Rock guitarrero y buen rollo". Esto es lo que, según Rosendo, podrá escuchar la gente que se acerque al auditorio del Parque Almansa mañana, donde el músico de Carabanchel presentará su último disco, 'Lo malo es... ni darse cuenta', un álbum con el que Rosendo escupe diez canciones de rock urbano impregnadas de crítica social y política.

El ex componente de 'Leño' ya dio muestras de indignación y cabreo en su anterior trabajo, 'Veo, veo... mamoneo'. Ahora, el músico vuelve a atacar con 'Lo malo es... ni darse cuenta'. "Hemos vivido una etapa política de enfrentamiento y mala leche", se indigna Rosendo. "Antes se hacía lo que a ellos (los políticos) les daba la gana, sin el consentimiento de la gente". El autor de clásicos como 'Pan de higo' o 'Flojos de pantalón' apunta que "parece que lo que habíamos conseguido hasta ahora ha ido para atrás".

El nuevo trabajo de Rosendo parece haber seguido una evolución lógica con respecto al anterior, y no sólo en lo que a letras o mensaje se refiere, sino también en la parte musical. "Con el anterior disco hubo un cambio", asegura el músico. "Estamos muy centrados con el trío, sin meter mucha parafernalia, aunque hemos incluido algo de samplers".

Cuando Rosendo habla del "trío" se refiere a ese mágico e incombustible tándem rítmico que junto a él forman el bajista Rafa Vegas y el baterista Mariano Montero. Los tres llevan nueve años juntos en la carretera.

El nuevo disco de Rosendo tiene ese gusto característico de toda su carrera, "rock guitarrero", como él mismo lo bautiza, y letras maduras que rasgan el tejido de una realidad a menudo podrida y denuncian el patetismo imperante de la sociedad occidental. El segundo corte del disco, 'Cada día', es un claro ejemplo de la sensación de insatisfacción e indignación que uno experimenta al levantarse cada mañana y ver un mundo repleto de vicios y defectos. "Cada vez me cuesta más partirme el pecho", canta el de Carabanchel con esa característica voz desganada.

Rosendo cierra 'Lo malo es... ni darse cuenta' con el tema 'Salir de la maleza', cuya letra ha compuesto su hijo Rodrigo, que ya colaboró con su padre en el disco 'Canciones Para Normales y Mero Dementes' (DRO, 2001). Y, por cierto, Rodrigo no es un clon rockero de su padre, pues los gustos musicales de ambos tiran por caminos diferentes. "Me alegro de que haya una diferencia entre Rodrigo y yo", asegura Rosendo. "A mí siempre me ha gustado mucho el guitarreo y el rock and roll. Mi hijo tiene un espíritu más abierto, le gusta el jazz, el reggae..." Sin embargo, en la lírica, padre e hijo van más de la mano. "Me hace gracia su manera de escribir, tiene que ver con la mía: letras con doble intención, el juego con el palabreo..."

Preocupado por la piratería

Preguntado por el panorama musical en nuestro país, Rosendo parece sentirse preocupado por la crisis que están sufriendo las discográficas. "Es una pena", se duele el músico, "porque no se invierte en gente nueva, y existe una nueva generación de rock and roll, se están haciendo cosas interesantes. Con la piratería se ha devaluado el trabajo de los músicos". Así pinta la situación actual este madrileño, uno de los precursores del rock urbano. Rosendo ha pasado por algunas de las formaciones más importantes e influyentes del rock ibérico: 'Fresa', 'Ñu' y 'Leño', aunque no quiere verse como el jefe que todos dicen. "No me siento jefe. Sé lo que me queda por aprender, pero también hay que decir que llevo 35 años en la carretera. Cuando empezamos con 'Leño' no había referentes en España. Abrimos un camino que no existía".