La prohibición fue decretada hace cuarenta años cuando los jefes de la mafia eran miembros del llamado clan de los corleoneses, entre ellos Toto Riina, condenado a cadena perpetua y en prisión desde 1993, y el susodicho Provenzano, detenido en abril del año pasado.

La medida contra las capuchas fue tomada porque a las autoridades les parecía "demasiado peligroso que los asesinos se vistan de cofrades y ataquen a sus rivales".

Después del arresto de Provenzano, el Ayuntamiento de Corleone -en la isla de Sicilia, sur de Italia-, las cofradías y la Iglesia Católica pidieron el levantamiento de la prohibición, concedido ahora por el jefe de Policía de Palermo, Giuseppe Caruso.

El alcalde de Corleone, Nicolò Nicolosi, ha expresado su satisfacción por la vuelta de los encapuchados al pueblo, pues considera que es reflejo de la vuelta a la normalidad.

Además, con motivo del primer aniversario de la captura del famoso jefe mafioso, que estuvo huido de la justicia durante cuarenta y tres años, el alcalde ha dado la "residencia honoraria" a los magistrados y policías que "liberaron al pueblo" de Corleone.

La noticia se ha dado a conocer al tiempo que también se informaba hoy en los medios locales del arresto y procesamiento del ex vicepresidente regional de la isla y líder del movimiento "Nueva Sicilia", Bartollo Pellegrino, acusado de corrupción en colusión con la mafia.