Siempre sorprendentes y en combustión perpetua, esta vez Crudo Pimento se descuelgan con un EP de versiones, 7 acúfenos populares, grabado durante su confinamiento; un auténtico pandemonio -Cascales se sigue encargando del arte- que recoge muestras demoníacas de las personalidades de sus integrantes, lecturas propias de Little Richard, Einstürzende Neubauten o Tom Waits, incluso Clavel, de Rocío Jurado, compuesta por Solano y De León (ya se internaron antes en la copla con La hija de Juan Simón); la Canción mixteca, de Hugo Avendaño, o ese mundo jamaiquino de los Jolly Boys, un homenaje a Albert Minott, a quien albergaron en su casa de Villa Jarocho poco antes de morir. Todo muy dadaista, surrealista, como el universo de Man Ray que recrea el experimentado fotógrafo Joaquín Clares, director del impactante videoclip de The garden, otro de los cortes de esta nueva referencia del dúo murciano.

En resumen, un disco de versiones oscuras relacionadas con el mundo satánico y lo esotérico. De hecho, se diría que los éxitos de Crudo Pimento se deben tanto a sus emblemáticos temas como a las extravagancias de sus integrantes, que invocan ´el mal´ en sus akelarres eléctricos, y a ciertas afinidades con el punk o el black metal, la electrónica experimental y la canción popular. La producción de sus canciones sigue siendo intencionadamente tosca y agresiva. Mientras llega la segunda parte de Pantame (y puedan volver a Nueva York para reencontrarse con Marco Buccelli), ahí queda este jugoso aperitivo. De nuevo, Raúl Frutos e Inma Gómez son pura provocación y transgresión, exorcismos y aullidos de ultratumba. Hay conjuros y besos, pero son de alambre de espino. A la vanguardia por la retaguardia.

¿Cómo ha sido este 2020 para Crudo Pimento?

Una catástrofe, como para todos. Íbamos a comenzar a girar en marzo, teníamos festivales cerrados€

¿Cómo lo habéis sobrellevado?

Con mucho alcohol, ganja y música jamaicana.

Obviamente no pudisteis viajar a Nueva York para grabar el nuevo álbum con Marco Buccelli. ¿Lo habéis estado trabajando todo este tiempo desde Villa Jarocho? ¿En qué estado se encuentra?

Hemos aprovechado para avanzar algo a distancia, vía Skype. Grabamos, intercambiamos archivos casi en tiempo real y él edita allí, para después volver a nuestras manos y seguir con el proceso de 'ping-pong'. Un poco Frankenstein para tener el esqueleto de los temas y finalizar presencialmente en New York cuando podamos viajar.

Pantame tiene ya más de un año. ¿Qué os ha permitido alcanzar?

Gracias a él hemos tenido algo más de repercusión mediática a nivel internacional. Nos reseñaron en Pitchfork y se hicieron eco en Remezcla. También en nuestro país hemos tenido una gira más extensa que con discos anteriores, y más apariciones en tele y programas mainstream.

Durante todo este tiempo en el que habéis estado en contacto con Marco, ¿qué comenta él?

Marco, al igual un poco que nosotros, es como un monje del sonido enclaustrado en un fabuloso estudio monasterio. Podría suceder un bombardeo nuclear en Brooklyn y no creo que se enterara. Somos bichos de estudio, siempre encerrados capturando cosas y buscando nuevos caminos y formas de hacer. En ese sentido, todo ha seguido igual; incluso nos ha permitido centrarnos más en nuestro «trabajo monacal». Marco es un mago y un maestro de la producción, es una gran suerte poder verle trabajar y aprender de él.

¿Lo más difícil para Crudo Pimento siguen siendo las letras? ¿Han sufrido transformaciones con esta anómala situación? ¿Qué os ha inspirado esta vez? ¿Seguís acudiendo a su carácter improvisatorio?

En realidad no es algo difícil en sí; lo complicado es llegar de forma natural al estado de casi contacto con el otro lado para que surjan libremente, sin atender a patrones premeditados. En la segunda parte de Pantame, el proceso sigue siendo el mismo: abrir los micros, empezar a improvisar melodías, fonemas, palabras..., hasta que van casando, forman un todo y se puede intuir el conjunto.

