"Siempre estoy aprendiendo", adelanta esta actriz de 40 años con una de esas sonrisas suyas que desarman.

"Porque si lo hubiera sabido todo antes, mi vida sería diferente", añade, sin que exista ni una pizca de arrepentimiento en todo esto.

"Seduciendo a un extraño" es el vigésimo quinto estreno de su carrera, una filmografía que parece perfecta y en la que hay un poco de todo.

Está la Berry taquillera de "X-Men" (2000) o la trasgresora y rebelde junto a Spike Lee y su "Fiebre salvaje" (1991).

También está la Berry animada, una de las voces de "Robots" (2005) o la inolvidable "chica Bond" de "Muere otro día" (2002).

Todas esas además de la ganadora del Oscar por "Monster´s Ball" (2001), un premio que le ganó el respeto como actriz que su belleza ocultó a los ojos de muchos, además de provocar uno de los llantos más memorables de la Historia de estos galardones.

"Como dije el día que colocaron la estrella con mi nombre en el paseo de Hollywood, soy una retrasada a nivel emocional, una verdadera esponja en cuanto me emociono", confiesa risueña mientras apunta a unos ojos oscuros que se vuelven a llenar de agua.

Pero detrás de esta carrera plural y con éxito, aunque con algún bache que otro, Berry tiene otros secretos a voces que, quizá llevada por esta cinta llena de duplicidades, la actriz no duda en confesar.

Entre ellos están sus problemas con la diabetes, una enfermedad que le fue diagnosticada ya de adulta a esta hija de madre blanca y padre negro y que, como asegura, le cambió la vida.

"Yo pensé que iba a morirme. Que la diabetes significaba la muerte", asegura recordando el diagnóstico.

Muy al contrario, Berry se ha convertido en una de las principales portavoces en la lucha contra esta dolencia crónica, además de uno de los ejemplos más bellos de lo que "una dieta sana y ejercicio" pueden hacer para controlar la enfermedad.

Otros aprendizajes han sido más duros, en especial en su vida afectiva, donde la estrella considerada entre las más bellas del planeta ha ido de un fracaso en otro.

Hija de un padre alcohólico que abandonó a la familia cuando ella tenía 4 años y que, según dice la actriz, abusaba de su madre, Berry se ha visto envuelta en dos matrimonios fallidos y con problemas.

La primera intérprete negra condecorada con el Oscar a la mejor actriz reconoce que intentó suicidarse tras su primer matrimonio con el deportista David Justice y describe su segundo fracasado enlace con el cantante Eric Benet como "horrible", ex esposo al que acusa de ser un "adicto al sexo".

"Como dice una frase de esta película, ¿por qué las mujeres poderosas acaban con hombres que son escoria?", pregunta en voz alta sin dar una respuesta.

Unida ahora sentimentalmente al modelo Gabriel Aubry, diez años más joven que ella, Berry se siente a sus 40 años en el mejor momento de su vida.

Según confiesa, se siente "más segura" ahora que la mitad de su vida "ha transcurrido", incluso en lo que se refiere a su sexualidad, con la que está mucho "más cómoda".

"Tampoco es algo en lo que voy pensando todo el día. Simplemente me siento más cómoda con mi cuerpo", reafirma en lo que en otras sería un discreto vestido negro de Cavalli pero que en ella resalta todas sus curvas.

En lo que sí piensa esta belleza que fue Miss Teen All America y Miss Ohio es en la posibilidad de ser madre, de "despertarse todos los días junto a algo que dé sentido a la vida".

Eso sí, en este tema, es mejor dejarla hablar, si no quieres que la protagonista de "Catwoman" saque las uñas en defensa de ese hijo que aún no tiene.

"Es que a la prensa del corazón enseguida se les va de las manos algo así y la maternidad es una cosa muy seria, especialmente a mi edad. Nada para tomarse a broma", añade con aura maternal, aunque aún sin serlo.