La Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia ofreció anoche el primero de los tres conciertos con los que da la bienvenida a 2021. Bajo la batuta del valenciano Cristóbal Soler, un compendio de valses y polcas -nacionales e internacionales- llenaron el ambiente helado del Víctor Villegas.

«En Viena llevan décadas reivindicando su patrimonio lírico nacional en el Concierto de Año Nuevo», declaraba Soler a LA OPINIÓN esta semana. Esa es, precisamente, su propuesta: « Nosotros, en medio de esos valses y polcas centroeuropeos que todo el mundo espera de un concierto de Año Nuevo, lo que hacemos es introducir nuestros valses y polcas, nuestro patrimonio lírico nacional. Es decir, entre música de Strauss, metemos a Chapí, a Fernández Caballero, a Chueca...a los nuestros. Creo que es algo necesario para empezar a ponernos en valor».

A diferencia de otros conciertos de año nuevo, el de Murcia sí contó con la presencia de público. Un público reducido que guardó la distancia de seguridad -una butaca vacía a cada lado de los asistentes- a que obliga la pandemia del coronavirus, pero que fue suficiente para no reproducir la imagen desangelada de la Sala Dorada del Musikverein de Viena, por ejemplo, donde los músicos tocaron frente a las butacas vacías.

Fue un Concierto de Año Nuevo Especial. «Siempre tiene un carácter festivo, se elabora el programa con el objetivo de tocar la música prefecta para recibir el año que entra con vitalidad y energía positiva, pero lo de este año es diferente: necesitamos que 2021 sea el año de la inmunidad», decía Soler a propósito de una actuación que también se pudo seguir, en ´streaming', a través de a través de musicon.osrm.es, de la página de Facebook de la OSRM y en su canal de Youtube.

Esta tarde, a partir de las siete, la Sinfónica repetirá el concierto en el Batel de Cartagena y mañana, a las ocho de la tarde, hará lo propio en el Auditorio Infanta Elena de Águilas.