Ortega, que participa en las primeras jornadas internacionales sobre Inmunonutrición que se clausuran hoy en Valencia, destacó que aunque el ejercicio moderado es beneficioso, "hay que ser cautelosos a la hora de hacer ejercicio y de la elección del momento, intensidad y duración del mismo".

Según el experto, el ejercicio es clave para el buen funcionamiento del sistema inmune ya que constituye una forma de estrés fisiológico, con el que se liberan diferentes "hormonas y factores de estrés" que alertan y activan el sistema inmunitario.

Advirtió de que aunque los deportistas profesionales disponen, en principio, de un sistema inmune más adaptado, situaciones de sobreentrenamiento pueden deteriorar el sistema inmune, lo que puede causar una mayor incidencia de infecciones.

Ortega destacó la importancia de realizar ejercicio moderado, "ya que estimula tanto las respuestas innatas del sistema inmune como las respuestas inmunitarias adaptativas".

Subrayó la necesidad de tener una vida activa aunque no se llegue a practicar deporte de forma reglada, ya que "los perjuicios del sedentarismo son incluso mayores que los beneficios del ejercicio".

"Hay que ser cautelosos a la hora de hacer ejercicio y de la elección del momento, intensidad y duración del mismo", afirmó Eduardo Ortega, quien indicó que cualquier ejercicio "no afecta de la misma forma a nuestro sistema inmune".

En general, los ejercicios moderados estimulan tanto las respuestas innatas (menos específicas) como las inmunitarias adaptativas (más específicas contra un patógeno concreto).

Por otra parte, los ejercicios más intensos estimulan las respuestas inmunitarias innatas e/o inflamatorias, pudiendo inhibir en ocasiones las adaptativas.

"Así, si esta estimulación se realiza de forma exagerada o en personas con patologías inflamatorias o autoinmunitarias podría aumentar la aparición de patologías o exacerbarlas", precisó.

Respecto a la relación entre edad, ejercicio y sistema inmune, Ortega aseguró que el propio envejecimiento modifica también la capacidad funcional del sistema inmunitario y del sistema neuroendocrino.

"Aunque a medida que se avanza en edad -explicó-, la intensidad del ejercicio es menor y esto puede suponer una ventaja en las personas mayores, puesto que a través de ejercicio moderado se pueden restablecer algunos parámetros inmunitarios que se encuentran deteriorados por el envejecimiento".

Las jornadas internacionales están organizadas por el Centro Tecnológico AINIA y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y en ellas participan más de 200 expertos en nutrición e inmunología.