¿La idea de la trilogía se mantiene en pie? ¿Las adversidades no os han hecho cambiar de planes?

Sigue en pie. La conexión El Carmen-Brooklyn, con los frutos que ha ido dando, sigue creciendo para intentar darle dos hermanos al solitario y famélico Pantame.

Por sorpresa para nosotros, habéis lanzado un EP, 7 acúfenos populares. ¿Cuál es el objeto? ¿Se trataba de constatar que seguíais vivos? ¿No os habéis manifestado por las redes sociales?

Ha sido un divertimento y una posibilidad de poder 'inocular' ciertas teorías -vamos a llamar 'armónico-satánicas'- ciertamente disparatadas, pero que creemos efectivas, en el estado de ánimo de los seres humanos y de sus mascotas.

Lo habéis grabado en casa durante el confinamiento. ¿Es una pieza independiente de vuestro próximo largo?

Grabado y mezclado íntegramente en 'Las Cuatro Hachas'. Es completamente independiente al proyecto Pantame.

¿Con qué instrumentos habéis experimentado en esta ocasión?

Con lo que teníamos a mano en casa. Casi todo el instrumental quedó confinado en nuestra base principal de operaciones audiológicas. Una mesa de sonido medio rota y con un precioso feedback, un teclado, un par de micros, nuestras voces y, eso sí, nuestra amada marímbula pervertida por la citada mesa descompuesta. Además hemos contado con la inestimable colaboración a la síntesis granular a distancia de otro maestro de nuestra tierra llamado José Luis López, AKA Builtthenburnt, tercer miembro recientemente incorporado a la banda que pasa a ser un trío. Es un lujo y un placer contar con su inspiración y energía.

¿A qué responde el titulo? ¿Cómo vais de salud auditiva?

Varios accidentes sucedieron durante la grabación y mezcla inmediata en forma de acoples, suciedad y preciosa mugre auditiva. En definitiva, una nueva huida de la asepsia en la que vive el mundo de la 'música popular' actual, tan bien empaquetadita, homogénea, rosada y amable como las hamburguesas del Mercadona. Nos obsesiona la huida de la asepsia musical, volver a introducir conceptos como aquel del Diábolus in Musica, pero llevado de un modo -a veces macroscópico y otras microscópico- grotesco a la producción musical en nuestros días. Jugar con desafinaciones de cuarto de tono y de medio tono, por ejemplo, entre una línea de bajo y la voz; eso nos fascina, eso nos acerca a la música popular real, mal temperada. Si has escuchado mento jamaicano alguna vez, sabrás de qué hablamos. En la música amaicana de raíz hay mucha, pero mucha verdad; una verdad mal temperada, pero humana y real. Intentamos mantener nuestra salud auditiva -que nadie se lo tome a mal- intentando no estar muy al tanto de las novedades del trepidante negocio discográfico, que suele anunciar productos hambrientos de éxito adolescente, ya casi siempre, como la última maravilla que no te puedes perder. Pues bien, nosotros intentamos perdérnosla a toda costa y buscar en los cubos de basura. Estamos viejos, quizás atónitos. Es un error estúpido el buscar «el éxito» en cualquier disciplina artística. Todo este detritus nos lleva a la competición. Competir es morir con prisas, una gran mierda en sí. Nada bueno puede resultar de ello. En cuanto a nuestras audiometrías, como diría El Paco de las teles: «La cura va bien, pero el ojo lo pierde»

¿Ha sido un divertimento lo de elegir estas versiones de bandas tan dispares como Tom Waits, Rocío Jurado, Einstürzende Neubauten o The Jolly Boys? ¿Lo habéis pasado bien ideando y grabando este artefacto sonoro de edición limitada? ¿Por qué solo versiones?

