Yves Bur se apoya en las cifras de la Alianza contra el Tabaco, que afirma que cada año mueren en Francia 3.000 fumadores pasivos a causa del tabaco.

Pese a que este diputado de la mayoría conservadora dice contar con un amplio apoyo en la Asamblea Nacional (asegura haber recibido apoyo explícito de al menos 60 parlamentarios), el Gobierno ha dado a entender que considera prematura la prohibición total del tabaco en los espacios públicos.

"Somos favorables a un endurecimiento, pero no forzosamente a la prohibición total e inmediata en todos los espacios públicos", según fuentes del Ministerio de Sanidad, citadas hoy por "Les Echos".

El titular del departamento, Xavier Bertrand, se adelantó a posibles críticas la semana pasada al reconocer que la situación actual no se aguanta y anunciar que hará propuestas "como muy tarde a comienzos de 2006".

El Gobierno, que aceptó una congelación de los impuestos sobre el tabaco después de fuertes subidas en los dos últimos años, no quiere enfrentarse a los estanqueros, que han visto desaparecer a muchos de sus clientes -en parte importante se aprovisionan en países limítrofes como España, Andorra, Luxemburgo o Bélgica-.

El Parlamento votó el pasado día 27 una disposición que prohíbe a un particular transportar más de diez cajetillas de cigarrillos y limita el número de las que se pueden tener en casa, para tratar de atajar las compras en el extranjero.

En la oposición, el primer secretario del Partido Socialista, Francois Hollande, dio hoy a entender que su grupo parlamentario podría apoyar la propuesta de Bur: "al tratarse de salud pública, se puede mirar, corregir tal o cual detalle de ese texto, pero su espíritu es el de los proyectos de ley precedentes, incluso de leyes precedentes".