Según este tribunal, el tratado firmado por los gobiernos de Japón y China en 1972, por el que ambos países reanudaron sus relaciones diplomáticas tras años de enfrentamientos, anula el derecho de un individuo chino a presentar una reclamación por daños, informó la agencia local Kyodo.

En el acuerdo de 1972, China aceptó renunciar a cualquier reparación de guerra por parte de Japón.

El presidente del tribunal, Ryoji Nakagawa, afirmó hoy que "los chinos perdieron sus derechos judiciales para solicitar compensaciones de Japón, los japoneses o sus empresas" sobre la base del compromiso de 1972.

Sin embargo, Nakagawa reconoció "el sufrimiento físico y psíquico" padecido por las víctimas de trabajos forzados e hizo un llamamiento para que "reciban consuelo".

Esta decisión del Tribunal Supremo anula una sentencia de 2004 de la Corte Superior de Justicia de Hiroshima, que exigía el pago de 27,5 millones de yenes (230.000 dólares) a la constructora Nishimatsu como indemnización por los abusos cometidos sobre un grupo de chinos que trabajaron forzosamente en una planta de energía eléctrica durante la II Guerra Mundial.

Posteriormente, Nishimatsu apeló y la sentencia de hoy le dio la razón, a pesar de que los demandantes argumentaron que el tratado de 1972 no hace ninguna referencia a las reclamaciones a título individual.

Asimismo, la Corte Suprema de Japón rechazó hoy el derecho de dos mujeres chinas a pedir una indemnización al Estado japonés en compensación por haber sido forzadas a convertirse en "esclavas sexuales" al servicio del Ejército Imperial durante las guerras del siglo XX.

En ese caso, el tribunal argumentó que el caso había caducado tras la firma de un tratado de paz entre Japón y el Gobierno nacionalista chino con base en Taiwán en 1952.

Las demandantes, una de ellas ya fallecida que estaba representada por sus familiares, defendían que ese acuerdo no era aplicable desde el momento en el que se constituyó la República Popular de China.

Las víctimas de agresiones por parte de Japón durante las guerras del siglo pasado han presentado cerca de 60 demandas ante los tribunales japoneses, en busca de disculpas y una compensación por parte del Gobierno nipón y las empresas del país que los explotaron.

Los abusos del antiguo Ejército Imperial nipón se han reconocido en muchos de los casos y los demandantes, la mayoría de ellos chinos y surcoreanos, han obtenido seis sentencias favorables hasta la fecha en juzgados locales y dos en provinciales.

Sin embargo, gran parte de los casos han sido finalmente desestimados debido a que los abusos cometidos ya habían prescrito, según una ley japonesa por la que los delitos caducan a los 20 años.