Lo hemos pasado en grande. Todas han sido grabadas del tirón, sin pensar demasiado. Los arreglados adicionales también fueron improvisados y grabados del tirón. Todo ha sido un tirón frenético, etílico y divertido. Everlasting, nuestro sello -todavía hay gente dentro del negocio que apuesta por estas aventuras sin un objetivo claro- nos lo propuso una tarde en la que bebíamos vino de garrafa del Sangüi ya avinagrado. Nos pareció excitante y divertido y nos pusimos manos a la obra.

¿Qué os atraía de esas canciones? ¿Por qué las elegisteis? ¿Cómo las habéis llevado a vuestro terreno? ¿De qué premisas partíais? ¿Qué tienen en común Little Richard, Blixa Bargeld Tom Waits, Lord Kitchener, Rocío Jurado y The Jolly Boys?

Son canciones que suelen flotar en el ambiente de casa muy a menudo, cosas que solemos tararear. Hay que confiar ciegamente en algo que es tarareado por alguien; el tarareo también encierra gran verdad popular, sencilla, directa y pasional.

Como viene siendo habitual, de la portada del álbum se encarga Cascales. ¿Podéis describirla y contar lo que representa?

Mejor os lo cuenta él: «Y vi surgir del altavoz izquierdo una bestia horror vacui que tenía siete acúfenos y diez cuernos, y en sus cuernos diez subwoofers, y en su cabeza consignas terroristas. La bestia que vi se parecía a un búfalo de ojos zarcos, con las patas como de oso, genitales como de mono, y las fauces como fauces de cocodriz». Cascales es el artista más grande que ha dado y dará esta tierra en siglos o milenios. Pintando, hablando, cantando, andando..., hasta fumando es uno de los seres más geniales que podrás encontrar sobre la faz de la tierra.

El primer single, The Garden, llega con un videoclip que es una auténtica joya audiovisual filmada bajo la dirección de un artista de la imagen como es Joaquín Clares, y ha contado con un amplio elenco de artistas. Creo que, además de ser un homenaje a Man Ray, capta vuestro espíritu dadaísta y surrealista. ¿Todo forma un conjunto creativo del que Crudo Pimento se retroalimenta? ¿Cómo fue el rodaje?

Joaquín es un gran profesional, y queríamos contar con él para este tema en concreto, aunque hace tiempo teníamos el proyecto de vídeo pendiente y al fin se ha podido materializar. Gracias a él y al productor Carlos Belmonte le dimos forma en el nuevo estudio que se está montando él mismo en Algezares y del que pronto tendréis más noticias. El vestuario a cargo de JesusNo es sublime. En cuanto Inma lo vio en redes sociales lo consultó con el director y le dio el visto bueno. Merche es una gran maquilladora con la que más de una vez Inma y Joaquín han trabajado juntos en producciones audiovisuales, y terminó de conseguir esa imagen alemana y años veinte-treinta que buscábamos. No podemos estar más contentos con este videoclip, y todos los halagos se quedan cortos.

Vuelves a cobrar mayor protagonismo vocal, Inma. ¿Te sientes más cómoda? ¿Has logrado vencer tus miedos?

Nunca me he sentido cómoda siendo protagonista y exponiéndome mucho delante de cámaras y micros, pero he querido aportar nuevos matices al proyecto.. También a petición del sello Everlasting, que piensa que queda muy bien ese contrapunto, aunque ese no sea mi registro natural, que es más grave de lo que canto en The Garden.

Recuperar la copla en la figura de la Jurado, ¿os viene de cuando hicisteis el cover de La hija de Juan Simón? ¿Es una fuente para Crudo Pimento el legado de la canción popular española?

Rocío es inmortal. Punto.

¿El espíritu de Alber Minott se había quedado impregnado en las cuatro paredes de Villa Jarocho, y de ahí la versión de The Jolly Boys?

Algo ha tenido que ver. Gran suerte la que tuvimos de poder conocer y trabajar junto a nuestro amigo Albert, pura historia de la música jamaicana y mundial, un hombre sabio, rudo; un regalo que nos hizo esta vida de titiriteros que al final se encuentran y ya nunca se olvidan. Take me back to Jamaica!