselloneses Agnes Agboton, Joan Daniel Bezsonoff y Joan Lluís Lluís y los andorranos Albert Salvadó y Albert Villaró.

Casi desde el primer momento en que se dio a conocer la designación de la cultura catalana como invitada de honor de la más importante feria del libro del mundo, el evento se vio envuelto en la polémica sobre la conveniencia de incluir en la delegación a escritores catalanes que escribían habitualmente en castellano.

Aunque el Instituto Ramón Llull, que organiza y coordina el programa y que ha tenido en este tiempo tres directores diferentes, invitó a los escritores en castellano a que participaran en el formato que les fuera más cómodo, finalmente Eduardo Mendoza, Juan Marsé, Javier Cercas, Enrique Vila-Matas, Enrique de Heriz, Núria Amat o Carlos Ruiz Zafón declinaron la invitación para ceder el protagonismo a los escritores de expresión catalana.

Algunos de estos autores presentarán sus novedades en alemán tras la feria, a finales de octubre y durante noviembre, en un ciclo organizado por el Instituto Cervantes de Múnich.

La polémica, que ha emergido y desaparecido en los últimos meses, no sólo se ha circunscrito a los medios de comunicación españoles, sino que en las últimas semanas también ha salpicado a algunos periódicos alemanes.

A esta polémica recurrente se han sumado en los últimos días los editores, los auténticos protagonistas en una feria eminentemente comercial, de compra y venta de derechos de publicación, al sentirse olvidados por el Instituto Ramón Llull.

Calixto Bieito, Sergi Belbel, Joan Ollé y Carles Santos son algunos de los creadores de la escena que la cultura catalana habrá presentado estos días en Fráncfort.

La delegación de la cultura catalana se completa con un grupo heterogéneo de casi ochocientos artistas, entre actores, bailarines, músicos y orquestas, y artistas plásticos.

El Sónar exportará a Fráncfort su música electrónica, en este caso combinada con el diseño, las nuevas tecnologías y la gastronomía de algunos cocineros catalanes con estrellas Michelin.

El MACBA será el estandarte de la presencia artística en Fráncfort, donde se exhibirán más de una docena de exposiciones de pintura, fotografía, arquitectura, cómic, diseño gráfico, muestras que ocuparán literalmente casi todos los espacios museísticos de la ciudad.

Sónar y MACBA son los dos buques insignia de la nueva cultura catalana en su intento por superar el viejo discurso que la reducía al trío Gaudí, Dalí y Miró, aunque estos tres genios universales estarán representados de alguna forma en alguna de las exposiciones.